"Lo que inquieta al hombre no son las cosas, sino las opiniones acerca de las cosas". (Epicteto)
Músicas para una vida - "Ob-la-di, Ob-la-da"
Una de las primeras canciones que recuerdo de The Beatles...
Las dos cartas de Rajoy
Cuentan que, cuando el viejo
líder soviético Nikita Krushev (el del zapatazo en la ONU) abandonó la
dirección del Partido Comunista, escribió y lacró dos cartas dirigidas a su
sucesor Leonidas Brezhnev. Al cederle el poder, le aconsejó que abriese la
primera carta en cuanto se le presentase un problema de difícil solución y la
segunda cuando se volviera a encontrar en la misma situación.
El primero de los
grandes problemas no tardó en llegar, así que Brezhnev abrió la primera de las
cartas:
- Hágame a mi responsable de todo – decía.
Brezhnev se zafó de sus
propias responsabilidades por la vía de culpar de todos sus problemas a
Krushev. Pero, pasado el tiempo, los problemas seguían ahí y Brezhnev abrió
entonces la segunda carta:
-
Siéntese y escriba otras dos cartas – ponía ésta.
No sé si Zapatero escribió o
no dos cartas dirigidas a Rajoy antes de dejar La Moncloa, aunque supongamos
por un momento que lo hiciera. Rajoy está justificando todas las duras e
injustas medidas de su Gobierno por la "herencia recibida" y, con la
excusa de que los socialistas dejaron un déficit público del 8,5% que hay que
bajar "cueste lo que cueste", está laminando a marchas forzadas los
cimientos del estado del bienestar: educación, sanidad y políticas sociales.
Y amenaza además con seguir
por la misma senda, al menos, hasta el verano si es que para entonces queda
algo que recortar, ajustar o eliminar directamente. Ya no se corta incluso para
pedirnos "unos pocos euros" porque no hay dinero para pagar los servicios
básicos, aunque sí lo hace y mucho para atacar con valentía el fraude fiscal
(en su lugar aplica una benevolente amnistía), gravar las rentas más altas o
las transacciones financieras.
Todo por culpa de la
herencia de los socialistas y todo en aras de la confianza de los benditos
mercados que siguen a lo suyo – especulando - como quien oye llover. Sin
embargo, el argumento de la herencia recibida no durará eternamente y no
tardará en llegar el momento en el que esa excusa se agotará y Rajoy tendrá que
asumir sus decisiones y las consecuencias dramáticas que ya están acarreándole
al país. ¿Abrirá entonces la segunda carta?
Alivio para los elefantes
Vale. El Rey se ha
disculpado, y con cara de no haber roto nunca un plato, ha dicho ante las
cámaras de televisión que "lo siente mucho" y que "no volverá a
ocurrir". Todo el país ha dado por
sentado que se refería a la cacería de elefantes en Botsuana mientras en casa volvía a rondar la negra sombra del rescate económico y el Gobierno se
ensañaba en su empeño de conducirnos a todos por la senda de la
"recuperación y el crecimiento". Puede que hasta los elefantes de
Botsuana hayan respirado aliviados al conocer las disculpas del Rey.
Pero ¿es suficiente? ¿hay
que pasar página, considerar lo ocurrido como un error aislado, olvidar el
pasado y volver al amor? Creo que no. Aunque la Casa Real anuncie ahora, a
elefante pasado, que se estudiará con cuidado la agenda real, pública y privada,
para no dar lugar a habladurías, es necesario hacer mucho más.
Empezando por definir con
claridad y regular legalmente las funciones y obligaciones de la monarquía y de
los miembros de la familia real, así como sus relaciones con el Gobierno. Tal
vez si esto se hubiese hecho hace tiempo, si se le hubiesen marcado límites al
Rey y a los miembros de su casa, si se le hubiesen trazado líneas rojas que en
ningún caso debían traspasar, el Rey no habría tenido necesidad de adoptar ese gesto de niño pillado en un renuncio.
Y no estaríamos hablando hoy
de sus medievales cacerías de elefantes indefensos o de osos borrachos, de
los negocios turbios de sus parientes más allegados, de su propia presunta
relación con ellos, de sus líos de faldas aireados en los últimos días pero
conocidos sotto voce desde hace años o de la "soledad de la Reina". No están las cosas para perder el tiempo en estos asuntos aunque algo ha tenido de bueno todo lo ocurrido: por primera vez se ha hablado en España sin tapujos sabre la Casa Real y sus miembros.
Que en su vida privada el
monarca y sus familiares pueden hacer de su manto un sayo como cualquier hijo
de vecino nadie lo cuestiona. Sin embargo, el Rey y sus familiares no son cualquier
hijo de vecino: viven de los presupuestos y asumen una responsabilidad pública
de la que deben ser plenamente conscientes en todo momento, máxime en
situaciones tan difíciles como las actuales.
El Rey ha demostrado en
muchas ocasiones que lo es aunque en otras, como la última, la que asegura que
no se volverá a repetir, no lo ha sido. La gran duda es si los políticos, tan
poco proclives a pedir disculpas por sus diarias meteduras de pata aunque a veces - no siempre -
paguen sus errores en las urnas, algo por lo que el Rey no tiene que pasar, son
capaces de una vez de enderezar el espinazo cuando se habla de la Casa Real.
La Guerra de la Vaca Muerta
Miren que ha habido guerras
con nombres llamativos: "Guerra del cerdo", "Guerra de la oreja
de Jenkins", "Guerra de las naranjas", "Guerra de la silla
de oro", "Guerra de los 30 años", etc.
