Una infanta blindada y un PP ofendido

De manera muy distinta les han ido sus asuntos judiciales a la infanta Cristina y al PP en las últimas horas: la primera ha encontrado un nuevo defensor de su inocencia y el segundo ha sido expulsado como acusación particular del caso Gürtel.

Vayamos por partes. A la infanta Cristina, que ya contaba con el apoyo inquebrantable de la Fiscalía General del Estado y la Abogacía del Estado, le ha surgido un nuevo y valeroso defensor: la Agencia Tributaria, vulgo Hacienda. En contra del criterio de la Audiencia de Palma y del juez Castro, Hacienda se niega a ampliar la investigación fiscal sobre la infanta y se reafirma en un informe elaborado en Cataluña, pero convenientemente “revisado” por personas de toda confianza del ministro Montoro en Madrid, en el que ya determinó que la hija del Rey no cometió delito alguno de ese tipo. Sobre la posibilidad de que la infanta cometiera delito de blanqueo de capitales, Hacienda se escabulle asegurando que el asunto no es de su competencia. Asombroso.

En su respuesta denegatoria al juez Castro se permite incluso sentar cátedra sobre cuáles son las circunstancias que deben concurrir para determinar la presunta culpabilidad o inocencia de la infanta algo que, al menos eso suponíamos hasta ahora, debería de ser el juez quien lo estableciera en función de los datos que, sin embargo, se le deniegan.

A la vista de la respuesta cabe preguntarse para qué necesitamos a un juez investigando sobre las cuentas y los bienes de la infanta con el fin de intentar determinar su grado de implicación en los negocios de su esposo y, en su caso, imputarla por delitos fiscales o blanqueo de capitales. Si Hacienda dice que no es culpable de nada a Hacienda hay que creer y ya puede ir el juez olvidándose del caso.

De guinda, también se opone Hacienda a que un funcionario experto de Vigilancia Aduanera que ya venía colaborando con Castro en el “caso Nóos” siga haciéndolo. Debe de ser a esto a lo que se suele llamar “colaboración con la justicia” siempre, claro está, que el sujeto de la investigación judicial no sea un destacado miembro de la Casa Real.

Con la infanta blindada judicialmente por la fiscalía, la abogacía del Estado y ahora también por Hacienda, el PP acaba de llevarse una sonora bofetada en la Audiencia Nacional. Muy ofendidos están los populares después de que el juez Ruz primero y ahora la propia Audiencia hayan decidido expulsarlo como acusación particular en el caso Gürtel.

Tal y como sostenía el juez al que ahora respalda la Audiencia, el PP ha empleado el viejo truco de estar en misa y repicando al personarse como acusación particular alegando los graves perjuicios que la trama corrupta le está causando. Sin embargo, una vez dentro, se ha dedicado más bien a actuar a favor de los acusados – entre ellos el innombrable Luis Bárcenas - como señala con toda crudeza la Audiencia. En particular le recuerda los escritos presentados en los que el PP reclamaba el archivo de las diligencias abiertas contra Bárcenas, su esposa y Jesús Merino.

Con todo, lo más duro del auto de la Audiencia es la parte en la que se establecen vínculos “evidentes” entre la trama corrupta Gürtel y los papeles de Bárcenas y que salpican de lleno al PP y su contabilidad en B. Ahora, expulsados del sumario, los populares no podrán conocer las actuaciones del juez ni, en su caso, oponerse a ellas.

¿Qué va a ser de ellos, los pobres? ¿Quién los va a defender ahora de las “arbitrariedades” e “injusticias” del juez Ruz, como escribieron – pasándose veinte pueblos - en su recurso contra la expulsión como acusación particular? ¡Qué injusta es la Justicia! ¡Unas blindadas y otros ofendidos y abandonados a su suerte!

Las lindezas de Linde

Que la reforma laboral se convertiría en una trituradora de puestos de trabajo era algo que solo el Gobierno y la patronal negaron cuando se aprobó. El aumento del paro – y subiendo – les está quitando la razón mes a mes y trimestre a trimestre a quienes pretendieron vender la reforma como una de las panaceas imprescindibles – “no hay otro remedio” - para salir de la crisis. El ajuste salarial a la baja que ha supuesto la reforma y la pérdida de derechos laborales de unos trabajadores atenazados por el miedo a perder el empleo, le ha permitido a España ganar competitividad cara al exterior – algo de lo que no para de presumir el Gobierno a falta de un argumento mejor - a costa de deprimir la demanda interna.

En paralelo, la interminable reestructuración del sistema financiero mantiene también congelado el crédito sin que nadie mueva un dedo para que, al menos los bancos que han recibido dinero público, destinen parte de esas ayudas a paliar la sequía de empresas y familias. En ese objetivo – que debería de ser una de sus principales preocupaciones - no está ni se le espera el Banco de España. Su gobernador, Luis Linde, prefiere meterse en jardines que no son de su competencia y dar consejos sobre el mercado laboral, siguiendo así la senda igual de torcida de su antecesor en el cargo, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

La última de las lindezas de Linde ha sido sugerir que se elimine el salario mínimo y se puedan hacer contratos al margen de los correspondientes convenios. A Linde – que debe tener alguna querencia hasta ahora desconocida por los dorados años de la esclavitud - le debe parecer un dispendio que haya trabajadores que cobren la exorbitante cifra de 645 euros mensuales o que sus condiciones laborales estén amparadas por un convenio colectivo. Acabar con eso es su receta mágica para resolver la ineficacia de la reforma laboral de la que asegura – y en esto acierta – que ni ha detenido la destrucción de empleo ni ha servido para crearlo.

