Pedro de Armas tomar

Anda otra vez revuelta la cosa política en Lanzarote, lo cual no es ninguna novedad. Por un lado, en el ayuntamiento de Arrecife hay suelto un Eduardo Snowden casero que ha robado correos electrónicos internos y los ha aventado públicamente. Quién, cómo y para qué es algo que ya está investigando la policía después de la denuncia del alcalde. Por lo pronto seguimos atentos a las pantallas porque el asunto promete. 

Aunque mucho más prometedor es el informe de la policía sobre las propiedades de Pedro de Armas, un concejal de Arrecife también conocido como “Pedro el Navegante”, que en enero de 2012 salto al estrellato nacional por desaparecer literalmente del ayuntamiento durante cinco meses con sus 150 días y sus 150 noches. Felizmente fue localizado al cabo de ese tiempo en el Caribe participando en una regata y después de haberle colocado al ayuntamiento de sus desvelos la factura del móvil.

A lo que íbamos. La policía, que lleva dos años siguiéndole los pasos a él y a su familia, dispone de un grueso tocho en el que se detallan las propiedades del concejal en cuestión, que ríanse ustedes de las cuentas de Bárcenas y sus conmilitones en Suiza: más de 100 fincas (dos de ellas en Argentina), 20 coches, nueve barcos y ¡66 cuentas corrientes!. Loco de la cabeza debe de estar este hombre para controlar las épocas de cultivo de tanta finca, los cambios de aceite de tanto coche, los remos de tanto barco y, sobre todo, los saldos de tantas cuentas. Con una agenda tan cargada es milagroso que además tenga tiempo para ocuparse de los problemas de los vecinos de Arrecife.

Y todo esto para empezar, porque estamos a la espera de una comisión rogatoria judicial a Argentina sobre las propiedades del concejal en la tierra del tango que puede que sí o puede que no, descubra más fincas, empresas o hasta una fábrica de mate. Ya veremos. Así las cosas, a Pedro de Armas lo ha puesto en el punto de mira la Audiencia de Las Palmas al ordenar que se investigue de dónde ha sacado lo que dice la policía que tiene.

Sospechan en la Audiencia que “Pedro el Navegante” intermediaba a placer entre alcaldes de su misma cuerda política y promotores turísticos a cambio de ya saben qué: comisiones ilegales que luego blanqueaba en fincas, coches y barcos. Tiene en cuenta, además, que a de Armas se le ve desde hace mucho tiempo en malas compañías, entre ellas algún ex alcalde imputado por corrupción y a la espera de calentar el banquillo de los acusados.

Con su decisión, la Audiencia afea que el juez que instruía el caso en Lanzarote le diera carpetazo antes de tiempo y sin esperar, por ejemplo, por los resultados de la comisión rogatoria a Argentina y sin que concluyera el informe policial sobre las andanzas por mar, tierra y ultramar del concejal.

Su partido, el PNL-NC, le ha pedido que entregue el acta pero ahí se ha quedado y ni siquiera parece tener intención de sacarlo de la dirección a la que pertenece y mucho menos de expulsarlo. De Armas, que no está imputado pero tiene bastantes boletos para estarlo, dice que es inocente, que todo lo que tiene lo ha ganado con el sudor de su frente (de ahí lo del gorro graciosero de la foto de arriba) y que no llegó a la política con “una mano delante y otra detrás” porque acababa de vender un hotel por el que sacó 500 millones de las añoradas pesetas. Todo es posible en la viña del señor, aunque mucho más si cabe en la de La Geria. Continuará….

Camas calientes

Ha hecho bien le presidente canario en rectificar sus declaraciones en las que señaló a las familias como las responsables de que 400 pacientes permanezcan ocupando camas en los hospitales de las Islas a pesar de contar con el alta médica. Sin embargo, después de reconocer que no son las familias, al menos en la inmensa mayoría de los casos, las culpables de esa situación, es necesario dar un paso más allá para averiguar cuáles son las causas del problema y ponerles remedio. Como bien dice el presidente en su rectificación, a ninguna familia le gusta tener a un pariente en el hospital. 

La mayoría de los expertos coinciden en señalar dos factores determinantes para explicar un problema que ha ido en aumento desde el inicio de la crisis económica. El primer tiene que ver con la disponibilidad de camas para pacientes de estancia media o larga. En España nos hemos pasado décadas construyendo grandes hospitales de agudos, bien dotados de personal y medios técnicos. Sin embargo, estamos casi a la cola de la OCDE en número de camas para enfermos crónicos, muchas veces de avanzada edad, que necesitan atención sanitaria casi permanente aunque no de la intensidad de la que se dispensa en un hospital de agudos.
Cuando a estos enfermos se les da el alta en un hospital tienen dos alternativas: irse a casa en donde puede que su familia no tenga medios suficientes para prestarles la atención que necesitan y en donde incluso tengan que vivir el calvario de reiteradas recaídas con los consecuentes ingresos hospitalarios, o quedarse en el hospital de agudos. Se calcula que son más de 5.000 las personas que en estos momentos ocupan camas de hospitales de agudos en España cuando deberían de estar en un centro sociosanitario para estancias más prolongadas. 


