No me queda
más remedio que darle unas merecidas vacaciones al blog. No veo otra manera de
acabar con la matraquilla con la que me viene acosando desde hace un par de
semanas y ya me he quedado sin excusas para seguir negándole el descanso.
Prefiero no estirar más la cuerda no sea que se rompa y terminemos teniendo una
relación de amor y odio como la del PP con CC. Me reprocha que la temporada es
muy larga, que está agotado, que lleva publicando casi sin parar desde
septiembre del año pasado y que contar cosas casi todos los días no es como
soplar y hacer botellas. Yo he ido capeando el temporal como he podido, con
excusas sobre la trascendencia de asuntos sobre los que no podíamos quedarnos
sin decir nada.
La semana
pasada me dio un ultimátum y me dijo que la fecha tope para irse de vacaciones
era el viernes. Yo me apunté a nacionalista y le dije que no me gustaba que me
marcara plazos fijos. Sin embargo, tuve
que sudar tinta para hacerle ver que no podíamos pasar el fechillo sin
comentar primero las trascendentales primarias del PSOE canario del domingo y
glosar la figura del ganador. Aunque terminó aceptando, primero me soltó un par
de impertinencias que no voy a reproducir literalmente por si hay niños
leyendo. En traducción adaptada para todos los públicos vino a decirme que me
dieran un camión para que lo cargue por detrás, o algo parecido.
"¡Muchas gracias y hasta más ver que serán señas de volver!"
Hoy he
intentado negociar con él un último servicio a la causa antes de darle permiso para que se
ponga el bañador y se calce las cholas. Le he dicho que espere a mañana para
comentar como se merece el taponazo final de la temporada política con Rajoy
testificando en la Audiencia Nacional por la trama Gürtel, que será cosa digna de ver. En esta ocasión no
ha abierto la boca, sólo me ha mirado de un modo muy raro y después, con la
mano izquierda se ha agarrado con fuerza el antebrazo derecho, ha doblado con
energía el codo de este lado y ha extendido el dedo corazón. Supongo que me
estaba indicando el camino de Pekín, aunque preferí no hacer más averiguaciones
y le di permiso para desaparecer unas cuantas semanas.
¡Ah!, me pide
con mucha insistencia que no olvide dar educadamente las gracias a todos los
que visitan, leen, reaccionan y comentan lo que ha ido publicando estos
últimos meses sobre las cosas que pasan en el 13 de la Rue del Percebe y que le
disculpen si en algo ha ofendido o metido la pata. Me sugiere también que les
diga que nunca las mañas pierdan porque de esas cosas también vive espiritualmente
el hombre y ganan peso los blogs.
Pues dicho
queda: ¡muchas gracias y hasta más ver que serán señas de volver!.
Te echaré de menos
ResponderEliminarMuchas gracias, me llega al alma. Prometo volver lo más pronto posible.
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