Vamos a ver, dijo un ciego

Anuncian las petroleras españolas – REPSOL, CEPSA y BP – que van a hacer un esfuerzo para que bajen los precios de los combustibles. Confío en que no se hernien y quiebren en el intento, no vaya a ser que tengamos que rescatarlas como a los bancos, ahora que alguna de ellas se ha convertido incluso en un símbolo patrio. Lo dijeron ayer poco antes de reunirse con el ministro Soria, que anda el hombre agobiado con los disgustos que le están dando el déficit de tarifa eléctrica y la meteórica subida de los precios de la gasolina, entre otros agobios.

Previamente, el propio Soria había dicho en el Congreso que como las petroleras no se avengan a razones y recorten sus márgenes de beneficios – los más altos de la Unión Europea – se van a enterar de cómo se las gasta el Gobierno en una época de crisis como la actual en la que todos tenemos que arrimar el hombro para - ya saben – crecer y crear empleo. Amenaza incluso el Gobierno con un incremento de la presión fiscal vía céntimo verde o medida similar que se aplicaría sobre los beneficios de las compañías.

Confía en que de llegar a tomar una medida como esa - que está por ver – su impacto no se traslade a los precios en las estaciones de servicio – no me imagino cómo - hasta el punto de que llenar el depósito del fotingo salga más caro que hacerlo con Don Perignon. De vigilar cómo se forman los precios de los combustibles que pagamos los curritos en la gasolinera no ha dicho nada el ministro, ni de investigar ese extraño fenómeno por el cual los precios suben a la vez en todos lados y en una cuantía similar; pareciera como si las petroleras se hubiesen puesto de acuerdo bajo cuerda para incrementarlos anulando la competencia entre ellas por la vía del conchabo. Mas, no debe pensar el ministro que tal cosa esté ocurriendo ni que ello sea motivo para una sanción ejemplar.


Mentarle esas cosas tan feas e impopulares a las petroleras y a otras grandes empresas es como nombrar la soga en casa del ahorcado y no me cabe duda de que, para evitarlo, pondrán cara de ser buena gente y prometerán el oro negro y el moro si hace falta. Otra cosa es lo que ocurra realmente en la práctica en un sector en el que la ley de la gravedad funciona el revés: todo lo que sube nunca baja o, si lo hace, nunca en la misma proporción en la que ha subido. 

Me malicio, no obstante, que lo más que le preocupa a Soria no es tanto que los desafortunados que no disponemos de coche oficial tengamos que dejarnos una buena parte de nuestro sueldo en la gasolinera. Creo más bien que la preocupación viene por la subida meteórica del IPC a cuenta precisamente de los carburantes, con lo que eso puede implicar para las cuentas públicas a la hora de revisar las pensiones en noviembre.

Ahora que, por mucho que Rajoy lo niegue, llegan desde Bruselas mandatos cada vez más nítidos sobre la necesidad de revisar el sistema de pensiones, el Gobierno se ve en la necesidad de hacer como que hace algo con el fin de parar la escalada de precios de las gasolinas y las petroleras simulan que van a hacer algo para darle gusto al Gobierno.

Los que no tenemos más remedio que acudir a las gasolineras deberíamos ir pensando en la bicicleta o en el coche de San Fernando; los pensionistas, por su parte, que vayan haciéndose a la idea de otro hachazo porque, como dijo un ciego, vamos a ver.

Cataluña enseña las uñas

La multitudinaria manifestación independentista de ayer en Barcelona – 600.000 manifestantes según el Gobierno central, 1,5 millones según los Mossos y 2 millones según los convocantes – es un serio toque de atención al Gobierno de Mariano Rajoy más allá del ineludible baile de cifras. Alentada y respaldada por el Gobierno de la Generalitat, si una cosa ha puesto de manifiesto esta marcha es que el Estado autonómico empiezan a saltar por las costuras que la Constitución de 1978 pretendió dejar bien cosidas. El tiempo ha demostrado que no es así y que resulta cada vez más perentorio pensar en un nuevo traje en lugar de remendar el viejo por la vía de la recentralización que propugna el PP, que sí supone un riesgo verdadero de ruptura.

Es cierto que la manifestación de ayer es la respuesta – contundente - ante la negativa del Gobierno español a negociar el pacto fiscal que exige la Generalitat, por más que las dimensiones de la demostración pública del descontento hayan superado con creces las propias previsiones del Govern que ahora deberá gestionar esta reivindicación independentista.
 
Pero también lo es que, detrás de esa protesta, anidan intereses políticos y económicos poco solidarios con el resto del país en una situación de crisis tan dramática como la actual. Sin olvidarnos de que la llama independentista le permite a Artur Mas desviar la atención sobre sus durísimos recortes derivados del descontrol en las cuentas públicas. Todo ello, sin entrar a analizar ahora cuál podría ser el futuro de un Estado catalán independiente que tendría que solicitar su ingreso en la Unión Europea y contar con la unanimidad de todos sus miembros para ser aceptada.

Sin embargo, el envite independentista de ayer no sólo está ahora en los tejados de la Generalitat y de las fuerzas políticas soberanistas; también está en el del Gobierno español con su presidente a la cabeza, que no puede despachar con un desdeñoso no es el momento de líos ni algarabías un asunto de este calado político. Es evidente que el apoyo del PP a CIU en Cataluña y de los nacionalistas catalanes a Rajoy en Madrid pone a ambas fuerzas políticas en una situación incómoda pero, tal vez por eso, favorable también para el encauzamiento de la situación. Algo tendrá que decir también el PSOE, además de las ambigüedades previas a la manifestación de ayer.

La Constitución fija la organización política del Estado pero ello no implica que su reforma deba ser tabú para los partidos políticos – para responder al dictado de los mercados no lo fue en absoluto y se cambió de la noche a la mañana.

Cada vez parece más evidente que únicamente explorando la vía federal puede tener alivio la dinámica de tensión permanente que viene presidiendo desde hace años las relaciones entre el Gobierno central y las comunidades autónomas, mucho más acusada a raíz de la crisis económica – véanse también los casos del País Vasco o de Canarias.

Resolver los problemas empieza por afrontarlos, no por minimizarlos, despreciarlos, demorarlos o esconderlos. Si hay voluntad y altura políticas no faltarán instrumentos para lograrlo.

Mariano Tancredo Rajoy

Cinco avezados periodistas no fueron capaces anoche de arrancarle un titular medianamente potable al presidente Rajoy en la entrevista que le hicieron en Televisión Española. Y no es que les faltaran tablas y hasta colmillo retorcido a la mayoría de los entrevistadores, es que cuando uno no quiere ni cinco ni diez ni todo un país puede. Vano esfuerzo el de la televisión pública que se pasó todo el fin de semana autopromocionando la entrevista con Rajoy, la primera que ofrece el presidente a una cadena de televisión desde que llegó a La Moncloa. A la vista de los resultados, mejor hubiese programado un capítulo de Cuéntame.

Las respuestas de Rajoy, en un tono que pretendía ser didáctico pero que en la mayor parte de las ocasiones se quedó en un mero encastillamiento en sus posiciones ya de sobra conocidas, no sólo decepcionaron sino que no arrojaron la más mínima luz sobre lo que se propone hacer el presidente en los próximos días o semanas en asuntos como el tan traído y llevado rescate que él, por supuesto, evitó llamar así o adoptó un tono desdeñoso cuando lo hizo.