Esta evidente ineficiencia del sistema sanitario tiene un coste para la sanidad pública que los expertos cifran en unos 1.500 millones de euros al año. Muchos de estos pacientes son derivados a centros concertados en donde el coste de la cama es notablemente inferior a la de un hospital público. De manera que la sanidad privada hace un buen negocio a costa de una ineficiencia pública que pagamos todos los ciudadanos vía impuestos, copagos y recortes. 

El otro factor a tener en cuenta es la debacle de la Ley de Dependencia que tantas expectativas ahora defraudadas despertó. El Ministerio también ha metido aquí la tijera endureciendo los requisitos para acceder a las ayudas previstas en la ley y suprimiendo las cotizaciones a la Seguridad Social de los cuidadores familiares. Únase a esto que la gestión de esta ley por parte de la comunidad canaria es manifiestamente mejorable – es la comunidad con menos dependientes reconocidos – y tendremos otra causa directa de que pacientes dependientes no reconocidos oficialmente deban seguir ocupando camas que deberían destinarse a enfermos agudos y contribuir de este modo a aligerar las listas de espera ya de por sí muy elevadas. 

Nadie ha dicho que las soluciones sean sencillas ni rápidas, sobre todo para solventar el enorme déficit de plazas sociosanitarias en una etapa de grandes restricciones presupuestarias. Pero una vez detectada la raíz del problema hay que encontrar la respuesta que en ningún caso puede pasar por hacer recaer sobre las familias una responsabilidad que no les corresponde.

Veinte españoles

Si hoy le preguntaran a Mariano Rajoy o a cualquiera de sus ministros qué opinan de que veinte españoles tengan tanto dinero como diez millones de sus paisanos, seguramente diría que las “reformas estructurales” del Gobierno van en la buena dirección. ¿Cuál es esa dirección? Véase el informe publicado hoy por Intermon Oxfam que sitúa a España como el segundo país con más desigualdad de la Unión Europea: Informe Oxfam

Si al presidente de este país le pudiera preguntar alguien si cree que la creciente desigualdad social es incluso un serio riesgo para la democracia, no me cabe la más mínima duda de que contestaría que las “reformas estructurales” del Gobierno van en la buena dirección. En el caso de que se le pudiera preguntar a Rajoy o a alguno de sus ministros si son sus políticas, ajustes y recortes de los dos últimos años responsables en alguna medida de que haya seguido creciendo la brecha entre los que más tienen y los que ya no tienen nada, estoy convencido de que contestaría que “las reformas estructurales” de su Gobierno van en la buena dirección y que “la luz ya se ve al final del túnel”.

Pongámonos en el caso de que le pudiéramos preguntar al presidente por la mayoritaria percepción que tienen los ciudadanos de que no se gobierna pensando en sus intereses y necesidades sino en los de los bancos y grandes corporaciones. Me apuesto lo que quieran a que respondería que las “reformas estructurales” del Gobierno van en la buena dirección. Ya puestos, imaginen que pudiéramos interpelar al presidente sobre la idea cada vez más extendida entre los ciudadanos de que quienes realmente nos gobiernas a su conveniencia son los mercados, el FMI y la troika y no los representantes elegidos en las urnas. A fe que respondería que “las reformas estructurales” de su Gobierno van en la buena dirección y tal vez añadiría que “no hay otro remedio”. 



Si abusando de la confianza del presidente se le pudiera pedir su punto de vista sobre el hecho de que la corrupción política en su partido y en otros sigue campando a sus anchas, que nada serio y definitivo se ha hecho para erradicarla, y que los auténticos responsables de la crisis ni han pagado ni se espera que lo hagan, a buen seguro respondería que “las reformas estructurales” de su Gobierno…etc. En un hipotético caso de que fuera posible encarar al presidente y preguntarle qué le parece que la gente empiece a estar harta de que sus demandas sean desatendidas y sus problemas ignorados – caso Gamonal - el presidente tendría pronta la respuesta: “las reformas estructurales…”.

Por preguntar que no quede aunque ya sepamos la respuesta. Vamos a suponer que podemos interrogar al presidente sobre la razón de que las grandes fortunas siguen pagando muchos menos impuestos de los que deberían o de por qué no se pone fin a los paraísos fiscales. Respuesta: “las reformas estructurales….” Por último, hagamos un alarde de audacia y desparpajo y soñemos por un momento que podamos preguntarle a Mariano Rajoy si piensa hacer algo para empezar a recortar cuanto antes la gravísima brecha social que se ha abierto en nuestro país, con 20 españoles en poder de la misma riqueza que 10 millones de paisanos. ¿Adivinan la respuesta?