Más del 43% de
los militantes socialistas canarios ha pedido
a Ángel Víctor Torres que saque al partido del marasmo en el que está metido desde
hace varios años. La suya no ha sido una
victoria apabullante frente a Patricia Hernández y a Juan Fernando López
Aguilar, pero sí lo suficientemente nítida como para que nadie se atreva a
cuestionar el respaldo obtenido en las primarias de ayer. Es muy probable que,
ante los afiliados, la pública fe sanchista
de Torres haya sido un factor de peso para su triunfo frente sus dos
rivales, ambos declarados partidarios de Susana Díaz en las primarias para la
elección del secretario federal. Sólo hay que recordar que Sánchez aventajó en
Canarias a Díaz en un 30%, la mayor diferencia de toda España, lo que
por fuerza tenía que reflejarse en los resultados de ayer.
Aunque no creo
que haya sido ese el único factor para que Torres se haya convertido en el
nuevo secretario del PSC-PSOE. A su favor ha jugado también el escarnio sufrido
por los socialistas durante el año y medio de pacto con CC, un acuerdo pésimamente
gestionado por la dirección anterior del partido y por Patricia Hernández como
vicepresidenta del Gobierno con los nacionalistas. Los trágalas y humillaciones
de CC que Hernández asumió sin rechistar durante la tormentosa vida del pacto, es
seguro que también le han pasado factura. En cuanto a López
Aguilar cabe decir que segundas partes nunca fueron buenas salvo que seas
Cervantes. La militancia no ha olvidado que abandonó el partido a su suerte
cuando, en parte por sus propios errores, no pudo acceder al Gobierno canario a
pesar del resultado histórico obtenido por el PSC-PSOE en las urnas.
“Torres no anda sobrado de carisma pero le sobra pragmatismo y disposición al diálogo”
Es muy posible
que Torres ande algo escaso de carisma político, pero eso es algo que ni se
compra ni se alquila ni se presta: se tiene o no se tiene. Además, al contrario
de López Aguilar, no parece ser un gran ideólogo y desde luego está muy lejos de poseer su creatividad verbal. Torres es un político más próximo al terruño y
al problema del vecino que a los eslóganes vacíos o a los brillantes palabros
de la ciencia política; su trayectoria pública se ha forjado en el ámbito
municipal en donde hace falta cintura para el acuerdo más allá de los conceptos
y los objetivos estratégicos de mucho ringo rango.
Esto no quiere
decir que el hombre que los militantes del PSC-PSOE han elegido para que lleve
las riendas del partido durante los próximos cuatro años no piense y actúe como
un socialista “de los pies a la cabeza”, como a él le gusta definirse. Solo
que no hace de su forma de pensar y de actuar una muralla que impida el acuerdo
con otras formas distintas de pensar y de actuar. Podríamos definirlo como
pragmatismo y abierta disposición al acuerdo, dos virtudes mucho más escasas en
Patricia Hernández y en López Aguilar.
“Conquistado el castillo, ahora toca pacificarlo y reparar sus ruinas”
Esas virtudes
de Torres le deberían venir muy bien a un PSOE canario que necesita sellar con
urgencia las grietas internas que una dirección ausente y silente fue dejando irresponsablemente
que se ensancharan y se hicieran públicas y patentes sin hacer nada para remediarlo.
En el plano externo, Torres tendrá que gestionar a un tiempo los pactos del
PSOE con CC en varios ayuntamientos y cabildos y definir qué oposición
parlamentaria hará a un gobierno nacionalista en minoría necesitado desesperadamente de apoyos para
completar la legislatura en solitario.
Para cuando el
nuevo secretario general haya nombrado su dirección y empiece a trabajar, habrá
pasado casi un año desde la dimisión de la ejecutiva anterior. Durante todo ese
tiempo el PSC-PSOE ha estado gobernado por una gestora que, no sólo ha sido
completamente incapaz de pacificar las relaciones entre las facciones internas,
sino que además ha sido cuestionada por su parcialidad en favor de la que ha
apoyado la candidatura de Patricia Hernández. Ahora, después de años de desidia
y de falta de liderazgo, Torres tiene por delante una tarea casi titánica para
volver a hacer del PSC-PSOE una fuerza política clave para la mejora de la vida
de los canarios y poner fin al papel de comodín de los pactos con cascada o sin
cascada con CC. Torres ha conquistado el castillo pero ahora tiene que hacer lo
más difícil: pacificarlo y volverlo a poner en pie sobre sus ruinas.
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