Como es lógico negó haber presionado al BCE para que compre deuda de países en apuros como España, pero se mostró encantado de que eso vaya a ocurrir en tanto le insufla oxígeno para aguantar ¿hasta las elecciones gallegas? Por cierto, preguntado por la posibilidad de que el PP pierda la mayoría absoluta en la tierra natal del líder, Rajoy no se cortó un pelo de la barba para hacer campaña electoral en la televisión pública en favor de Feijóo.


Por lo demás, sus razonamientos sobre el déficit – es más importante recortar el déficit que eso que usted llama rescate, le espetó a una de las periodistas – suenan ya a canción del verano, al igual que esa insufrible cantinela de que todas las medidas que su gobierno está tomando servirán para crecer y crear empleo; cuando se le preguntó por iniciativas que incentiven de verdad la economía más allá de los recortes en el estado del bienestar, entonó de nuevo el estribillo del control del déficit en el que este hombre de fe inquebrantable en el masoquismo fiscal que predica e impone su amiga Angela Merkel ve la panacea a todos los males del país.

Su reiterada promesa de que no tocará las pensiones – las personas que tienen 80 o 75 años ya no pueden ponerse a buscar trabajo ¡gran razonamiento! - sonó a que efectivamente las tocará a la vista de que, como él mismo tuvo que admitir, tampoco quería subir los impuestos directos e indirectos, ni recortar en sanidad o en educación o en servicios sociales y tuvo que hacerlo porque no había más remedio si queremos controlar el déficit para que que se crezca y haya enmpleo. ¡ Qué cansino puede llegar a ser este hombre! Que Rajoy esté muy contento con los resultados de la reforma laboral no debe sorprender a nadie siempre que se crea en que cuando la situación mejore la reforma será un elemento fundamental - ¿saben para qué? - para crecer y crear empleo. Nunca lo hubiera imaginado.

Ahora que el PP ha puesta en marcha la cruzada protaurina conviene recordar aquí a Don Tancredo, torero de fama mundial cuyo estilo consistía básicamente en salir al ruedo y subirse a una banqueta: allí esperaba a que el bicho embistiera y que, con un poco de suerte, pasara de largo. Y así actúa también Rajoy aunque con una diferencia con respecto a Don Tancredo: desde la banqueta del Gobierno, él azuza al toro para que cornee al respetable y aspira encima a cortar orejas y rabo y a salir a hombros por la puerta grande.

El sueño de Eurovegas

He soñado que era el primer español que disfrutaba de Eurovegas, el paraíso terrenal que nos ofrecen Sheldon Adelson y Esperanza Aguirre a los españoles . Me he visto ante uno de los majestuosos casinos y he admirado la colosal estatua de 15 metros de altura de la presidenta en mármol de Carrara; enseguida me he transportado a la descomunal sala de juegos en donde me ha dado la bienvenida la sugestiva cacofonía musical de las tragaperras y el dulce tintineo de los dolares, todo ello punteado por las voces bien timbradas de croupiers recién llegados de Las Vegas: ¡Hagan guegou, seniores! ¡Nou va másss! 

Me he paseado por los modernos restaurantes y me he deleitado anticipadamente con el menú: hamburguesas con o sin queso, pollo frito con o sin papas y perros calientes con o sin mostaza. Como no tenía hambre me he ido a dar una vuelta por los teatros y salas de cine pero no he sido capaz de decidirme entre David Bisbal, Julio Iglesias y Clint Eastwood. De modo que he optado por explorar uno de los faraónicos hoteles del complejo y alojarme en una de sus más de treinta mil habitaciones, en donde hasta James Bond tardaría varios días en encontrarme.

He pensado entonces en las injustas críticas que se le han hecho a Eurovegas. A Esperanza Aguirre y a Artur Mas se les reprocha haberse arrastrado por los despachos de Adelson implorando su favor millonario, como si un inversor de su importancia pudiera ser enviado a la ventanilla pública de juegos de azar a pedir cita previa. Se escandalizan algunos de que Adelson quiera exenciones fiscales y dispensas legales, olvidando que alguien que hace tanto por España merece un trato acorde con su generosa oferta en inversión y puestos de trabajo. 

Seguramente ha sido la mayor experiencia de Esperanza Aguirre a la hora de esconder los libros de leyes y el BOE cuando lo requiere el interés general - que es el caso – lo que ha animado al magnate estadounidense a decantarse por Madrid para hacernos el regalo de Eurovegas.

Considero fuera de lugar que se diga que Adelsón prohíbe a sus empleados afiliarse a un sindicato, organizaciones cegadas por el odio de clase e incapaces de comprender el enorme privilegio que representa trabajar para este self made man. Y si la apertura de Eurovegas atrae prostitución, blanqueo de dinero y gangsterismo como aducen otros, hay que recordar que toda idea de progreso y desarrollo económico incluye siempre algunos pequeños peajes que hay que asumir en beneficio del bien superior.

Para otros es escandaloso que este señor siente sus reales en España mientras en su país se le investiga por sobornar a funcionarios chinos. Los que enarbolan estas críticas olvidan que nadie amasa una fortuna de 20.000 millones de dólares levantándose diariamente a las seis de la mañana para acudir a la oficina o a la obra. 

Y luego están los que sacan a relucir que Adelson es el mayor donante del Partido Republicano de Estados Unidos. Desprecian la posibilidad de que los republicanos ganen las elecciones y, gracias a esas generosas donaciones económicas, podamos ver a Rommey y a Rajoy en buena compañía echando una partida en las tragaperras o jugándose los cuartos al póker en uno de los numerosos garitos de Eurovegas: ¿se imaginan como aliviaría eso la prima de riesgo y como mejoraría la confianza de los mercados en España?

En mi sueño me veo abandonando el casino con dos grandes maletas repletas de dólares. Junto a la estatua de Esperanza Aguirre dejo un buen fajo de billetes para obras de caridad; en la salida le doy otro fajo al portero para que envíe a sus hijos a la universidad, pague algunos plazos de la hipoteca y compre las medicinas para su esposa enferma. El hombre intenta agradecérmelo de rodillas y besándome la mano, que yo retiro confundido.

- No me dé a mi las gracias, déselas a Eurovegas – le digo. Y me voy pensando que España está salvada.

Músicas para una vida - Eu sei que vou te amar

Una hermosa canción de amor llena de sencillez que dan ganas de cantar sin parar. La letra es de un personaje singular, el poeta, compositor y hasta diplomático Vinicius de Moraes, uno de los pilares esenciales de la música popular brasileña; la música es de otro de esos grandes pilares, Tom Jobim, y la voz la pone una de las más grandes cantantes brasileñas, María Creusa. Para escuchar y canturrear contemplando tal vez una puesta de sol, en buena compañía y, si se tercia, saboreando una caipirinha.........






Ryanair: cuando volar es una experiencia única

Nunca antes volar había sido tan emocionante y más que se va a poner. Ryanair, la sin par compañía irlandesa de bajo coste y bajos vuelos, exigirá a sus pasajeros que lleven consigo un bidón de gasolina de 20 litros para poder embarcar. Para evitar incomodidades y manchas en las manos y en la ropa, quienes lo deseen tendrán la opción de pagar el combustible en el aeropuerto según la cotización que marque ese día el barril de Brent más un sobrecoste del 50% por gastos de gestión. La aerolínea ha advertido de que mientras sus pasajeros no presenten el bidón o lo paguen en el momento de la facturación. el avión no podrá despegar.

