Entre las
muchas virtudes que adornan a Pedro Sánchez no figura la autocrítica. Llegó a
la secretaría general aupado por las primarias y cuando el PSOE perdía votos a
manos llenas. Algo más de dos años después, lejos de reducirse, la hemorragia
no ha hecho más que crecer como ponen de manifiesto los resultados del 20D y
del 26J y como habría vuelto a ocurrir si se hubieran celebrado unas terceras
elecciones en diciembre. Aunque los
deplorables resultados que el PSOE obtuvo en las recientes elecciones de
finales de septiembre en el País Vasco y Galicia merecían un análisis de las
causas del fracaso y de las medidas para reconducir la situación, la ejecutiva
socialista que entonces lideraba Sánchez se abstuvo de esa tarea imprescindible
en cualquier partido que se precie.
Su objetivo fue siempre alcanzar un acuerdo de gobierno con Podemos y Ciudadanos que sólo era posible en su imaginación, por más que no salieran ni las cuentas numéricas ni las políticas. Esa irresponsable tozudez es …
Su objetivo fue siempre alcanzar un acuerdo de gobierno con Podemos y Ciudadanos que sólo era posible en su imaginación, por más que no salieran ni las cuentas numéricas ni las políticas. Esa irresponsable tozudez es …