Los ciudadanos de Canarias se quedaron ayer con las ganas de expresar en las urnas lo que opinan de las prospecciones que Repsol realiza en aguas de las islas desde hace una semana. La consulta convocada por el Gobierno de la comunidad autónoma fue abortada por el Ejecutivo central mediante un recurso ante el Tribunal Constitucional que la suspendió temporalmente hasta que decida sobre el fondo de la cuestión. Sin embargo, la macroencuesta alternativa encargada por el Gobierno canario a las dos universidades de las Islas y cuyos datos hemos conocido hoy ha venido a poner negro sobre blanco el mismo o parecido resultado que probablemente habrían arrojado las urnas: una aplastante mayoría de ciudadanos en contra de unos sondeos que ven peligrosos para el medio ambiente del Archipiélago. (Pinche aquí para consultar la encuesta )
Por espigar sólo unos pocos datos, tres de cada cuatro canarios se oponen a las prospecciones, una oposición que es más acusada en las islas más próximas al lugar en el que Repsol busca gas o petróleo desde el lunes pasado. En la inmensa mayoría, la razón argumentada por quienes se oponen es el riesgo que estos trabajos representan para el medio ambiente. Por el contrario, el 15% que apoya la actividad de Repsol en las aguas canarias aduce la creación de empleo que se generaría. Aunque minoritario, es llamativo este argumento por cuanto, a fecha de hoy, ni Repsol ni el Ministerio de Industria que apadrina el proyecto han sido capaces de precisar con una cierta aproximación cuántos puestos de trabajos se han creado en la fase exploratoria ya iniciada ni cuántos se crearían en el supuesto de que se encontrara gas o petróleo y la multinacional decidiera extraerlo y comercializarlo en su beneficio, que no en el de los canarios.
A lo más que han llegado unos y otros es a hablar de “oportunidades de empleo”, signifique eso lo que signifique. Por lo demás, a fecha de hoy, tampoco hay ningún compromiso firme de que las islas participarán de algún modo en los beneficios que Repsol obtenga de la eventual extracción de petróleo. Es revelador también el apoyo que refleja la encuesta a la posición del Gobierno de Canarias en este controvertido asunto, a menudo tildada de “politizada” por el Gobierno del Estado y por el PP canario: siete de cada diez encuestados creen que debe continuar oponiéndose institucionalmente a los planes de la petrolera y del Ministerio.
La encuesta se ha hecho sobre una muestra de 2.700 entrevistas en todas las islas, superior incluso a la que realiza el Centro de Investigaciones Sociológicas para todo el país. Estima un margen de error del 2% y ha sido realizada con el respaldo académico y técnicos de las dos universidades canarias, lo que la aleja de cualquier tentación de considerarla amañada políticamente. En realidad, el resultado no debería de ser una sorpresa demasiado grande para nadie: bastaba echar un vistazo a la participación en las protestas públicas celebradas en los últimos meses en las islas o a lo que se opina en las redes sociales sobre este asunto para predecir que la gran mayoría de la sociedad canaria rechaza de plano estos sondeos.
Sin duda, quienes siguen considerando que la industria petrolera es inocua para el medio ambiente y que dejará beneficios sin cuento en las islas van a seguir defendiendo estas prospecciones contra viento y marea. En su derecho están pero ahora al menos ya saben que su posición es claramente minoritaria. Con todo, la cuestión de fondo ahora es saber si el titular del Ministerio de Industria, José Manuel Soria, tiene algo que decirles a los siete de cada diez paisanos suyos que rechazan un proyecto en el que ha puesto todo su empeño personal y político.
¿Les dirá que están equivocados de medio a medio y repetirá que la industria petrolera será la solución para todos los problemas de Canarias, que es compatible con el turismo y no representa riesgo alguno para el medio ambiente? ¿Les dirá que han sido manipulados por el “politizado” Gobierno autonómico para que se opongan a los sondeos como si los ciudadanos no fueran capaces de pensar y decidir por sí mismos? ¿Les dirá que no se ha sabido explicar bien? ¿Les dirá que las catas de Repsol continuarán adelante a pesar de lo que opine la mayoría de los canarios? ¿Cree y respeta el ministro la opinión mayoritaria de los ciudadanos aunque ésta no se exprese en las urnas en las que su Gobierno no les permitió expresarse? Estamos esperando las respuestas.
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