La única pega es que se prohibirá llevar equipaje de mano – aunque, al fin y al cabo, quién lleva equipaje de mano ni de ningún otro tipo con Ryanair - con el fin de utilizar los compartimentos situados encima de sus asientos para colocar el respectivo bidón de gasolina y tenerlo siempre a mano en caso de prioridad para el aterrizaje.

También será obligatorio llevar un bote tamaño familiar de oro matón para que no se repitan los picores que sufrió el pasaje de un vuelo de Ryanair en Italia, sorprendido por el ataque feroz de una legión de chinches. A quienes justifiquen con tres certificados médicos algún tipo de alergia al flis contra cucas y chinches se le permitirá embarcar con la condición ineludible de que limpien los servicios, le pasen a fondo la aspiradora al avión y recojan los restos de comidas y bebidas y los periódicos arrugados – quienes hayan comprado todo eso en el aeropuerto – que dejaron los pasajeros del vuelo anterior.

Al hacer la reserva online habrá que adquirir una mascarilla de oxígeno y un chaleco salvavidas. Para darle más emoción y suspense al vuelo, en lugar de explicar con voz cansina y gestos mecánicos cómo se coloca la mascarilla o el chaleco, la tripulación recorrerá los asientos e irá entregando ambas cosas a los pasajeros junto con un pequeño manual de instrucciones en inglés y sin admitir preguntas.

Aunque de momento no será obligatorio, la web de Ryanair ya recomienda a sus clientes llevar consigo un libro de oraciones y al menos un rollo de papel higiénico ante la posibilidad de que en una improbable despresurización de la cabina el pomo se les suba a la coronilla y lo pongan todo perdido. Si lo necesitan, los olvidadizos y los optimistas que siempre creen que no va a pasar nada podrán adquirirlo a bordo con un recargo del 75%.

Durante el vuelo, se invitará a los pasajeros a escribir atentas cartas a los medios de comunicación, a la ministra de Fomento y a las autoridades de aviación civil. Para ello, Ryanair recomienda que se lleve papel y lápiz de casa aunque la compañía lo suministrará amablemente a bordo si es necesario con un recargo por gastos de gestion, sobres y sellos del 40%.



De acuerdo a un modelo que se repartirá entre los pasajeros, estos deberán explicar que es rotundamente falso que los altos ejecutivos de la compañía presionan a los pilotos para que pongan poco combustible, que los aviones sean pocilgas voladoras llenas de chinches y que un vuelo sin una buena despresurización de la cabina es de las experiencias más aburridas que puede vivir un ser humano volador. Los más entusiastas pueden incluso dedicarle algún insulto a la indecisa y meditabunda ministra de Fomento y afearle haber dicho que se estudiarán sanciones y hasta la retirada de la licencia de vuelo a Ryanair.

Con este trajín – colocar el bidón de gasolina, leer e intentar comprender las instrucciones del chaleco y la mascarilla, comprobar que el oro matón y el papel higiénico están en su sitio, rezar el rosario y recitar las letanías, estar atento a cualquier ruido sospechoso y escribir la carta – los pasajeros notarán que el vuelo se pasará volando.

Una vez finalizado éste - con suerte - sin incidentes de ningún tipo, una vocecita enlatada les agradecerá haber volado con Ryanair y expresará el deseo de la compañía de volver a verles nuevamente a bordo. Ni lo dude, viaje de nuevo con ellos y deje atrás esos soporíferos vuelos de otras compañías en los que casi nunca pasa nada emocionante y en los que a los pasajeros se les trata generalmente con correcta cortesía. Todo eso ha pasado de moda: con Ryanair, volar puede ser una experiencia única y tal vez irrepetible.

Frau Merkel y Herr Rajoy: tanto monta monta tanto

Dijo ayer Angela Merkel que está “impresionada por la profundidad y la consistencia” de las reformas que está aplicando Mariano Rajoy en España para salir de la crisis. Que alguien de carácter tan granítico e inflexible como Merkel se impresione es una buena vara para medir lo impresionados que estamos los españoles que tenemos que sufrir en nuestros bolsillos esas mismas reformas que nunca se iban a poner en práctica.

Envalentonado ante un apoyo tan nítido a unas medidas que le vienen impuestas por la propia Merkel, Rajoy hizo de hooligan merkeliano y volvió a tirar de esa irritante frasecita que suelta ya a cada rato sin el más mínimo rubor: “sabemos que son medidas duras, difíciles de entender y que no nos gustaría tomar, pero es lo que hay que hacer y lo vamos a seguir haciendo porque es el único camino para volver a crecer y crear empleo”. Y la dice así, una y otra vez, palabra por palabra, sin tomar resuello y haciendo bueno el principio de que una mentira mil veces repetida se convierte en verdad a oídos de quienes la escuchan.

Rajoy y Merkel protagonizaron ayer otra de esas reuniones históricas, trascendentales, decisivas, claves y fundamentales para el futuro del euro de las que hemos tenido varios centenares desde que comenzó la crisis y que, una tras otras, han acabado como el parto de los montes: pariendo un ratón muy pequeñito. Aunque la de ayer no llegó ni a eso ya que, después de dos horas de reunión, ambos ofrecieron la rueda de prensa más narcotizante que uno recuerde en mucho tiempo, llena de tópicos, frases manidas, medias verdades y mentiras completas.


Ni un sólo mensaje de esperanza, ni una frase que infundiera algo de ánimo y alentara la confianza en que tantos y tan duros sacrificios y renuncias tienen algún sentido y terminarán más pronto que tarde, se escuchó en esa prescindible rueda de prensa de ayer; nada tampoco que sonara a medidas para reactivar la economía y para cargar los costes de la crisis sobre quienes la han provocado y sobre quienes más tienen.

A Merkel sólo parece preocuparle que continúen los recortes y ajustes, además de la pésima imagen que de ella y de su sadismo fiscal tenemos los españoles, por no mencionar la declarada germanofobia que arraiga ya entre los griegos. Y a Rajoy lo único que le interesa es quedar bien ante su jefa y anunciar que nos va a seguir suministrando la misma medicina de ajustes y recortes hasta que nos aprendamos todas las óperas de Wagner de carrerilla.

A su pesar, el protagonismo mediático de la enésima reunión histórica sobre la crisis se lo robó el ojeroso Mario Draghi, que con cara de enterrador anunciaba que el Banco Central Europeo comprará deuda soberana de países como España si estos lo piden y a cambio, cómo no, de estrictas condiciones macroeconómicas. Eso se llama rescate, lo llame como lo quiera llamar en su momento el propio Rajoy y sus expertos ministros en neolengua.

Falta saber si Merkel dará el visto bueno, cuándo se decidirá Rajoy a pedir el rescate y cuáles serán esas estrictas condiciones. Respecto a lo primero, la canciller respondió con calculada ambigüedad, así que cabe esperar tanto el visto bueno a la compra de deuda pública por el BCE como todo lo contrario, en cuyo caso el rescate se precipitaría.

En cuanto a lo segundo y en el caso de que la respuesta sea favorable, no hace falta ser un gurú de la economía de los que tanto abundan últimamente para intuir que las “estrictas condiciones” de las que habla Dragui implicarán un nuevo hachazo al estado del bienestar, en este caso con las pensiones como objetivo a batir. Dijo Rajoy que no tiene intención de tocar las pensiones “de momento”, aunque ya sabemos todos por experiencia que los “momentos” del presidente suelen ser muy breves. 