Que semejantes consejos contra el paro los hubiese lanzado el presidente de la patronal – al que seguramente le han encantado las ideas de Linde – nos habría parecido hasta normal y lógico. Que lo haya hecho el gobernador del Banco de España merece la más absoluta repulsa. En primer lugar porque nada se le ha perdido a esa institución en asuntos tocantes a la regulación – o más bien desregulación – del mercado laboral. No es esa su función sino la de supervisar el sistema financiero, sobre el que, sin embargo, nada sensato y que ataña al interés general de los ciudadanos se le ha oído decir o hacer ni antes ni durante esta maldita crisis.

Cuando la burbuja inmobiliaria se hinchaba peligrosamente, no movió un dedo para desinflarla; cuando estalló, no se cansó de repetir que la salud del sistema financiero era envidiable; cuando los bancos vendían hipotecas con cláusulas abusivas, ni se inmutó; cuando esos mismos bancos empezaron a desahuciar a miles de familias, miró para otro lado; cuando miles de jubilados y pensionistas fueron engañados vilmente con el corralito de las preferentes y la deuda subordinada, hizo como que la cosa no iba con él; cuando un monstruo llamado Bankia salió a bolsa, aplaudió con las orejas; cuando los bancos cerraron el grifo del crédito, dio largas a la solución del problema que sigue igual de empantanado que el primer día.

De nada de lo que debería de haber estado pendiente porque era y es su cometido y su función lo ha estado el Banco de España que, sin embargo, sí se permite la licencia de pontificar sobre los males del mercado laboral de este país y ofrecer propuestas descabelladas e insultantes. Por sí aún había alguna duda sobre los intereses que defiende y ampara el Banco de España en esta crisis, las últimas lindezas de Linde las han despejado por completo.

Agencia de Viajes Gürtel

Ya es mala pata que el mismo día en el que el Congreso debatía sobre la Ley de Transparencia publiquen los medios que la trama corrupta Gürtel también corrió con parte de los gastos de un viaje de Ana Mato a Disneyland París y que el filántropo Francisco Correa planeó una excursión en trineo con perros huskies por la helada Laponia para él, Bárcenas y Sepúlveda, el ex marido de la ministra.

Tardando está Ruiz - Gallardón en exigirle a la Fiscalía General del Estado que inste al juez Ruz para que ordene el cese inmediato de cualquier información periodística que afecte a la familia Mato – Sepúlveda, a Luis Bárcenas o al propio Correa. La seguridad nacional está en juego y de aquí no me muevo.

Conocido por la Agencia Tributaria que Correa pagó con su espléndida tarjeta de crédito parte del viajecito de Mato a la morada del ubicuo ratón Mickey en París – no hay constancia aún de que se diera una vuelta por el Louvre aunque fuera pagando ella la entrada – la reacción de la ministra ha sido la de ¡oh, cielos. Y yo sin enterarme!. Ella - al igual que la egregia infanta Cristina y los negocios de su marido – tampoco sabía nada, oiga. Así que no es justo señalarla con el dedo ni tirarse de los pelos porque no tenga la menor intención de dimitir ni Mariano Rajoy de destituirla, no vaya a Aznar a ponérsele bravo de nuevo.

Y eso a pesar de que esta señora, tan despistada con sus gastos domésticos, tampoco sabía si el Jaguar que había aparcado en el garaje había caído del cielo o se lo habían traído los Reyes Magos, que para el caso es lo mismo. Ni supo nunca que los cumpleaños y comuniones de sus retoños o un viajecito a Dublín o una escapada a La Palma o….. también los apoquinó un Papa Noel con mostacho y gafas de sol. Suponer que todo eso lo pagó este cuarto rey mago a cambio de favores de las administraciones públicas del PP es una calumnia y ni por la cabeza debería de pasársenos. Lo hizo por amistad entrañable, como el iluminado regalo por la boda del yerno de Aznar, por filantropía, por caballerosidad, porque él es así y punto.

Ahora bien, se impone la duda razonable de si una mujer que no tiene ni pajolera idea de quién paga su gastos puede seguir al frente de un ministerio como el de Sanidad. ¿Y si se nos cuela un virus mutante? ¿Y si las bacterias se amotinan? ¿Y si los triglicéridos se van de copas?

Hablemos ahora de Laponia, la patria del generoso Papa Noel, miren por dónde. Se trata de un sitio en el que no he estado nunca pero en el que seguro que hace un frío do carallo. Allí sólo hay nieve – junto a los bancos suizos, el hábitat natural de Luis Bárcenas – y perros huskies. Pues allí que planeó Correa un viajecito en trineo para él, el Bárcenas y el Sepúlveda - insistimos – ex esposo de la ministra que no se entera de quién le paga sus gastos.Todos juntos y revueltos, en buena hermandad y camaradería, guiando trineos de perros por los helados páramos de Laponia y suponemos que dándole al vodka a gollete.

Eso sí, previa escala en Helsinki, en hotel de lujo y en habitaciones altas para disfrutar de una vista desahogada sobre la hermosa capital finlandesa. Habida cuenta de que se trataba de clientes VIP, se le olvidó exigirle a la dirección del hotel que ese día no estuviera nevando o lloviendo sobre Helsinki, no se fueran a acatarrar y se fastidiara el paseo en trineo. En cualquier caso, pecata minuta.

Vista su eficacia y competencia yo ya he decidido que las vacaciones de este verano las pondré en manos de Viajes Gürtel. Sólo me falta decidirme entre las Islas Caimán o las Bahamas. ¿Qué me aconsejan?