Recula, da marcha atrás, se la envaina la ministra de Sanidad. Ana Mato retira su impopular triple copago del transporte sanitario no urgente, la dietoterapia y las prótesis. La ministra, que ha hecho de los copagos y repagos farmacéuticos la luz que guía todos sus pasos para garantizarnos una sanidad “universal y de calidad”, no se ha atrevido sin embargo a dar la cara para explicar el cambio de postura. Ha mandado a su número dos, Pilar Farjas, que con más entusiasmo que éxito ha explicado que la retirada de estos tres copagos de una tacada se debe a la mejora de la situación económica.
Seguramente fue lo primero que sus asesores le dijeron que dijera, aunque también es posible que el espíritu navideño de Rajoy y sus venturas económicas para 2014 hayan calado ya en los escalones inferiores del Gobierno como los polvos pica - pica. Miente el Ministerio y lo sabe. La razón que le ha obligado a retirar un copago injusto y hasta cruel para enfermos que necesitan quimioterapia, diálisis o una silla de ruedas es que el coste de su implantación se comería el ahorro previsto. Así se lo habían hecho ver asociaciones de enfermos, muchos expertos y por último y para rematar se lo ha puesto negro sobre blanco el propio Consejo de Estado en un informe demoledor.
Acostumbrada como está la ministra y el resto del gabinete que preside Rajoy a gobernar a través del BOE, sin negociar ni razonar ni argumentar ni explicar las injustas medidas que toma, es seguro que a Mato le habrá costado lo suyo dar marcha atrás en este triple copago. Queda ahora la duda de lo que ocurrirá con otro copago, el que afecta a los pacientes crónicos que deben retirar los medicamentos para sus dolencias en las farmacias hospitalarias. También de este han dicho no pocos expertos que, además de incidir de forma negativa en pacientes de edad avanzada y en muchos casos polimedicados, el coste de implementar el sistema para hacerlo efectivo puede ser más costoso que el ahorro que podría generar al Sistema Nacional de Salud.
Ahorro que, por otra parte, nadie conoce muy bien. El Ministerio es el patrocinador de una medida publicada y en vigor pero en la que no hay alusión alguna ni al ahorro previsto con ella ni al número de pacientes afectados. Ese desprecio por el rigor y la transparencia en la gestión pública no hace sino agravar más aún la nula sensibilidad de la ministra para con los enfermos y sus necesidades terapéuticas. Algunos vaticinan ya que también tendrá Ana Mato que retirar este otro copago.
Lo cierto es que ninguna comunidad autónoma lo aplica todavía a pesar de que tenía que haber entrado en funcionamiento este mes. Sin embargo, a las que han anunciado que lo recurrirán por injusto ante los tribunales se suman las que aseguran no disponer aún del sistema necesario para empezar a cobrar y no saben cuándo podrán contar con él. Hasta la mismísima Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y a la sazón presidenta de Castilla – La Mancha, ha dicho que serán las arcas públicas de su comunidad autónoma las que corran con el copago de marras.
Así, las advertencias del Ministerio hace unos días recordando a las autonomías que el copago es de obligado cumplimiento ha recibido un espectacular corte de mangas ya no sólo en autonomías desafectas con el Gobierno popular, algo previsible, sino en el propio PP. No debería de darle más vueltas la ministra para retirar también este injusto copago. Sobre todo ahora que hasta Obama está impresionado con la recuperación de la economía española. Ahora bien, sólo con que la trama Gürtel y sus “piezas separadas” devolvieran una pequeña parte de lo que han saqueado durante años a las arcas públicas y con que Mato vendiera el Jaguar que los Reyes Magos le dejaron a su ex marido en el garaje doméstico, ya tendríamos suficiente para ahorrarnos el copago y hasta sobraría para unas cañas.
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