Rajoy necesitaba tiempo para capear la tormenta de la prima de riesgo a la espera de que pasen las elecciones gallegas y vascas, tal y como hizo con los Presupuestos de este año y las elecciones andaluzas. El anuncio del Banco Central Europeo y el apoyo de Merkel se lo conceden, aunque eso suponga volver a poner sus intereses electorales por delante de los del país. En realidad, nada nuevo bajo el imperio de la gaviota.

Ahora sí que estamos jodidos

Anda el país hecho unos zorros y eso se nota en el ánimo del personal, que atesora los euros ante el feo panorama. Se alimenta así un círculo vicioso de paro, bajo consumo, falta de crédito e inversión y más paro. El listado de problemas es interminable, mientras que el de soluciones que no sigan castigando a las clases populares y salvándole el pellejo a los que más tienen permanece en blanco impoluto.

Con todo, los españoles hacemos de tripas corazón y, aunque cada vez más cabreados, tiramos cómo podemos sin esperar de nuestros gobernantes – sabemos lo que hay que hacer y lo vamos a hacer - más que nuevos ataques a derechos que costó mucho tiempo y luchas conquistar.

Sin embargo, lo que más preocupa en estos momentos a una gran parte del país no es que el paro haya vuelto a subir en agosto, que las cuentas de la Seguridad Social estén a un paso de entrar en números rojos a pesar de las engañosas previsiones del Gobierno o que cuatro de cada diez parados canarios no reciban ya ningún tipo de prestación por su condición de desempleados. Todo ello después de que se nos vendiera la desequilibrada e injusta reforma del mercado laboral como la panacea para crear empleo.

Con ser muy grave, tampoco es lo que más quita el sueño que los inmigrantes en situación administrativa irregular se hayan quedado sin cobertura sanitaria pública gracias a una medida clasista, orientada únicamente a satisfacer el ala ideológica más rancia de la derecha y puesta en marcha, además, de la manera más chapucera que cabía imaginar. 

Se habla mucho también de las 400 medicamentos que se han quedado sin financiación pública o del repago sanitario que se ceba con los pensionistas.Tema que también es motivo de todo tipo de preocupados comentarios es la certeza de que al rescate de la banca – ¡la banca siempre en lugar prioritario! - le seguirá en las próximas semanas otro del país entero con lo que eso va a suponer en términos de nuevos y demoledores ataques a lo que va quedando en pie del maltrecho estado del bienestar.

En esa línea, alarman también los planes para cargarse la educación pública por la vía de eliminar plazas docentes, recortar becas y subvenciones, imponer los contenidos por los que suspira la ultramontana derecha católica, financiar con dinero de todos a los centros concertados que apliquen la educación segregada por sexos y, de guinda, reponer las corridas de toros en la televisión pública.

Todos estos asuntos y muchos otros que podrían mencionarse aquí preocupan y amargan incluso el día a día de millones de españoles. Pero lo que de verdad tiene al país en estado catatónico desde hace unos días, con todos los medios de comunicación haciendo cabalas y barajando hipótesis, es que un señor llamado Cristiano Ronaldo, tipo de insufrible chulería que se embolsa unos 2 millones de euros al mes por darle patadas a una pelota, está triste.

¡Ahora sí que estamos jodidos de verdad!

Y el séptimo descansó

Trabajan poco los griegos y así va el país: Olimpo abajo y sin frenos. Han sido siempre más partidarios de la pluma que de la espada y a la vista están las consecuencias. Es verdad que en sus buenos tiempos se dieron de garrotazos, se expandieron por el Mediterráneo fundando colonias, la armaron en Troya y hasta un tipo llamado Alejandro se empecinó en conquistar medio mundo y no paró hasta que lo consiguió.

Sin embargo, a nadie se le oculta que siempre han sido más dados a actividades poco productivas como la filosofía, la historia, el teatro, la poesía, la astronomía, las matemáticas, la escultura o la arquitectura. Incluso se atrevieron a inventar la democracia, con los terribles problemas que eso le ha venido generando a la Humanidad hasta la fecha presente. ¿Qué país puede prosperar económicamente con semejante caterva de indolentes ciudadanos? ¿Cómo es posible que crezca la economía de un país si no tiene bancos y banqueros que generen riqueza y empleo para todos?

Quién sabe, pero tal vez les habría ido mejor si hubiesen actuado como algunos de sus vecinos, hubiesen habitado en inmundas chozas y se hubiesen cubierto las vergüenzas con taparrabos de piel de oso. Y si además hubiesen invadido algunos países próximos y cometido una escabechina histórica, a lo mejor serían mucho más respetados y tenidos en cuenta. Pero así se escribe la historia y hoy los griegos tienen que aceptar de nuevo las órdenes de quienes ya les han hecho la vida imposible en alguna que otra ocasión.

El Divino Triunvirato Mercantil formado por la UE, el BCE y el FMI, que de la historia antigua lo único que conoce y admira es el incendio de Roma, ha dicho que los griegos tienen que trabajar no cinco, sino seis días a la semana. Los griegos son ya los que más trabajan de toda la Unión Europea pero no es suficiente para sacar al país de la crisis y ponerlo en la senda del crecimiento. Además, quiere el Divino Triunvirato Mercantil que el coste del despido se quede, como mucho en la mitad y, si acaso, un agradecimiento por los servicios prestados y si te he visto no me acuerdo.

Son dos soluciones que sólo pueden calificarse de divinas: no hay mejor manera de luchar contra el paro que haciendo trabajar más a los que tienen empleo en lugar de repartir el poco trabajo que hay con los que no tienen curro. Y lo de abaratar el despido sólo puede calificarse de genialidad divina a la vista de los magníficos resultados que está teniendo esa misma medida en países como España.

Aunque no hay nada decidido, se comenta que en la próxima negociación de un nuevo rescate a Grecia se abordará la posibilidad de incluir en el préstamo unos cuantos millones de látigos de siete colas para garantizar el cumplimiento de estos compromisos.

Lo que sí se descarta por ahora es establecer la semana laboral de siete días o el año laboral de 365 días, 366 si es bisiesto. Los griegos podrán seguir disponiendo de al menos un día a la semana para agradecer como se merece la generosidad que derrama sobre ellos el Divino Triunvirato Mercantil.

Los niños con los niños

Desconectas unos días y a la vuelta te encuentras el país ardiendo por los cuatro costados figurada y literalmente. Mientras, los políticos se lanzan los hidroaviones a la cabeza y el jefe del negociado de incendios se va a los toros con el rey que caza elefantes en África. Todo muy ecológico. 

En lo económico, el rescate acecha como el gato al ratón agotado a la vez que Soria y Montoro se dan de calambrazos por un quítame allá esos impuestos a las renovables, no se vayan a molestar en Abengoa.

La ministra de la poca sanidad pública que nos va quedando nos endilga el copago, elimina la financiación pública de más de 400 fármacos y, de propina, expulsa del sistema a los pobres desgraciados que tengan la mala fortuna de encontrarse en España sin los papeles en regla. Todo ello sin considerar las consecuencias para la salud pública y, por supuesto, sin el más mínimo atisbo de humanidad. 

En justicia, el responsable del ramo le da un repaso a la ley del aborto que la deja a la altura de los tiempos en los que había que abortar en Londres – quienes tuvieran posibles - o en algún tugurio de mala muerte – y nunca mejor dicho – quienes no. 

