Una feliz
conjunción astral hará posible que dos grandes líderes de hemisferio
occidental, Donald Trump y Mariano Rajoy, hablen esta noche por teléfono. A
hacer posible el histórico momento ha ayudado mucho que Trump se haya tomado el
día libre y no tenga previsto construir hoy ningún muro ni prohibir la entrada
en Estados Unidos a los ciudadanos de Papúa Nueva Guinea y Madagascar. A Rajoy,
por su parte, le ha venido muy bien que el Real Madrid no juegue hoy partido de
la Champions, con lo que está dedicando la tarde a pulir la pronunciación del jau ar yu, el ai an Mariano y el ai an veri
güell.
Ni la Casa
Blanca ni La Moncloa han precisado quién pagará la llamada de larga distancia,
aunque sabiendo lo que le preocupa a Rajoy incumplir el déficit es probable que
se la intente cargar a Trump. Partiendo de que el inglés de Rajoy es más
gestual que oral y de que Trump detesta
el idioma español, sería muy conveniente que a uno y a otro lado del hilo
telefónico se apostaran sendos intérpretes de probada competencia. Hay que
evitar a toda costa cualquier malentendido en la coversación que lleve a Trump
a firmar una orden ejecutiva para construir un muro entre Aragón y Cataluña y
exigir que lo paguen los canarios.
En todo caso,
no hay que ser adivino para saber de qué hablarán esta noche ambos líderes en
un encuentro que los libros de Historia señalarán como un hito que marcó un antes
y un después en la configuración de unas nuevas relaciones internacionales. De
adelantarnos lo esencial del contenido de esa conversación se ha encargado esta
misma tarde un feliz Íligo Méndez de Vigo, ministro portavoz de Moncloa, según
el cual, Rajoy le va a decir a Trump que “cuente con nosotros” porque “somos
dos socios importantes en el mundo” y vivimos en un momento en el que “es importante
hablar y dialogar (sic) para buscar
acuerdos y buscar soluciones (más sic) que
al final sirvan para facilitar la vida a las personas (otro sic)”.
No le pareció
suficiente inclinación de cerviz al ministro que remató asegurando que
“queremos tener unas buenas relaciones” porque “España juega un papel
protagonista en la Unión Europea” (aquí
añadan un sic tan grande como quieran). Tengan la seguridad plena de que,
efectivamente, el ministro dice la verdad y ese será el tenor de la charleta telefónica
de esta noche de Rajoy con Trump. No habrá ni un solo reproche a las
barrabasadas del Nerón de la Casa Blanca ni una palabra en defensa de México y
de los mexicanos, país del que Rajoy se olvidará convenientemente esta noche a
pesar de los lazos históricos y culturales y las relaciones económicas con España.No por nada es Rajoy un experto mundialmente reconocido en ponerse de perfil cuando hay tormenta hasta conseguir pasar completamente desapercibido.
Eso es exactamente lo que ha venido haciendo desde que Trump llegó a la Casa Blanca y empezó a tomar decisiones que han alarmado a medio mundo menos al impertérrito presidente español. Ni siquiera ha seguido en esta ocasión a su admirada Angela Merkel, la única líder europea que junto a Hollande – aunque éste ya ha hecho las maletas - se ha atrevido a elevar el tono por las locuras de Trump. De otra cosa también podemos estar seguros: Trump no le colgará el teléfono a Rajoy como hizo hace unos días con el primer ministro australiano. Eso sí, corre un serio riesgo de quedarse dormido ante tanto arrullo sobre buenas relaciones bilaterales como tendrá que escuchar esta noche.
Eso es exactamente lo que ha venido haciendo desde que Trump llegó a la Casa Blanca y empezó a tomar decisiones que han alarmado a medio mundo menos al impertérrito presidente español. Ni siquiera ha seguido en esta ocasión a su admirada Angela Merkel, la única líder europea que junto a Hollande – aunque éste ya ha hecho las maletas - se ha atrevido a elevar el tono por las locuras de Trump. De otra cosa también podemos estar seguros: Trump no le colgará el teléfono a Rajoy como hizo hace unos días con el primer ministro australiano. Eso sí, corre un serio riesgo de quedarse dormido ante tanto arrullo sobre buenas relaciones bilaterales como tendrá que escuchar esta noche.
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