La cuadratura del círculo


Apremiado por la Comisión Europea, el Gobierno de Mariano Rajoy acaba de dar a conocer el déficit público con el que España cerró el año 2011. Los peores pronósticos no sólo se han cumplido sino que se han agravado: un 8,5% de déficit frente a un objetivo del 6%, es decir, dos puntos y medio más de lo esperado y prometido por el gobierno saliente.

Dicen las cifras mostradas ayer tarde por el ministro Montoro, que buena parte del problema se ha generado en las comunidades autónomas en donde el déficit global rozó el 3%, prácticamente lo mismo que en 2010. Es cierto que Montoro arrastra el ascua para su sardina y, además de callar el déficit de las comunidades autónomas en las que gobierna el PP,  no incluye los déficits de financiación que sufren autonomías como Andalucía o Canarias, sin ir más lejos.
 
 En cualquier caso, lo que parece fuera de toda discusión es que las comunidades autónomas no han cumplido en el pasado ejercicio con las medidas de ajuste a las que se habían comprometido, bien sea porque el grueso de su gasto se va en sanidad y educación, es donde ni se puede ni se debe recortar, bien sea porque no han querido meter la tijera en otros gastos menos perentorios.

También es verdad que no todas las comunidades autónomas han incumplido por igual, de hecho, la única que se ha ajustado a la previsión ha sido Madrid (por la vía de cargar los ajustes sobre la sanidad y la educación), mientras que Canarias, la que más de cerca nos toca, se ha desviado medio punto del objetivo del 1,3% para todo el año con efectos también en los servicios básicos.

La incógnita

Con todo y con los datos sobre la mesa del Gobierno y de la Comisión Europea, la pregunta que toca hacerse ahora es ¿qué va a hacer el Gobierno de Mariano Rajoy? ¿cómo va a conseguir pasar de un déficit del 8,5% al 4,4%, que es el objetivo fijado para este año? Parece imposible y además lo es. El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, dijo hace poco que España sólo podrá cumplir ese objetivo "mintiendo".

No creo yo que sea eso lo que va a hacer.  La cuestión es si en Bruselas (es decir, si en Berlín) decidirán que hay que mantener el objetivo imposible cueste lo que cueste y caiga quién caiga. El ministro Montoro no quiso soltar prenda ayer tarde sobre la conveniencia de istar a Bruselas a flexibilizar la consecución de ese objetivo para dejarlo en algo más de lo previsto.

Es comprensible que el Gobierno no quiera decirlo públicamente por las perversas consecuencias que eso podría tener para nuestro país, con las agencias de calificación y los malvados mercados vigilándonos de cerca. Sin embargo, todo hace indicar que el Gobierno, si no lo ha hecho ya, no tendrá más remedio que pedirlo en Bruselas.

Pero no nos llamemos a engaño: aún así no creo que la rebaja sea muy sustanciosa y lo más que cabe esperar es que la Comisión nos obligue a dejar el déficit de 2012 en el 5% o algo más, como mucho. En todo caso, ello implicará que habrá que continuar con los ajustes y los recortes para rebañar tal vez en torno a otros 20.000 millones de euros que sumar a los cerca de 15.000 que ya se pretenden ahorrar por la vía de la subida de impuestos y congelación salarial en marcha.

Más preguntas

Y aquí surge el segundo bloque de preguntas: ¿sobre quiénes van a recaer estos nuevos sacrificios que ya se huelen en el ambiente ? ¿sobre los mismos de siempre? ¿sobre las rentas del trabajo? ¿sobre la sanidad, la educación o los servicios sociales? ¿a través de la subida del IVA?.

O si lo prefieren: ¿cuándo va el Gobierno a fijarse en la fiscalidad de las SICAV y de las grandes fortunas? ¿no piensa hacer nada para luchar con eficacia contra el fraude fiscal? ¿qué hay de la tasa Tobin a las transacciones bancarias que Mariano Rajoy defendió en presencia de Nicolás Sarkozy? ¿piensa el Gobierno que suministrando medidas tóxicas salvará al enfermo? ¿no cree llegada la hora, a la vista de lo que está ocurriendo en Grecia, por ejemplo, de pensar en medidas que reactiven la economía?

En definitiva: ¿cómo piensa el Gobierno sacar a la economía del agujero por el que está cayendo y al mismo tiempo cumplir los objetivos del déficit? Lograrlo sería encontrar la cuadratura del círculo vicioso en el que estamos atrapados. 

Y, por cierto, para empezar a saber qué se propone hacer, sería bueno que dejara de marear la perdiz y diera a conocer cuanto antes los Presupuestos Generales del Estado sin esperar a las elecciones andaluzas, ¿o es que van a ser tan duros que teme perderlas?

Aliviado estoy


Sí señor, los españoles nos sentimos mucho más aliviados desde que el nuevo Gobierno está tomando medidas sin parar, casi como esas señoras que salen en la tele anunciando una especie de yogurt con bichitos beneficiosos para la flora intestinal.  Lo dice el ministro de Guindos, que a este paso se va a convertir, junto con Montoro, en el ministro más dicharachero del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

De Guindos está de gira internacional, como los grandes artistas, para explicar a los "mercados" las aliviadoras medidas del Gobierno contra la crisis. Por cierto, ahora que lo recuerdo, cuando su antecesora en el cargo, Elena Salgado, hizo algo similar, el PP se desternilló.

 Pero a lo que íbamos. De Guindos se ha llegado hasta Washington y allí ha dicho que los españoles se sienten muchos más aliviados desde que su Gobierno está tomando medidas. Tengo que decir que comparto plenamente la percepción del ministro.

Desde que el Gobierno me subió el IRPF doy saltos de alegría y más que daré cuando vea la nómina de febrero; y no digamos nada del alivio experimentado al conocer los detalles de la equilibrada reforma laboral con la que el Gobierno nos ha alegrado definitivamente la vida laboral.


Conocer las reformas que el Gobierno pretende aplicar en asuntos como el aborto, las tasas en la administración de justicia, las bodas y divorcios ante notarios o las becas universitarias me tiene también exultante de alegría; y por supuesto, los recortes educativos y las cargas policiales de hace unos días en Valencia me han producido una dicha inenarrable, sólo similar a las draconianas medidas contra el abuso bancario en las hipotecas, algo que me ha llevado casi al borde de un colapso de satisfacción.

Lo último ha sido lo de este viernes: enterarme de que los pequeños y medianos empresarios y los autónomos que les perdonen deudas a los ayuntamientos cobrarán primero y darme un ataque de alivio del que aún intento recuperarme ha sido todo uno. Tan aliviado me siento que estoy barajando seriamente la idea de constituir el Movimiento Aliviado del 20-N para hacerle frente con argumentos de peso a los perroflautas del 15M.

Y no sigo porque no aguanto más del alivio. Si me lo permiten, me voy un ratito al servicio a poner en práctica la acepción número cinco del término "aliviar" recogida en el Diccionario de la RAE: descargar de superfluidades el cuerpo o sus órganos. Entonces el alivio será completo. 

Hasta siempre

Esta viñeta de Manel resume y refleja a la perfección, mucho mejor que cualquier sesudo comentario que pudiera hacerse, la frustración que genera el cierre de un medio de comunicación, no sólo entre sus trabajadores y lectores, sino entre aquellos que aún confiamos en una sociedad genuinamente democrática. ¡Ánimo a los compañeros de Público!