Bofetada sin manos

Hay bofetadas sin manos más sonoras, dolorosas y ejemplarizantes que las de toda la vida. Una de esa clase se la acaba de propinar la ONG Médicos Sin Fronteras a la Unión Europea y a todos sus países miembros, los que van quedando al menos. Les ha dicho que no quiere su dinero mientras no cambie su penosa, lamentable e ilegal política migratoria con la que los supuestos líder es europeos se tapan las vergüenzas para presumir de ser los más solidarios del mundo mundial.

 A la vista de cómo se ha comportado con los refugiados y solicitantes de asilo esta Europa egoísta y cicatera, uno no puede menos que aplaudir (esta vez con las manos y hasta con las orejas) la decisión de Médicos sin Fronteras. No son precisamente sus miembros unos pardillos ni unos recién llegados al trabajo en pro de los que peor lo pasan y a los voluntarios de la organización que murieron atendiendo en África a los enfermos de ébola me remito.

Su gesto tiene un enorme valor simbólico que es preciso subrayar. En primer lugar deja en evidencia la insensibilidad con  la que la Unión Europea - marchito Premio Nobel de la Paz - y sus países miembros se han tomado el drama humanitario de los refugiados, el más grave desde la Segunda Guerra mundial. Pero lo más ejemplarizante de la decisión de Médicos sin Fronteras es que deja con las vergüenzas al aire a los fariseos que creen que entregando dinero a las ONGs para que asuman las responsabilidades que les corresponden a ellos se cubre el expediente y hasta se puede presumir en los foros internacionales de solidaridad con los pobrecitos sirios que huyen de la guerra en su país. Sonora y contundente bofetada en una cara muy dura, la de una Unión Europea en caída libre y puede que irreversible. 

3 comentarios:

  1. Me parece muy bien lo de médicos del mundo y demuestran que algunos tienen humanidad. Un aplauso.

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  2. Me parece muy bien lo de médicos del mundo y demuestran que algunos tienen humanidad. Un aplauso.

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  3. Me uno a ese aplauso, por supuesto. Médicos sin Fronteras demuestra ética y principios por encima de subvenciones para comprar voluntades. Un saludo.

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