Y, por fin, en educación tenemos a un ministro ferviente partidario de los niños con los niños y las niñas con las niñas que cantaba Esteso allá por el casposo Pleistoceno del franquismo agonizante. El Tribunal Supremo ha sentenciado que no es legal dar dinero público a los centros educativos concertados que separen a sus alumnos por sexo. 

Pero como el ministro es un hombre de arraigados principios, lo primero que ha dicho es que cambiará la ley para que eso sea posible. Parafraseando a Groucho Marx, podríamos decir: esta es la ley, si me gusta la cumplo y, si no, la cambio, que para eso soy ministro y mi Gobierno tiene mayoría absoluta.  En realidad, no sé para qué se toma tantas molestias y no hace como su correligionaria, la lidereza Aguirre, que ya ha dicho sin rodeos que la incumplirá y seguirá dándole dinero a los centros sexistas. Para esto sí hay dinero público, pero para atender a los inmigrantes sin papeles, no.

Aplaude con las orejas la rancia derecha católica – perdón por la triple redundancia – que sigue obsesionada con todo lo que tenga que ver con la sexualidad. Le preocupa que pibes y pibas con los picores propios de la edad compartan aula y optan por evitar la tentación que lleva al pecado. Argumenta que el dinero público que reciben esos centros no es una subvención, sino la garantía de que los padres pueden elegir la enseñanza de sus hijos ¡Tócate los lápices de colores! 

¿Qué será lo próximo: la regla de madera y las orejas de burro? ¿Volverán las oscuras sotanas las aulas a dominar? ¿Quién dijo que el PP no tenía programa?

Músicas para una vida - Respect

Según Wikipedia, Aretha Franklin es conocida como "Lady Soul" y "The Queen of the Soul"; dice también que es una de las artistas más influyentes en la música contemporánea según la revista Rolling Stone y recuerda que siempre se manifestó a favor de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos. Ya anda por los 70 años pero sigue dando guerra, como cuando cantaba este "Respect" allá por los 60.....

 

LO QUE TÚ QUIERES, BABY, YO LO TENGO
LO QUE TÚ NECESITAS TÚ SABES QUE LO TENGO
TODO LO QUE PIDO ES UN POCO DE RESPETO
(SÓLO UN POQUITO) CUANDO LLEGAS A CASA
(SÓLO UN POQUITO) HEY, BABY (SÓLO UN POQUITO)
CUANDO LLEGAS A CASA (SÓLO UN POQUITO) SEÑOR.

NO TE PONDRÉ LOS CUERNOS MIENTRAS NO ESTÁS
NO TE PONDRÉ LOS CUERNOS PORQUE NO QUIERO
TODO LO QUE PIDO ES UN POCO DE RESPETO CUANDO LLEGAS A CASA
(SÓLO UN POQUITO) BABY (SÓLO UN POQUITO)
CUANDO LLEGAS A CASA (SÓLO UN POQUITO) YEAH.

YO TE DOY TODO MI DINERO
Y TODO LO QUE PIDO A CAMBIO, CARIÑO
ES QUE ME DES MIS BENEFICIOS CUANDO VUELVES A CASA
(SÓLO SÓLO SÓLO) YEAH, BABY, CUANDO VUELVES A CASA.

(SÓLO UN POQUITO) YEAH (SÓLO UN POQUITO)

HOOO, TUS BESOS SON MÁS DULCES QUE LA MIEL Y ADIVINA,
ASÍ TAMBIÉN ES MI DINERO
TODO LO QUE TE PIDO ES QUE ME LO DES CUANDO LLEGAS A CASA
(RE RE RES PETO) YEAH BABY, MUÉVETE HACIA MÍ
(SÓLO UN POQUITO) CUANDO LLEGAS A CASA (SÓLO UN POQUITO)

R-E-S-P-E-T-O ADIVINA LO QUE SIGNIFICA PARA MÍ
R-E-S-P-E-T-O SACA EL TCP OHHH (LÁNZAMELO)

UN POCO DE RESPETO OH YEAH (SÓLO UN POQUITO)
UN POCO DE RESPETO (SÓLO UN POQUITO)


Músicas para una vida - Me and Bobby McGee

Aligeremos las penas de la semana con la voz desgarrada de Janis Joplin, cantante estadounidense que murió con sólo 27 años víctima, según la versión oficial, de una sobredosis de heroína.  Joplin fue uno de los grandes iconos de la contracultura de la década de los 60 en Estados Unidos y en el recuerdo nos queda una canción que es reflejo de aquella época.....




La culpa la tienes tú


La prima de riesgo campa a sus anchas y hoy se ha puesto por encima de los 600 puntos: otro máximo histórico que, a buen seguro, no será el último. El interés del bono a diez años vuelve a rebasar el interés del 7%, la bolsa se pega el mayor batacazo de los últimos dos años y hasta la comunidad valenciana de los Camps, Fabra y demás familia ha tenido que pedir el rescate porque no puede pagar sus deudas.

A pesar de todos los tijeretazos habidos y por haber, las mentiras, las medias verdades y la chulería dentro y allende nuestras fronteras, la situación de España, la de Grecia o la de Portugal se parecen cada vez más hasta el punto de que se confunden. ¿Estamos “rescatados”? ¿No, pero cómo si lo estuviéramos gracias a la delictiva gestión de nuestros banqueros a los que ahora hay que salvarles el culo después de que nos sodomizaran a placer? ¿Lo peor está por venir?

Nadie sabe nada. Lo único que sabe el Gobierno es echarle la culpa a otros: a la herencia socialista, a la incertidumbre económica global y ahora ¡a la desconfianza internacional en el euro! Es lo que han dicho hoy sin despeinarse la vicepresidenta del Gobierno y el sonriente ministro de Hacienda - ¿qué le hace tanta gracia, señor Montoro? - para justificar que el más brutal paquete de recortes de la democracia – aprobado en solitario por el PP y contestado en la calle por decenas de miles de ciudadanos más que hartos - solo haya servido para empeorar la situación más de lo que ya estaba.

¿Se acuerdan de cuando Zapatero culpaba de los problemas de España a la situación económica internacional y a los mercados? ¿Y se acuerdan de lo que entonces decía Mariano Rajoy?

 ¿Se lo aplicará a sí mismo?

Arde sobre quemado


O llueve sobre mojado, como prefieran. Lo ocurrido esta semana con los incendios en Canarias pone una vez más de manifiesto que el ser humano es el único animal capaz de tropezar, no una ni dos, sino muchas veces con el mismo fuego o con el mismo temporal; parece como si estuviéramos ante hechos nunca antes vistos y, por tanto, de imposible previsión. 

Ahora que el esfuerzo sobrehumano y admirable de centenares de personas ha permitido que el fuego declarado en La Palma este en vías de extinción y el de Tenerife se encamine a su control después de afectar al 1% de la masa arbórea de la isla, proceden algunas reflexiones sobre este asunto.

La sabiduría popular afirma que “los incendios se apagan en invierno”, lo que nos remite ni más ni menos que a la prevención, la única manera de evitar en un alto porcentaje la posibilidad de que se produzcan. Si eso ocurre – porque nunca es posible descartar por completo la negligente o criminal mano del ser humano o las meras causas naturales – una labor preventiva siempre es un tanto a favor de una intervención más rápida y eficaz. 

