Si hoy le preguntaran a Mariano Rajoy o a cualquiera de sus ministros qué opinan de que veinte españoles tengan tanto dinero como diez millones de sus paisanos, seguramente diría que las “reformas estructurales” del Gobierno van en la buena dirección. ¿Cuál es esa dirección? Véase el informe publicado hoy por Intermon Oxfam que sitúa a España como el segundo país con más desigualdad de la Unión Europea: Informe Oxfam
Si al presidente de este país le pudiera preguntar alguien si cree que la creciente desigualdad social es incluso un serio riesgo para la democracia, no me cabe la más mínima duda de que contestaría que las “reformas estructurales” del Gobierno van en la buena dirección. En el caso de que se le pudiera preguntar a Rajoy o a alguno de sus ministros si son sus políticas, ajustes y recortes de los dos últimos años responsables en alguna medida de que haya seguido creciendo la brecha entre los que más tienen y los que ya no tienen nada, estoy convencido de que contestaría que “las reformas estructurales” de su Gobierno van en la buena dirección y que “la luz ya se ve al final del túnel”.
Pongámonos en el caso de que le pudiéramos preguntar al presidente por la mayoritaria percepción que tienen los ciudadanos de que no se gobierna pensando en sus intereses y necesidades sino en los de los bancos y grandes corporaciones. Me apuesto lo que quieran a que respondería que las “reformas estructurales” del Gobierno van en la buena dirección. Ya puestos, imaginen que pudiéramos interpelar al presidente sobre la idea cada vez más extendida entre los ciudadanos de que quienes realmente nos gobiernas a su conveniencia son los mercados, el FMI y la troika y no los representantes elegidos en las urnas. A fe que respondería que “las reformas estructurales” de su Gobierno van en la buena dirección y tal vez añadiría que “no hay otro remedio”.
Si abusando de la confianza del presidente se le pudiera pedir su punto de vista sobre el hecho de que la corrupción política en su partido y en otros sigue campando a sus anchas, que nada serio y definitivo se ha hecho para erradicarla, y que los auténticos responsables de la crisis ni han pagado ni se espera que lo hagan, a buen seguro respondería que “las reformas estructurales” de su Gobierno…etc. En un hipotético caso de que fuera posible encarar al presidente y preguntarle qué le parece que la gente empiece a estar harta de que sus demandas sean desatendidas y sus problemas ignorados – caso Gamonal - el presidente tendría pronta la respuesta: “las reformas estructurales…”.
Por preguntar que no quede aunque ya sepamos la respuesta. Vamos a suponer que podemos interrogar al presidente sobre la razón de que las grandes fortunas siguen pagando muchos menos impuestos de los que deberían o de por qué no se pone fin a los paraísos fiscales. Respuesta: “las reformas estructurales….” Por último, hagamos un alarde de audacia y desparpajo y soñemos por un momento que podamos preguntarle a Mariano Rajoy si piensa hacer algo para empezar a recortar cuanto antes la gravísima brecha social que se ha abierto en nuestro país, con 20 españoles en poder de la misma riqueza que 10 millones de paisanos. ¿Adivinan la respuesta?
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