Granadilla: una expulsión en diferido

Para tener carácter extraordinario y efectos casi fulminantes, la expulsión de los concejales de CC en el ayuntamiento tinerfeño de Granadilla se está pareciendo cada vez más a una expulsión en diferido o a cámara lenta. Los que estén puestos en la siempre entretenida política canaria ya sabrán que me refiero a la gamberrada de los chicos de CC en ese ayuntamiento en el que gobierna años ha un socialista llamado Jaime González Cejas. Los de CC, con el apoyo siempre desinteresado del PP y la leal colaboración de Ciudadanos, le endilgaron hace ya más de una semana una moción de censura con el argumento de que está imputado judicialmente; a eso añadieron, para hacer bulto y llenar un par de folios más, la habitual retahíla de que el pueblo anda manga por hombro, que nadie mueve un papel en el ayuntamiento y que ni agua para las palomas hay en la plaza. 

Fue presentarla y arder Troya en el PSOE: deslealtad e incumplimiento fueron los palabros de inmediato disparados ante los medios, junto a la exigencia de "revertir" ipso facto tamaña trastada y falta de respeto al pacto regional, y dos piedras, que nos tiene a todos con dolor de cabeza desde hace ya más de un año. Se puso a la tarea de arreglar el estropicio el siempre conciliador Barragán, secretario de los nacionalistas, que de inmediato advirtió a sus levantiscos compañeros de Granadilla que debían retirar  la moción en 24 horas so pena de ser expulsados a las tinieblas exteriores del transfuguismo.

Nos sentamos todos a esperar que llegara la hora terrible del juicio final para los concejales de CC cuando de manera más bien poco inesperada les salió un valedor: la dirección de su partido en Tenerife, que exigió que se escucharan los argumentos de los censurantes antes de darles el pasaporte. De paso pidieron al PSOE - por pedir que no quede - que exigiera la renuncia de González Cejas con el argumento de que, total, en cualquier momento se le abrirá juicio oral por sus imputaciones y siempre es mejor irte en lugar de que te echen en aplicación del código ético y otras dos piedras. 


El PSOE no transigió y el tiempo siguió pasando hasta que llegó la hora del Apocalipsis para los revoltosos concejales granadilleros. Y - como dicen los redichos - cuál no sería nuestra sorpresa cuando nos enteramos de que, después de haber sido escuchado y rechazado su pliego de descargo, habían sido expulsados " provisionalmente ", hallazgo político que merece pasar inmediatamente a la historia universal de los eufemismos más desopilantes. 

No se vayan, que aún hay más: a pesar de que ya se habían escuchado sus argumentos, la dirección les ha dado otras 24 horas - tic-tac, tic-tac - para que aleguen de nuevo contra la "expulsión provisional". Será en la reunión que la dirección suprema de CC celebrará mañana cuando - supuestamente - se tomará la definitiva, postrera, inapelable e impepinable decisión de enseñarles la puerta de salida del partido; eso o abrir un nuevo periodo para que lo mediten bien en un convento cartujo con todos los gastos pagados. 

Mañana veremos pues si se impone la intención de Barragán de echar a los concejales piromanos del pacto, aunque sea por entregas y en cómodos fascículos, o la de CC en Tenerife, partidaria seguramente de erigirles un monumento conmemorativo en la plaza mayor si consiguen hacerse con un ayuntamiento históricamente socialista y del que, junto a otros del sur de Tenerife, se alimenta la fuerza política de la mismísima número dos del Gobierno regional, Patricia Hernández, del PSOE por más señas. 

El asunto no es menor porque quien dirige la formación nacionalista en Tenerife es también quien preside el Gobierno de Canarias gracias al pacto con el PSOE. Hay quien piensa en CC que se ha ido demasiado lejos en la presión sobre los habitualmente dóciles socialistas y temen que si el acuerdo se rompe se acabe la vida regalada y haya que buscar aliados probablemente mucho menos receptivos. A eso hay que sumar que Barragán ha advertido de que entregará los bártulos de secretario general si la moción prospera, con lo que CC podría acabar haciendo un pan como unas tortas. Veremos en las próximas horas cómo lo arreglan y cómo salen de esta. En última instancia, seguramente todo dependerá de si la amplia capacidad de aguante del PSOE está realmente agotándose o de si lo suyo es sólo otra llantina porque el amigo abusón le ha birlado otro ayuntamiento. Continuará...

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