Los escandalosos
detalles que siguen aflorando sobre la corrupción en el PP no parecen alterar
demasiado el pulso de la oposición política de este país. Que el PP fuera
advertido hasta en tres ocasiones de que Ignacio González tenía dinero en Suiza
y no hiciera nada al respecto o que el fiscal jefe Anticorrupción siga
intentando cortocircuitar la investigación no ha cambiado gran cosa los tópicos
discursos al uso. Mucha exigencia de explicaciones políticas, mucha acusación
gruesa pero cero iniciativas. La oposición dispone de votos suficientes para
forzar la convocatoria de un pleno extraordinario y monográfico sobre
corrupción que obligue a Rajoy a dar la cara ante los españoles. Esos votos dan
y sobran también para una moción de censura que mande al PP a la oposición y le
obligue a una verdadera regeneración de sus filas .
"Mucha exigencia de explicaciones políticas, mucha acusación gruesa pero cero iniciativas"
Lo que digo no
sería pura utopía si los partidos de la oposición antepusieran la necesidad
urgente de poner coto a la corrupción y sanear las instituciones democráticas a
sus cortoplacistas intereses. Es significativo y llamativo el espeso silencio
que sobre este nuevo escándalo de corrupción en el PP guardan los candidatos a
la secretaría general del PSOE, enfrascados en la contemplación de su propio
ombligo y en la disyuntiva de ser cola de ratón o cabeza de león. Más allá de
los lugares comunes habituales del portavoz Antonio Hernando, nada
significativo hemos escuchado decir a López, Sánchez o Díaz sobre lo que piensan
hacer contra la corrupción cuando uno de ellos asuma el liderazgo del todavía
principal partido de la oposición. O se les han secado las ideas o temen
arrinconar a Rajoy y provocar un adelanto electoral que les cogería en uno de los
peores momentos de su historia. No tengo muchas dudas de que es lo segundo con unas cuantas gotas de lo primero.
El ciudadano Albert Rivera, muchas veces innecesariamente parlanchín, ha desaparecido de la escena política desde que estalló este último caso de corrupción. Él, que en campaña prometió que su partido jamas apoyaría a Rajoy debido a la corrupción en el PP, prefiere ahora guardar silencio y preservar los acuerdos políticos y presupuestarios con el presidente que poner los votos de Ciudadanos al servicio de la decencia y la honradez políticas. Podemos, la tercera fuerza en número de votos del Parlamento y de quien se podía esperar incluso que alquilara una flota de guaguas y la paseara por toda España con los rostros de los “casos aislados” de la corrupción popular, ni siquiera ha reaccionado con algún espectáculo mediático al que tan aficionados son Pablo Iglesias y los suyos y ha vuelto a dejar constancia de su inconsistencia política.
"Con una oposición como esta no parece que Rajoy tenga mucho de lo que preocuparse"
Con una
oposición como esta no parece que Rajoy tenga mucho de lo que preocuparse a
pesar de lo mal que huele su partido. O mucho me equivoco o los presupuestos
generales terminarán saliendo adelante porque hay fuerzas políticas dispuestas
a apoyarlas aunque sea con la nariz tapada. Es el caso de CC, para la que las perras son las perras y allá
se las compongan el PP y los españoles con la rampante corrupción, hipótesis
perfectamente aplicable también al PNV. Nueva Canarias, cuyo único voto también
puede ser decisivo para la aprobación de las cuentas, sigue deshojando la
margarita del apoyo aunque no sé si por repugnancia ante la corrupción en el PP o por inyectarle más suspense al culebrón. Va siendo hora de que se decida y explique con claridad la opción elegida.
Con un partido podrido de corrupción en el
gobierno y una oposición pendiente sólo de sus cuitas e intereses coyunturales,
resultan cuando menos sarcásticas las apelaciones a los ciudadanos para que
confíen en las instituciones democráticas por parte de los mismos que apenas mueven un dedo para defenderlas y adecentarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario