Wert da la nota

Hay que decirlo sin rodeos: endurecer los requisitos para obtener una beca de estudios al tiempo que se elevan las tasas de matrícula en la universidad sólo persigue reducir el dinero destinado a esas ayudas y expulsar del sistema a miles de jóvenes, precisamente aquellos con menos recursos económicos que no pueden costearse sus estudios. El ministro Wert, experto en polémicas estériles y frases gruesas, es un verdadero lastre para la educación de este país. Su habilidad para evitar el consenso e imponer su criterio en un asunto tan delicado y su obsesión por implantar un sistema educativo fuertemente ideologizado, pueden hacerle un daño irreparable a un pilar básico en cualquier sociedad avanzada.

Elevar la nota media de acceso a la universidad para tener derecho a una beca pone de manifiesto, además, su mal disimulada intención de primar una supuesta excelencia académica en detrimento de la igualdad de oportunidades entre quienes tienen recursos propios para estudiar y quienes carecen de ellos, fin primero y último de la ayuda pública a los estudios. El mismo objetivo que persigue endurecer los requisitos para mantener la beca obtenida.

Todos estos cambios se condensan en una alambicada e ininteligible fórmula matemática que el ministerio se ha sacado de la manga y con la que pretende darle visos seudocientíficos a lo que no es otra cosa que un recorte puro y duro que castiga a las familias menos pudientes. Las variables que contiene esa fórmula – entre ellas la disponibilidad presupuestaria del Gobierno para conceder becas – convierten su consecución en una carta a los Reyes Magos con respuesta muy diferida en el tiempo. La incertidumbre que se genera es tal que un alumno no sabrá hasta casi acabado el curso si tendrá o no beca. En caso de que la respuesta sea negativa tendrá que abandonar los estudios si no puede pagar las tasas – cada vez más elevadas – de su bolsillo. Pierde el alumno, que no puede seguir estudiando, y pierde la universidad unos ingresos nunca antes tan necesarios en tiempos de recortes.

La razonable conveniencia de que las ayudas públicas al estudio valoren y premien el rendimiento académico del beneficiario no puede convertirse en el criterio último y determinante para conseguir la beca. Ese criterio tiene que ser ante todo el de compensar las desigualdades económicas entre los estudiantes y favorecer su acceso a los estudios superiores en las mejores condiciones de igualdad posibles. En definitiva, la beca no es otra cosa que una redistribución social de la riqueza y una garantía de que nadie con aptitudes y actitudes es expulsado del sistema educativo por razón de renta.

Pero eso es justo lo contrario de lo que busca el ministro, ya que un estudiante de escasos recursos que no alcance la nota requerida se quedará sin beca y no podrá seguir estudiando; por el contrario, al que disponga de medios le será indiferente obtener la nota requerida y le bastará con el 5 de toda la vida. A la hora de mantener la ayuda, éste último estudiante podrá repetir cursos y asignaturas cuantas veces quiera sin preocuparse por si le renuevan o no la beca, algo que se convierte en un imposible para el menos pudiente.

Arrinconado por toda la comunidad educativa, buena parte de las comunidades autónomas y hasta por su propio partido, Wert promete ahora que “recalculará” y “reconsiderará” la nota mínima de 6,5 para obtener una beca y las condiciones para mantenerla. Eso sí, ya ha dejado claro que en ningún caso la nota de corte va a ser un 5 puesto que, de hecho, ya el curso pasado la elevó al 5,5. No es suficiente: Wert debería tirar su normativa sobre becas a la papelera por innecesaria y clasista. Ya puestos debería también hacer lo mismo con la LOMCE y buscar un gran pacto nacional por la educación pública. Pero como todo eso es poco probable que ocurra, quien de verdad debería rectificar es Mariano Rajoy y buscar a otro ministro de Educación capaz de afrontar con diálogo y consenso los graves problemas educativos de este país.

3 comentarios:

  1. Hola José Luis.
    Ya está bien de tantos recortes, que sólo nos falta que nos prohíban comer a quiénes aún podemos.Me temo que llegaremos a la miseria total, ya que lo que se persigue es un pueblo inculto y pobre para así poder esclavizarlo...Estoy muy negativa ante el presente, pero lo peor es lo que está por llegar...
    ¡Gracias Jóse por tu información, mientras puedas y no te censuren tus artículos..!¿?
    Saludos.

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    1. Gracias por tus comentarios, Viky. Estoy de acuerdo contigo en que detrás de tanto recorte en educación lo que hay es un deseo claro de privilegiar más a los privilegiados en detrimento del resto. Pero no hay que perder la esperanza mientras al menos podamos denunciarlo. Un saludo.

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    2. ¡Gracias José Luis!
      Es lo que te digo mientras les dejen denunciarlo...
      Saludos.

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