Prevenir implica, entre otras cosas, impedir que los montes acumulen toda suerte de maleza, el combustible ideal en un incendio. Hasta no hace mucho tiempo, las labores agrícolas tradicionales mantenían el monte en perfecto estado de revista prácticamente sin coste alguno para el erario público. Ahora que los profundos cambios socioeconómicos han relegado esas actividades al olvido y ya no están ni los pastores ni los agricultores para cuidar los montes, la única alternativa que queda es sustituir su ausencia con un mayor y más eficiente gasto público en prevención, medios y educación ambiental.

Sé que la idea es una auténtica herejía en estos tiempos en los que prima el masoquismo de los recortes, pero no creo que haya otra capaz de evitar la creciente frecuencia con la que sufrimos en Canarias devastadores incendios forestales que arrasan en pocas horas con la creación sabia y paciente de la Naturaleza. 

Prevenir significa contratar personal para que, entre otras cosas, abra cortafuegos, limpie caminos y elimine malezas de nuestros bosques; prevenir es contar con los suficientes medios materiales y humanos para atender con rapidez y eficacia complicadas situaciones como la de esta semana, con dos pavorosos incendios en dos islas distintas a punto de provocar un conato de rebeldía entre municipios e islas porque los medios actuaban antes en otro municipio o en otra isla.

También es prevenir tomarse muy en serio la educación medioambiental de la población, empezando por los más jóvenes, pero sin olvidar a nuestros entrañables domingueros de merienda campestre y reguero de latas, botellas, bolsas de plástico y toda suerte de desperdicios. Sobre ellos hay que hacer recaer – como sobre los pirómanos – todo el peso de la ley y, si ésta no se considera suficientemente dura, endurecerla más; y prevenir es también que quienes aún tienen la suerte de conservar huertas y fincas las limpien o, en su caso, sean obligados a limpiarlas bajo advertencia de sanción. 

En esta línea, las normas medioambientales deben ser tan flexibles como claras para permitir las actividades tradicionales que aún se conserven y no representen riesgos medioambientales y perseguir hasta las últimas consecuencias las que lo supongan. 

Iniciado el incendio ya sólo cabe escuchar a los técnicos hablando de temperaturas, viento y topografía – factores sobre los que poco o nada puede influir el ser humano – y, por supuesto, ver sobre el terreno a los responsables políticos de turno con un desolador paisaje de telón de fondo.

La política es – entre otras cosas – determinar cuáles son las prioridades a las que se dedican los recursos de los contribuyentes que, a su vez, poseen la última palabra sobre si la elección de esas prioridades es la adecuada y – ojo – sobre el coste social y económico que se está dispuesto a asumir para ponerlas en práctica.

¿Aprenderemos la lección o volveremos a tropezar contra el mismo incendio?

Andrea Fabra: la revelación del PP


Se llama Andrea Fabra – de los Fabra de toda la vida, ya saben – y es diputada castellonense del PP, partido en el que milita desde los tiernos 18 años. De raza le debe venir porque su padre es Carlos Fabra, dirigente cuasi vitalicio del PP de Castellón con un gusto sospechoso por las gafas ahumadas propias de los capos mafiosos de serie B. Entre los grandes logros del progenitor figuran la construcción de un aeropuerto para que paseen las personas y sacarse la lotería todos los años.

Que esté imputado por cohecho, tráfico de influencias y fraude fiscal es algo que no le inquieta lo más mínimo. A la sombra de tan augusto personaje, Andrea Fabra pasó por la universidad – las malas lenguas dicen que es dudoso que la universidad pasara por ella, pero eso es irrelevante – y se licenció en Derecho.

A los 25 años ya era asesora parlamentaria de su paisano Juan Costa, entonces secretario de Estado de Hacienda en el Gobierno de Aznar, y, a la sazón, hermano de Ricardo, el gimoteante ex secretario del PP valenciano conocido por un gusto exquisito en la elección de sus trajes. Es un misterio aún sin desvelar qué pudo influir, pero lo cierto es que Andrea dio pronto el salto al sector privado como gerente de Relaciones Internacionales de Telefónica. Claro que eso no le hizo perder el contacto con la política, por la que siente una gran pasión mamada en su familia durante generaciones.

Así que en 2000 accedió a la ejecutiva del PP de Castellón que – miren por dónde – presidía su egregio padre. Y ahí sigue desempeñando la responsabilidad que más se adapta a su perfil de persona comprometida y sensible ante los problemas sociales: secretaria ejecutiva de Acción Social que ha compaginado con el mismo puesto en el PP de la comunidad valenciana.

El salto a la política nacional lo dio de la mano de otra cima del PP valenciano, Francisco Camps, muy conocido y reconocido también por su cuidado atuendo y por el que ha sido interrogado con reiteración hasta por jueces, fiscales y abogados, personajes todos ellos de pésimo gusto en el vestir, como es sabido. Fue él, Camps, quien la designó senadora por la Comunidad Autónoma antes de que en las elecciones de 2008 obtuviera un escaño por Castellón que renovó en 2011.


Claro que la vida de una persona como ella entregada al servicio de los demás no suele ser un camino de rosas: siempre hay envidiosos y calumniadores dispuestos a desacreditar el esfuerzo, la constancia y la honradez. La malvada administración de Hacienda decidió investigarla en 2007 por orden del juez instructor del “caso Fabra” - sí, en efecto, el que no le quita el sueño a su padre porque se siente absuelto por el pueblo, porque Mariano Rajoy recompensó sus servicios públicos llamándole ciudadano ejemplar y Francisco Camps dijo que Castellón tenía mucha suerte de contar con él, aunque tal vez debió decir que Fabra tenía mucha suerte de contar con Castellón.

Pero volviendo a Andreíta, este retoño político llamado a escribir grandes páginas en las historia pública del país, es en la actualidad la portavoz de su partido en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados, cargo que le viene como anillo al dedo – por cierto, su marido José Güemes es el ex consejero de Sanidad de Esperanza Aguirre, otro pepero de postín para que todo quede en familia.

Lo que no conocíamos bien hasta ahora era su fina capacidad oratoria y el verdadero ideario político de Andrea Fabra; sin embargo ella ha tenido a bien hacerlo público - y a gritos - en el Congreso de los Diputados, la tribuna ideal para dejar constancia en el Diario de Sesiones de los discursos públicos que deberían estudiar a partir de ahora los escolares en Eduación Cívica y Constitucional.

La revelación se produjo cuando Mariano Rajoy dejó caer el miércoles un nuevo hachazo, en esta ocasión sobre la prestación que reciben los parados: ¡que se jodan!, grito Andrea desde su escaño, con una concisión y una claridad de ideas nunca hasta ahora oídas en la Cámara. ¿Qué político actual es capaz de exponer su ideario en diez letras y tres palabras con tanta transparencia, contundencia y enjundia? No cabe duda: a Andrea Fabra le espera un gran futuro en el PP.

Y Rajoy cogió su serrucho


Como un jabato de los recortes o un león de los ajustes, el presidente del Gobierno ha cogido hoy su serrucho y se ha ido al Congreso de los Diputados para pegarle otro buen corte a lo poco que iba quedando de cosas como la prestación por desempleo, el poder adquisitivo de los apaleados funcionarios o el moribundo consumo. Ha sido un streeptease político e ideológico en toda regla, hasta el punto de que, a su lado, el que protagonizó Zapatero aquel fatídico 12 de mayo de 2010 no pasa de un melindroso destape del que apenas pudo verse un poco más allá del tobillo. 

