Salvando todo
tipo de distancias, la inflación de
candidatos a hacerse con el santo y la limosna del PP canario me recuerda a lo sucedido cuando el del Ferrol no tuvo más opción
que dedicarse a criar malvas. Surgieron entonces tantos partidos políticos como
setas después de un día de lluvia. Entre reconstituidos, históricos, renacidos,
refundados, maoistas, marxista – leninistas, falangistas y medio pensionistas
se podía militar cada mes en uno distinto sin riesgo de repetir militancia en
todo un año. Con razón se llamó a aquello la sopa de siglas y no por nada lo
del PP canario parece ya la sopa de candidatos.
Antes de que a
José Manuel Soria lo arrastrará el vendaval panameño, el que se movía no salía
en la foto. Con Soria enriqueciendo el currículum y el aire fresco circulando
por todos los rincones del partido, la máxima de Alfono Guerra se interpreta a
la inversa y, así, quien no sale en la
foto ahora es el que no se mueve. Fue darse a conocer la fecha del congreso
regional y saltar a la arena de los candidatos el ex alcalde de Las Palmas de
Gran Canaria, Juan José Cardona, al que no han tardado en imitar la diputada
tinerfeña Cristina Tavío y Enrique Hernández Bento, hasta hace un año mano
derecha de Soria en el ministerio de Industria.
Los tres crecieron
políticamente a la sombra de Soria y los tres aspiran a desplazar de la
presidencia a Asier Antona, el ungido por Génova para dirigir el partido tras
la debacle panameña y al que la dirección nacional sigue apoyando
descaradamente, sin importarle gran cosa que haya más candidatos en liza. Él, mientras, ya se ha ha hecho con el apoyo
expreso de alcaldes y otros cargos públicos que, como buenos conservadores, tal
vez prefieren lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Es más, en
Madrid, en donde con Rajoy se bastan y sobran per secula seculorum, empiezan a hacerse cruces ante la inflación de
candidatos y a lanzar mensajes a navegantes sobre lo negativo que sería para el
partido que todos se mantuvieran en sus trece hasta el congreso. Un punto de
razón no le falta a Génova: si el único objetivo de estos tres candidatos es
desplazar a Antona más que ofrecer un proyecto de partido verdaderamente
alternativo al oficialista, no parece de mucha lógica que no fusionen sus
candidaturas.
No hay que
descartar que sea eso lo que termine ocurriendo en función de los apoyos que
cada uno sea capaz de exhibir y de los cargos orgánicos que esté dispuesto a
ceder a sus contrincantes. Hay otro escollo clave para el acuerdo y es el origen
territorial de los candidatos, un nuevo sesgo inesperado en el seno de un PP gobernado
desde Gran Canaria desde 1991 hasta la marcha de Soria el año pasado. Aunque
por obvias razones electorales nadie lo reconoce abiertamente, Cardona y
Hernández Bento buscan que ese control no salga de Gran Canaria y Tavío aspira
a que lo ejerza a partir de ahora Tenerife.
El control territorial del PP a través del reparto de los cargos orgánicos y procurarse de este modo el mejor puesto de salida para las próximas listas electorales son los asuntos que verdaderamente mueven a unos y a otros cara al congreso de marzo. Eso, y la posibilidad nada despreciable de poder tocar poder autonómico aprovechando la situación de precariedad política en la se encuentra CC en el gobierno regional.
El control territorial del PP a través del reparto de los cargos orgánicos y procurarse de este modo el mejor puesto de salida para las próximas listas electorales son los asuntos que verdaderamente mueven a unos y a otros cara al congreso de marzo. Eso, y la posibilidad nada despreciable de poder tocar poder autonómico aprovechando la situación de precariedad política en la se encuentra CC en el gobierno regional.
Así pues, no nos caigamos de un guindo a estas alturas de la historia: a eso y a muy poco más suelen reducirse en la actualidad este y los congresos de los restantes partidos políticos. A partir de ahí, las ponencias ideológicas, sociales o económicas sólo suelen ser literatura, generalmente mala, para quedar bien ante los afiliados y la opinión pública. Todas esas conclusiones y listas de buenas intenciones generalmente se olvidan en cuanto cae el telón y se apagan las luces del escenario. Eso pasaba con Soria y pasará también sin Soria.
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