
Lo que sí parece claro es que al jurado se le olvidaron algunos detalles llamativos de este largo proceso. Por ejemplo, que otros dos políticos también encausados en su día (Betoret y Campos) se habían declarado culpables de haber recibido regalos de la trama Gurtel. Tampoco ha tenido en cuenta algo incluso más sobresaliente, que el abogado de Camps llegó a presentar un escrito en el que su cliente se declaraba conforme con los cargos que se le imputaban. Nada de esto ha valorado el jurado, si no más bien los argumentos de la defensa y, tal vez, la apelación de Camps en el juicio a la "justicia de sus conciudadanos".
Pero más allá del veredicto y a la espera de la sentencia que habrá de redactar el juez y de los eventuales recursos contra ella, la decisión del jurado abre no pocos interrogantes de carácter político: ¿volverá Camps a la política? ¿Lo hará en Valencia, cuyas cuentas públicas dejó para el arrastre? ¿le premiará Rajoy, que primero le mostró su apoyo y después forzó su dimisión como presidente de la Generalitat? ¿Durmió bien anoche Rajoy o tuvo pesadillas con Camps de protagonista? ¿Es Camps una "papa caliente"? ¿Será inhabilitado Garzón, primer instructor de la causa?
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