Pero Rajoy, aunque en la mayoría de las ocasiones no se sepa si sube o baja si viene o si va, no se ha andado esta vez con remilgos y ha mostrado con desparpajo y sin rubor cómo son sus verdaderas curvas económicas que, por otro lado, muchos ya adivinábamos: a los funcionarios y empleados públicos, esos haraganes que no dan palo al agua, los deja sin paga de Navidad para que pierdan la derrochadora afición por el don perignon y se pasen inmediatamente a el gaitero; a los parados, otra caterva de vividores del presupuesto público que si no trabajan es sencillamente porque no les da la gana, les serrucha la prestación a partir del sexto mes para “incentivar la búsqueda de empleo”, dice. 

Del Gobierno de Zapatero dijo nuestro hombre del serrucho que quería subirle el IVA hasta a las “chuches” y él acaba de anunciar hoy que eleva tres puntos el tipo general y dos el reducido, medida como se sabe ideal para que la gente se anime a comprar, se reactive el consumo y las empresas puedan contratar a más trabajadores que atiendan la avalancha de pedidos que van a recibir nada más se ponga en vigor. 

No se vayan, que aún hay más: toquen madera porque nuestro presidente serruchador ha dicho hoy que también tiene intención de podar un poco más las mondas pensiones y meter en cintura a los viejos de este país que, encima de no producir nada, cuestan una pasta en medicamentos, dependencia y viajes del INSERSO. No lo dijo así el presidente pero se desprende de sus palabras que lo que se propone hacer es que la edad de jubilación se acerque lo más posible a la de la esperanza de vida. Así que a trabajar – si hay suerte – hasta la víspera del entierro. 

 Por lo demás, nuestro presidente se nos ha vuelto fervoroso ecologista a raíz de que en la reciente cumbre de Río+20 fuera presentado como primer ministro de las Islas Salomón y quiere implantar el “céntimo verde” sobre los combustibles. Me malicio que sigue los consejos de su famoso primo, aquel que hace unos años le dijo que no creyera en el cambio climático y ahora se debe haber convertido a la fe ecologista o, en su defecto, de José Manuel Soria, destacado defensor de las energías renovables como es público y notorio.

Su largo serrucho ha llegado también a los ayuntamientos, en donde piensa mandar al paro a un tercio de los concejales y fijar el sueldo de los alcaldes: medidas de corte – y nunca mejor dicho – más bien populista aunque necesarias pero pensadas para mitigar en parte el malestar social con la llamada clase política. Eso sí: el corte no llegará a las diputaciones provinciales que – según el propio presidente ha reconocido – cuestan unos 6.000 millones de euros al año, casi lo mismo que el recorte en la sanidad pública.

El serruchazo de hoy lo ha justificado el presidente - ¿cómo no? - en la herencia recibida, otro manido tópico que, aún teniendo parte de verdad como todos los tópicos, intenta sin embargo ocultar inútilmente que todas las curvas de la economía española han enloquecido desde que él habita en La Moncloa: el paro, las previsiones de crecimiento, la prima de riesgo, el interés del bono....y todo ello pese a los mandobles que le ha propinado en los últimos seis meses a las relaciones laborales, a los impuestos, a la sanidad, a la educación o a los servicios sociales, justo todo lo contrario que dijo a los españoles que haría si llegaba al poder.

Pero no seamos crueles con nuestro rambo del serrucho porque, en honor a la verdad, no actúa sólo guiado por su convencimiento – que también - de que lo mejor para salir de un agujero es cavar con denuedo para hacerlo más profundo, sino como persona interpuesta de unos mercados que no están dispuestos a soltar la presa hasta no verla completamente abatida, un objetivo que cada vez están más cerca de alcanzar con el apoyo inestimable de este Gobierno. 


Así que no tiene ningún sentido ni lleva a ninguna parte recordar que estos recortes dejan en papel para envolver bocadillos de sardinas los Presupuestos Generales del Estado recién estrenados; ni que ante una enmienda a la totalidad de su propia política lo mejor que podría hacer el presidente es convocar elecciones cuanto antes después de haber mentido con absoluto descaro a los ciudadanos por mucho que ahora quiera escudarse en la herencia y en las nuevas circunstancias que le obligan a tomar decisiones que no me gustan pero no hay otro remedio – mentira sobre mentira porque sí hay alternativas y lo que en verdad no hay es voluntad política alguna de adoptarlas.
 
Con todo, el desnudo protagonizado hoy por Rajoy no ha sido completamente integral ya que – como es sabido - eso habría echado a perder la fuerza erótica del momento. Así que nos quedamos con las ganas de ver qué se esconde debajo de la lencería fina y porqué el largo serrucho de los recortes sigue sin llegar a las grandes fortunas, a los gastos de Defensa, a la Casa Real, a los defraudadores fiscales o a las entidades financieras. Tampoco hemos podido averiguar si hay alguna relación cabalística o de algún otro tipo entre el fajo de 65.000 millones de euros que Rajoy ha lucido hoy en el liguero de sus recortes y los 62.000 millones de rescate que necesitan los queridos bancos españoles. Lo dejamos a la imaginación de cada uno, que siempre tiene más morbo.

Después de su faena serruchadora de esta mañana, saludada con división de opiniones del respetable pero con el apoyo cerrado y efusivo de sus mayoritarios seguidores, Rajoy llevará estos serruchazos al Consejo de Ministros del viernes que – qué casualidad – presidirá el Rey. La Casa Real ha hecho un hueco en la apretada agenda del monarca para que no se pierda un momento de tanta trascendencia histórica para el país: los osos y elefantes pueden esperar; los serruchazos, no.

La crisis de los topicazos


Los españoles hemos aprendido economía en dos tardes porque a la fuerza ahorcan. En un curso acelerado sobre la crisis nos hemos graduado con sobresaliente en déficit, deuda pública y privada, paro, prima de riesgo, bono basura, rescate, recortes y ajustes. Palabrejas que no paramos de oír o leer en los medios de comunicación y que hasta forman parte ya de la conversación cotidiana de la gente, salvo cuando juega la Roja, claro.

No ha sido fácil, porque al mismo tiempo que no teníamos más remedio que engullir esa papilla indigesta de cifras y porcentajes para poder entender algo de lo que ocurría, hemos sido castigados con saña con toda una sarta de tópicos, frases manidas y latiguillos a cual más falso; y todo ello sin contar la lluvia de pronósticos, muchas veces contradictorios o elaborados pro domo sua, de sesudos economistas e instituciones nacionales e internacionales, pronósticos que valen para hoy pero no para mañana.

Ahora que se publican tantos libros del más variado pelaje e interés sobre la crisis, sus orígenes remotos o cercanos, sus síntomas, sus consecuencias y sus soluciones – lo que demuestra que hay parte de verdad en el tópico de que toda crisis es una oportunidad de negocio – echo en falta uno que describa la evolución económica de los últimos cuatro años basándose sólo en sus tópicos. Un buen comienzo sería el de los brotes verdes, aquellos tiernos retoños con que nuestros políticos nos quisieron hacer creer que lo peor de la crisis ha pasado y en unos meses volveremos a la senda del crecimiento y la creación de empleo. Pero los tímidos brotes verdes se agostaron sin llegar a nacer de verdad y pronto nos despertamos a la realidad culpándonos de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, tópico manido y odioso donde los haya porque busca – y lo consigue – diluir las verdaderas culpas de esta crisis y hacernos a todos responsables por igual de su solución.

Consecuencia directa de haber vivido por encima de nuestras posibilidades es la necesidad de apretarse el cinturón y no gastar más de lo que se ingresa porque eso no hay economía que lo resista, ni la de las familias ni la de las administraciones públicas. Sabio tópico que borra de un plumazo el pilar más elemental de cualquier política económica que no esté sometida como la actual al burdo dictado de los mercados: jugar con un margen razonable de déficit para no estrangular el funcionamiento de la economía y atender a las necesidades del país.

Así las cosas y a la voz de ¡ar! de los mercados, nuestros políticos se han imbuido de un inquebrantable espíritu de cruzada contra el maldito déficit y se han entregado en cuerpo y alma a hacer los deberes que les imponen los mercados, aunque esto último no lo dicen habitualmente para no dar la impresión de que se han convertido en meros ventrílocuos económicos. En su lugar aseguran que España no es Grecia, que España no necesita un rescate, que la banca española es la más sólida del mundo y no necesita ser rescatada y que el Gobierno está trabajando para alejar el fantasma del rescate. ¡¡¡¡¡¡Uhhhhhh!!!!

De este modo y para disimular su falta de autonomía frente a los mercados y los organismos internacionales, revisten sus mensajes para el consumo masivo de tópicos falaces como las medidas que estamos tomando van en la buena dirección o estas medidas servirán para que vuelva a fluir el crédito, para que haya crecimiento y se genere empleo.

Cuando ese florido catálogo de tópicos no causa efecto porque los ciudadanos andan tan escaldados que no se creen absolutamente nada de lo que oyen o leen a propósito de la crisis – o en el mejor de los casos y con la razón que da la experiencia se malician justo lo contrario de lo que oyen - se echa mano del voluntarista catálogo de apelaciones patrióticas con tópicos como de esta crisis salimos entre todos o no salimos – que de nuevo diluye en toda la sociedad la responsabilidad en la crisis de una parte muy concreta de la misma - o España es un país sólido, un país importante y de esta crisis vamos a salir como hemos salido de otras mucho peores.

Y el último que apague la luz.

El banco malo


Sigue el Gobierno sin decidirse a crear un banco malo, una suerte de contenedor herméticamente cerrado en el que sea posible depositar las grandes cantidades de detritus malolientes que han generado las entidades financieras tras un consumo desaforado de ladrillos en mal estado. El objetivo último del invento sería evitarle a los banqueros causarles mala impresión a las visitas con unos bancos dando olor a pescado podrido o el bochorno que sufren cuando tienen que ir por esos mundos financieros sin Dios pidiendo préstamos y dejando a su paso un nauseabundo reguero de miasmas.

Con este tipo de excrementos pasa que nadie sabe muy bien qué hacer con ellos sin dar mala imagen o ensuciarse las manos en su manipulación. Así que los banqueros y el Gobierno fueron dejando pasar el tiempo y echaron mano de grandes cantidades de ambipur para enmascarar el mal olor que emergía de las sentinas de buenas parte de las entidades financieras de este país.


Sólo así puede entenderse que superaran con nota los estresantes exámenes a los que se sometieron y que todos - los bancos y el Gobierno - sacaran pecho y presumieran de lo fuerte y sólido que era nuestra sistema financiero. O eso, o los testeadores de turno hicieron su trabajo tapándose la nariz con una mano y haciendo los cálculos con la otra.

Y en esto llegó Bankia, paradigma de la magia financiera mundial o cómo hacer que dos cajas de ahorro de las que emanaba un denso tufo a perro muerto dieran dar lugar a un banco limpio y reluciente, capaz de enfrentarse incluso en la bolsa a los incrédulos mercados con los resultados ya conocidos. Era imposible y también aquí se recurrió al truco del ambipur, aunque ni con esas fue posible ocultar durante mucho tiempo el pestazo que emitía el engendro. La contaminación no ha tardado en alcanzar a otras entidades financieras y, ahí las tienen ustedes, rescatadas con dinero de los contribuyentes para que entre todos paguemos por sanear sus detritus.

Ahora, los políticos metidos a banqueros en Bankia calentarán banquillo - curiosa coincidencia etimológica - en la Audiencia Nacional para responder de acusaciones tan malolientes como estafa, apropiación indebida, delito contable, administración desleal y fraude.

Mientras, los mullidos butacones del Congreso de los Diputados seguirán fríos e impolutos al menos mientras dure el efecto ambipur que aplica el PP para intentar alejar el terrible olor a gato muerto que llega desde las alcantarillas del mundo financiero y del que ya está - lo quiera o no - indeleblemente impregnado.

Llegados a este punto, carece de sentido seguir dándole vueltas a la idea de crear un banco malo en España. Para qué, si ya tenemos uno bien grande y con experiencia en chapotear en la porquería de su propio chiquero.

A Merkel rogando y con el mazo dando


Ni siquiera esperó Rajoy a que bajara un poco el souflé de euforia y patriotismo generado por el triunfo de la Roja en la Eurocopa de fútbol para anunciarnos otra tanda de azotes económicos que, previsiblemente, adoptará cuando la mayor parte del país esté disfrutando de las vacaciones o pensando en ellas – quién sabe si las últimas para muchos.

Fiel a su estilo, no desveló ni una sola de esas medidas "valientes" que piensa tomar su Gobierno en los próximos meses para "el beneficio de todos". Sin embargo, dada la vasta experiencia acumulada en sus seis primeros meses en el poder, no es difícil pronosticar cuáles pueden ser y quiénes las van a sufrir: más recortes sociales, más impuestos, menos salarios y – en resumen – más sufrimientos para los de siempre, mientras los otros de siempre – las grandes rentas, los bancos y los defraudadores fiscales -  siguen exentos de cualquier obligación.

Exige además a las comunidades autónomas, en donde los recortes sanitarios, sociales y educativos impuestos por el Gobierno central y secundados sin mucha oposición por la mayoría de los ejecutivos autonómicos – véase la "insumisión" verbal de la consejera canaria de sanidad ante el copago -  han deteriorado los servicios básicos o amenazan con hacerlo en los próximos meses. Ese discurso machacón y sádico de Rajoy en España contrasta con sus jeremiadas ante la poderosa señora Merkel a la que no ha dejado de implorarle ayuda directa para los bancos y ante la que se ha quejado amargamente de lo que le cuesta al Estado español y a la banca financiarse en los mercados internacionales.

Ahora – además – nos sale Finlandia y Holanda amenazando con bloquear la inyección de 120.000 millones de euros anunciada a bombo y platillo en Roma por Merkel, Hollande, Monti y el propio Rajoy. En realidad, no creo que a Rajoy eso le quite el sueño: su verdadero política, la que se refleja en los temibles decretos ley con los que nos ha amargado el año y con los que nos piensa seguir azotando viernes tras viernes en una suerte de trágala político, parece ser la de hacer tabla rasa del estado del bienestar para levantar una nueva sociedad en la que los servicios públicos esenciales que lo definen y caracterizan pasen a ser mera beneficencia social.

Conviene por tanto no dejarse engañar por las ambiguas declaraciones del presidente en los foros internacionales y juzgar su política por lo que verdaderamente hace en España. Como dice la Biblia, por sus obras los conoceréis.