La ocurrencia de la "amnistía"
fiscal
Rajoy llamó "ocurrencia"
al bulo (tal vez interesado) que circuló en la pasada legislatura sobre la
posibilidad de que el Gobierno socialista aprobara una amnistía fiscal para que
afloraran parte de las rentas evadidas. El Gobierno de entonces siempre lo
desmintió y nunca llegó a aprobarse aunque el PP, que entonces era el
"partido de los trabajadores" (Cospedal dixit), lo usó para darle en
los morros a Zapatero.
Ahora Rajoy ni siquiera ha lanzado
el habitual globo sonda en estos casos: ha anunciado su amnistía fiscal para
que las "rentas ocultas" afloren a cambio de una tasa del 10%, no
vayamos a hacer demasiado estropicio entre quienes se lo llevan crudo mientras
el resto, los que tenemos unos ingresos más transparentes que el cristal, apechugamos
en Hacienda y cargamos con la subida del IRPF, el recorte salarial, el miedo a
perder el empleo, la reforma laboral y lo que nos echen dado que, ya saben,
"todos tenemos que apretarnos el cinturón" y "Hacienda somos
todos".
Dicen los técnicos de Hacienda que
la amnistía fiscal aprobada ayer por el Gobierno del partido que iba a decirle "la
verdad a los españoles", no es más que un enjuague para que los
defraudadores fiscales consigan regularizar su situación a precio de saldo. Recuerdan
que el 72% de los casos de fraude fiscal provienen de grandes fortunas y
grandes corporaciones (¿de dónde iban a proceder?) y aseguran que estamos
ante un atentado al principio constitucional de igualdad tributaria. Y ya van
unos cuantos.
Y no se olvidan los técnicos de
Hacienda de denunciar que esta amnistía fiscal se da de bruces con los
reiterados anuncios de luchar contra el fraude fiscal y deja en evidencia a una
Agencia Tributaria que entre 1980 y 2008 ha ¿dejado? escapar 89.000 millones de
euros debido a su incapacidad para perseguir este tipo de prácticas. Cantidad más
que suficiente para arreglar el déficit un par de veces si fuera preciso.
Más ocurrencias
No fue la amnistía fiscal la única
ocurrencia que ayer nos regaló el Consejo de Ministros. Los Presupuestos
Generales del Estado son toda una ocurrencia en sí mismos: recortes del gasto
del 17% en los ministerios, hachazo a los gastos sociales (adiós a las ayudas
por la Ley de Dependencia) y subidón del recibo de la luz y el gas. Todo muy
equitativo, como la amnistía fiscal.
Pretende así el Gobierno cuadrar las
cuentas para que a finales de año no nos pasemos del 5,3% de déficit que nos
impone Bruselas. Quedan para cumplir ese objetivo nueve meses mal contados
cuando el ajuste pudo y debió haberse hecho, en todo caso, mucho antes y no
esperar a que Javier Arenas se quedara a las puertas de la Junta de Andalucía.
La ocurrencia canaria
Contienen además los Presupuestos
Generales del Estado un regalo para Canarias con el anuncio, puesto blanco
sobre negro, de que se recortarán 65 millones de euros de las subvenciones al
transporte marítimo y terrestre de los residentes "no peninsulares", es
decir, canarios, baleares, ceutíes y melillenses. La noticia encendió ayer
tarde el Twitter y José Manuel Soria, que andaba por Canarias alabando las
ventajas de tener pozos de petróleo cerca de las costas de Lanzarote y
Fuerteventura (otra buena ocurrencia), aseguró que no habrá tal recorte. A la
espera quedamos porque, si ocurre como con el anuncio de que se iba a aprobar
un nuevo decreto para que las Islas no se vieran afectadas por el fin de las
ayudas a las energías renovables, ya podemos ir sacando cuentas de lo que nos
costará salir de las Islas o movernos entre ellas.
Y las anteriores
Si a las ocurrencias conocidas
ayer sumamos las que hemos ido conociendo desde que Rajoy llegó a La Moncloa
hace cien días, más las que con toda seguridad se le "ocurrirán" en
las próximas semanas y meses, concluiremos que el del PP será el Gobierno más
ocurrente de la democracia. Y como se ha podido constatar esta semana que
acaba, la gente en la calle está disfrutando como nunca con tanta ocurrencia.
Aquí tienen un ejemplo....
Aquí tienen un ejemplo....