A falta de ideas, buenas son ocurrencias. Al PP no se le ha ocurrido mejor manera de sortear la negativa del PNV a negociar los Presupuestos del Estado mientras permanezca en vigor el 155 en Cataluña, que pedirle cinco votos prestados "al azar" al PSOE. El autor y difusor de idea tan chiripitifláutica no es otro que el vicesecretario de Política Social y Sectorial del PP, Javier Maroto, del que lo más benevolente que se puede decir es que ha tenido hoy su particular día tonto. Con su genial propuesta, Maroto se ha hecho acreedor por derecho propio y méritos sobrados al Premio Tolete Político del Año.
Apenas le ha faltado decirle a la dirección del PSOE cómo debería elegir entre los diputados y diputadas socialistas a los cinco llamados a salvar de la quema las barbas políticas de Rajoy. Me permito sugerirle que le plantee hacerlo en combinación con el número de la ONCE, a los chinos o por el infalible sistema de tin marín de do pingüé y a los que les toque que Pedro Sánchez se la bendiga. Y es que tamaña bobada no se había escuchado nunca antes en España, país muy dado a las bobadas especialmente entre sus políticos.
Todo lo cual no quiere decir que el PNV no esté claramente sobreactuando con este asunto y mezclando churras con merinas. Conviene recordar que si el artículo 155 de la Constitución está en vigor en Cataluña no será por culpa del Gobierno del Estado o, por lo menos, no será única y exclusivamente por su culpa. Algo tendrán que ver, digo yo, los desaforados independentistas catalanes con los que los nacionalistas vascos se muestran ahora tan solidarios. Por tanto, su posición suena a trágala y chantaje: si no les gustan las cuentas que Montoro presenta mañana en el Congreso deberían decirlo claramente y por qué, en lugar de usar la disparatada deriva secesionista catalana como coartada para quién sabe qué objetivos políticos y económicos no confesados.
Ahora bien, dicho lo anterior, lo que tienen que hacer el PP y el Gobierno de Rajoy es intentar al menos poner algo de su parte para levantar el 155 en Cataluña en lugar de fiar la salida de la situación solo a la acción de jueces y fiscales. Eso y, en paralelo, sentarse a negociar con el PNV y con el resto de fuerzas parlamentarias las cuentas públicas de este año. Uno que es ingenuo por naturaleza considera que es lo que le toca hacer a un Gobierno que está en minoría: conseguir los apoyos necesarios para sacar adelante sus propuestas en el Congreso de los Diputados. Y por supuesto, si no lo consigue en un asunto del calado de unos presupuestos estatales, convocar elecciones anticipadas a la vista de su fracaso. Lo de buscar votos prestados "al azar" en otras fuerzas políticas para salvar el culo político propio no se le ocurre ni al que asó la manteca, salvo que se llame Javier Maroto y sea dirigente del PP, claro.