Spanair: motores apagados


Spanair no pudo elegir mejor día para dejar en tierra a miles de pasajeros y sin trabajo a miles de empleados. El mismo día en el que la Encuesta de Población Activa elevaba el número de parados a casi 5,3 millones (y subiendo), la aerolínea catalana sumaba otros cuatro mil parados (entre puestos directos e indirectos) a la EPA del primer trimestre del año.

Sus dificultades económicas no eran desconocidas y los intentos de la Generalitat catalana y del ayuntamiento de Barcelona para mantenerla a flote han resultado inútiles y gravosos para los contribuyentes y para la competencia. Tan escasa de liquidez debía estar la compañía que en el comunicado oficial en el que se anunció el cierre de las operaciones se mencionaba como una de las razones "la seguridad".  

Pero más allá de los problemas de liquidez o de gestión, lo que resulta impresentable es que el cierre de la empresa y el cese de la actividad de una compañía de transportes se comunique públicamente hora y media antes de llevarse a cabo, como el que cierra un chiringuito playero. Al parecer, ni los propios trabajadores que anoche protagonizaron los últimos vuelos de Spanair sabían que iban a despegar como empleados y a aterrizar como parados. Todos se enteraron por la prensa. 

Nada digamos de los miles de pasajeros que se han quedado en tierra y para los que no se buscó transporte alternativo o de los que tenían billete para volar en los próximos días y ahora hay que recolocar en otras compañías. El Gobierno ya ha anunciado que abrirá un expediente sancionador a la aerolínea por su desprecio a clientes y empleados y a los que despacha con un agradecimiento por los servicios prestados y la confianza depositada en la compañía (en mala hora). 

Nada se ha dicho aún ( y el asunto puede traer cola) sobre los efectos que este cierre abrupto puede tener sobre el proceso judicial abierto por el accidente de un avión de esta compañía en agosto de 2008 en Barajas en el que perdieron la vida 154 personas y otras 18 resultaron heridas. Tampoco es una buena noticia para Canarias, a donde Spanair trasladó el año pasado más de un millón de pasajeros. Abona además la postura de quienes opinan que las subvenciones o bonificaciones con dinero público de las tasas aeroportuarias que reclaman el Gobierno de Canarias y los empresarios turísticos pueden ser "pan para hoy y hambre para mañana" (Soria dixit). 

Las ayudas públicas que recibió Spanair en Cataluña habían sido objeto de crítica (y con razón) por parte de las aerolíneas de la competencia (Iberia y Air Europa) que se consideraban discriminadas y, a la postre, no han conseguido salvarla. Conviene tenerlo muy en cuenta, y más en la situación actual, a la hora de decidir en qué se invierte el dinero de todos. 

Relaciones comerciales

Así ha calificado el jurado popular del "caso de los trajes" las relaciones del ex presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, y del ex secretario del PP regional, Ricardo Costa, con los cabecillas de la trama Gürtel. Por cinco votos a cuatro, el veredicto para ambos ha sido de "no culpables" - ¿es lo mismo que "inocentes"? -. La sentencia que ahora deberá redactarse tendrá que recoger los argumentos del veredicto y tal vez entonces salgamos de dudas sobre lo que significan para el jurado "relaciones comerciales".

Lo que sí parece claro es que al jurado se le olvidaron algunos detalles llamativos de este largo proceso. Por ejemplo, que otros dos políticos también encausados en su día (Betoret y Campos) se habían declarado culpables de haber recibido regalos de la trama Gurtel. Tampoco ha tenido en cuenta algo incluso más sobresaliente, que el abogado de Camps llegó a presentar un escrito en el que su cliente se declaraba conforme con los cargos que se le imputaban. Nada de esto ha valorado el jurado, si no más bien los argumentos de la defensa y, tal vez, la apelación de Camps en el juicio a la "justicia de sus conciudadanos".  

Pero más allá del veredicto y a la espera de la sentencia que habrá de redactar el juez y de los eventuales recursos contra ella, la decisión del jurado abre no pocos interrogantes de carácter político: ¿volverá Camps a la política? ¿Lo hará en Valencia, cuyas cuentas públicas dejó para el arrastre? ¿le premiará Rajoy, que primero le mostró su apoyo y después forzó su dimisión como presidente de la Generalitat? ¿Durmió bien anoche Rajoy o tuvo pesadillas con Camps de protagonista? ¿Es Camps una "papa caliente"? ¿Será inhabilitado Garzón, primer instructor de la causa?

Aquí hay petróleo

Si no es en verano es en invierno, pero no pasa año sin que salga a la superficie la serpiente del oro negro. Sin embargo, esta vez parece que va muy en serio. El Ministerio de Industria, Energía y Turismo que dirige el canario José Manuel Soria ha dado luz verde a los estudios sobre prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a Canarias. De todos es sabido que Soria siempre ha sido un ferviente partidario de esas prospecciones. 

Conocerse la noticia y producirse las primeras reacciones a favor y en contra no ha sido más que la repetición de lo que ya hemos escuchado en numerosas ocasiones. En contra se sitúan los que aseguran que extraer petróleo a un tiro de piedra de Lanzarote y Fuerteventura supondría un riesgo muy grave para el turismo. Argumentan, además, que no está claro de qué manera se beneficiaría Canarias en términos de puestos de trabajo, por ejemplo, de esas extracciones. Sin olvidarnos de los posibles roces con Marruecos.

A favor figuran quienes opinan que no se puede ignorar una fuente de riqueza de esa magnitud al lado de las Islas y vaticinan riquezas sin cuento. Da la sensación de que partidarios y detractores de las extracciones exageran algo la nota. El debate no debería ser el de "muy bueno" frente a "muy malo", en el que llevamos años instalados, sino cómo realizar prospecciones petrolíferas con las máximas garantías medioambientales y de seguridad que supongan un beneficio para Canarias.  ¿Por qué no lo intentamos?