Los presupuestos son el
espejo de las intenciones políticas de un gobierno y los que se
presentaron el sábado en el Congreso reflejan con toda claridad las
del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy. De nuevo se apuesta por el
recorte del gasto frente al incremento de los ingresos y de nuevo se
cava un poco más en el ya profundo hoyo en el que está hundida la
economía española.
De las cuentas públicas presentadas el
sábado lo único creíble son los nuevos recortes en inversión
pública que generarán más desempleo hasta rondar previsiblemente
el 25% de la población activa, la congelación de los salarios
públicos que enfriarán más el consumo y el nuevo tijeretazo en
servicios básicos como la sanidad. Así y todo, no serán estos los
únicos ni los últimos recortes si como es de temer España termina
pidiendo el rescate, en cuyo caso, los libracos entregados el sábado
en el Congreso se convertirán en puro papel mojado.
Por la parte de los
ingresos, los presupuestos del año que viene no pasan de la mera
declaración de intenciones: presuponer que en un escenario de
recesión, desempleo y consumo congelado crecerán los ingresos es
como creer en el milagro de los panes y los peces. Igual de ilusorio
es suponer que con la aplicación de estos presupuestos la economía
española sólo caerá el año
que viene un 0,5%, en contra del parecer de la inmensa mayoría de
los analistas y organismos internacionales.
A
la vista de la situación tampoco es creíble, como afirma el
Gobierno, que se cumpla este año el sacrosanto objetivo del déficit
y mucho menos el del año que viene y todo eso a costa de inmensos e
inútiles sacrificios que una vez más recaen sobre los de siempre. Añádase
que en 2013 destinaremos 38.000 millones de euros a pagar la deuda,
más de lo que se destinará a gastos de personal, a pesar de lo cual
deberemos a nuestros prestamistas prácticamente lo mismo que ganamos
gracias a la generosa ayuda que recibirán los menesterosos bancos
que han conseguido que entre todos paguemos sus pufos inmobiliarios
sin que ello vaya a servir tampoco para que de una vez abran el grifo
de los créditos.
Ese es, a grandes rasgos, el cuadro macroeconómico que dibujan estos maquillados presupuestos estatales que el Gobierno ha intentado endulzar anunciando una subida del 1% de las pensiones pero sin querer aclarar por evidentes razones electoralistas si las revalorizará de acuerdo con el alza del IPC, disparado a raíz de la subida del IVA.
Frente
a las advertencias nada menos que del FMI y de la Comisión Europea
en el sentido de que Rajoy se está pasando de frenada con sus
recortes sin compensarlos con medidas que reactiven la economía, el
Gobierno hace oídos sordos y se muestra completamente decidido a
aprovechar la crisis para convertir en grato recuerdo del pasado el
estado del bienestar por la vía de su acoso y derribo y su entrega
en bandeja de plata a intereses privados. Con estos presupuestos, el
PP da un nuevo y decidido paso en esa dirección y delata con
claridad cuáles son sus verdaderas intenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario