La cara (muy dura)
El presidente del Consejo
General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, tiene por
costumbre pagarse con dinero de todos los contribuyentes largos fines de semana
en Marbella que suelen extenderse de jueves a martes. Se aloja en hoteles de cinco
estrellas, come en restaurantes de cinco tenedores en los que llega a ser el
único comensal y alega que son viajes propios de la responsabilidad inherente a
su alta magistratura (la cuarta del Estado, nada menos)
Conclusión: conciencia
absolutamente tranquila, nada que reprocharse y, por supuesto, ni pasársele por
la cabeza dimitir. Y lo puede hacer, porque tiene en el PP y en CiU grandes
valedores que le libran del desagradable trance de dar explicaciones ante los
representantes de la soberanía popular.
Añadan a esta cara (muy
dura) la de los banqueros que hunden a sus entidades y a sus accionistas y se
llevan millones de euros en indemnizaciones o pensiones sin que nadie les
reclame responsabilidades de ningún tipo. Ellos también se libran de
dar la cara (muy dura) para explicar su desastrosa gestión. Incluyan también a
los que han defraudado a Hacienda y ahora resultan premiados con un perdón
fiscal que es sonrojo y escarnio para los que cumplimos nuestras obligaciones y
que – ilusos – siempre pensamos que
Hacienda éramos todos.
La
cruz (muy pesada)
El
Consejo Económico y Social (CES) ha recomendado
"acompasar" los plazos para el cumplimiento de los ajustes
presupuestarios, ya que el recorte en las políticas sociales hará de la
exclusión severa uno de los problemas más serios de España a medio y largo
plazo, incluso una vez superada la crisis. Dice
Marcos Peña, el presidente de este órgano consultivo del Gobierno, que la
situación del país es "pavorosa" y reclama un entendimiento político para repartir los "sacrificios" de forma
equitativa, algo que por el momento – apostilla – no se está produciendo de
ninguna manera.
Dice también el CES que los recortes en sanidad, educación y políticas social puede llevar a convertir en crónicas la desigualdades y recuerda que en España uno de cada cuatro hogares ya está en riesgo de pobreza.
¿Exagera el CES? ¿Carga las tintas? En absoluto: simplemente constata que en esta crisis hay caras muy duras a las que los sufrimientos de quienes cargan con el peso de la cruz les es indiferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario