¿También tú, Bravo?

Ya lo comentamos en el post de ayer: en el PP empiezan a aparecer signos de nerviosismo por la caída en las encuestas electorales, el empleo que no levanta cabeza, los casos de corrupción y las tensiones territoriales con Cataluña, entre otros asuntos ante los que el presidente del Gobierno prefiere esconden la cabeza bajo el ala y hacer cómo si todo fuera sobre ruedas. En ese contexto, la alcaldesa de Madrid se despachaba el lunes con una lista de deberes para el presidente y le advertía del peligro de que “se fragmente la base electoral del partido”.

En un ámbito mucho más local y en pleno revival de la moda del género epistolar que hace furor estos días, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, el popular José Miguel Bravo de Laguna, también acaba de enviarle una carta al presidente de su partido en las Islas y ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria. En realidad no va dirigida a él sino al Gobierno  y en particular a la ministra de Fomento, Ana Pastor, y no es precisamente cariñosa. En ella se queja Bravo de las actuaciones del Gobierno de Rajoy en Canarias y pone el acento en el infame trato que AENA, dependiente de Fomento, les está dando a los maltratados vecinos de Ojos de Garza afectados por la ampliación del aeropuerto de Gran Canaria.

Recuerda Bravo en su misiva que esta isla “es un granero de votos del PP” y con las cosas de comer – cabe añadir por nuestra parte – no se juega. El propio Bravo envió hace pocos días otra carta el presidente autonómico Paulino Rivero en un tono llamativamente menos beligerante que el que ha empleado ahora y en la que se quejaba de que el Gobierno de Canarias no atendía adecuadamente las demandas de Gran Canaria. Esa carta se conocía poco después de que el propio Rivero remitiera otra a Rajoy y al Rey quejándose también de lo mismo o parecido de lo que ahora se queja Bravo, miren ustedes por dónde.


En realidad, la carta a Soria que ahora se ha conocido no era pública aunque ha terminado publicada en los medios de comunicación gracias a una filtración seguramente interesada de no se sabe quién aunque tampoco es muy difícil suponerlo. Cómo le ha sentado a Soria el mensaje es algo que aún desconocemos, atareado como está en las últimas horas intentando apagar el cortocircuito que Montoro le ha provocado en su reforma del sector eléctrico. Sin embargo, sabiendo de la férrea disciplina con la que le gusta gobernar el PP canario cabe sospechar que la carta de Bravo no le debe de haber llenado de alegría y mucho menos que se haya aireado.

Sobre todo porque el presidente del Cabildo tiene razón, aunque se quede  corto e impreciso en sus críticas al Gobierno  que, por otro lado, llegan tarde y deberían estar dirigidas, más que a Soria, cuyo predicamente en el Consejo de Ministros parece en declive, al propio Mariano Rajoy. Con todo, su potura viene a romper la unidad de discurso en lo universal de la que los populares canarios suelen hacer gala se les pregunte por lo que se les pregunte en relación con el modo en el que Rajoy y los suyos tratan a Canarias, desde los inmisericordes recortes presupuestarios a las prospecciones petrolíferas.

Antes de que se conociera el contenido de su epístola a Soria y a los “sorianos”, Bravo de Laguna había dicho que desearía volver a ser el candidato del PP al Cabildo de Gran Canaria en las elecciones de 2015. Todo puede ser, aunque a la vista de esta carta y si, además, echamos la vista atrás y recordamos las tormentosas relaciones políticas de Soria con Bravo de Laguna en tiempos no tan lejanos, uno está por afirmar que Roma no paga traidores.

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