Sin embargo, la que están
librando estos días argentinos y españoles es inédita y podríamos llamarla
"la Guerra de la Vaca Muerta". Ese es el nombre que recibe una zona
de la provincia argentina de Neuquen fronteriza con Chile. En ella, la
petrolera YPF, filial de la española REPSOL, detectó en noviembre pasado un
importante yacimiento de crudo "no convencional" capaz de
autoabastecer de petróleo a Argentina durante mucho tiempo.
No parece casualidad que,
coincidiendo con el descubrimiento de esa importante bolsa de petróleo, el
Gobierno de Argentina empezara a hostigar a la petrolera, que poco después los
gobernadores de varias provincias le retiraran la licencia para operar bajo el
argumento de que no cumplía los compromisos establecidos en materia de
inversión y extracción y que, finalmente, la presidenta Cristina Fernández la
expropiara sin tan siquiera derramar una lágrima, como suele ser frecuente en
ella en momentos delicados. Y ya tenemos la Guerra de la Vaca Muerta armada.
Populismo petrolero
No seré yo quien defienda
los intereses de REPSOL, una empresa lo suficientemente fuerte como para
defenderse solita y que además cuenta con el inquebrantable apoyo público del
Gobierno de España y, en especial, de su ministro de Industria, Energía y
Turismo, José Manuel Soria. Ni siquiera es REPSOL una compañía netamente
española, como se afirma alegremente. Basta echar un vistazo a la composición
de su accionariado para comprobarlo.
Con todo, tampoco es
defendible, se mire por donde se mire, la decisión del Gobierno de Argentina:
imponer por las bravas el control público sobre un recurso estratégico de la
importancia del petróleo, después de vender esos mismos recursos en 1999,
cuando las cosas iban mal, al mejor postor, no parece muy coherente ni encaja
con el Derecho Internacional y la seguridad jurídica de las inversiones.
Nada
digamos de echar a los directivos de YPF de la sede de la compañía, al más puro
estilo bananero, cuando la ley de expropiación ni siquiera había llegado al
Congreso. Responde más bien a otras razones: necesidad de buscar un enemigo
exterior cuando hay problemas internos y, sobre todo, cuando se huele negocio y
reparto de beneficios.
España amenaza, pero ¿puede
dar?
¿Y qué decir de la postura
del gobierno español? Más de una semana lleva el ministro Soria – el mismo que
deba la cuestión por "encauzada" un día antes de la expropiación - y
su colega Margallo amenazando con "medidas contundente" ante una
acción "hostil" que tendrá "consecuencias".
Más prudente se ha mostrado
el presidente Rajoy, que se ha limitado a calificar la decisión argentina de
"muy negativa para todos", pensando, sin duda, en los intereses de
otras muchas empresas españolas radicadas en aquel país y hasta en Venezuela,
en donde Hugo Chavez ha salido en defensa de Cristina Fernández y al que ya se
le ha pasado también por la cabeza quedarse con las empresas españolas
presentes en su país.
Por lo demás, España no ha
conseguido cosechar muchos apoyos más allá del presidente de México y el de
Guatemala. Estados Unidos, con claros intereses en Argentina, se pone de perfil
y la Unión Europea – pobrecita -, sin instrumentos legales para defender a un
miembro de un atropello como éste, lanza mensajes de admonición y suspende
reuniones de segundo nivel.
No sé cómo acabará esta
guerra de la Vaca Muerta aunque probablemente pasen años antes de ver su final.
Seguramente habrá denuncias en instancias internacionales cuyas decisiones
Argentina desoirá si no le son favorables, como ya ha hecho en ocasiones
anteriores; habrá seguramente represalias comerciales españolas y habrá mucha
agitación nacionalista en una y otra orilla del Atlántico para el respectivo
consumo interno. Lo que es seguro es que la guerra no se resolverá por la vía
de las amenazas mutuas sino por la de la diplomacia más callada que de
aspavientos.
Negro y en barril....
Un cuento real
Érase una vez un país otrora
grande pero venido a mediano tirando a chico. Tenía un rey puesto en el trono por un general
bajito y con muy mala leche. Con el fin de evitar males mayores, los súbditos
aceptaron el apaño y tiraron para adelante; incluso aprobaron una constitución
que consagraba que el rey en cuestión era el jefe del estado aunque nadie lo había elegido.
Fue pasando el tiempo y aquel
rey hizo algunos importantes servicios a sus súbditos en momentos muy
delicados. "Es todo un demócrata", decía el país casi al unísono. Pero
el monarca tenía algunas debilidades - ¿y quién no? – y cada vez que podía se
escapaba del país sin decírselo a nadie para practicar uno de sus pasatiempos
favoritos: la caza, a ser posible de bichos descomunales como osos o elefantes.
Pero como las cosas iban
razonablemente bien, los súbditos no le daban mayor importancia a aquellas
aficiones y hasta consideraban que era lógico que todo un rey se solazara como
tuviera por conveniente en su tiempo libre para descansar del peso de la púrpura.
Incluso estaba mal visto criticar al rey y apenas se hablaba de aquellas
escapadas y, si se hacía, era más bien con la boca pequeña y durante poco
tiempo.
Por circunstancias diversas
al país de marras empezaron a irle mal las cosas: la gente no tenía trabajo y
los que lo tenían, temían perderlo. El rey les pedía sacrificios y esfuerzos y les engordaba el ego y el orgullo diciéndoles que el país era fuerte y que sus súbditos habían
demostrado muchas veces que eran capaces de vencer todas las dificultades que
se les presentaran en el camino.
Sin embargo, al mismo tiempo
que les pedía más esfuerzos y sacrificios, él no se privaba de su hobby y se
tomaba frecuentes vacaciones que seguía sin comunicar a nadie y que se pagaba
con el dinero de aquellos súbditos cada día más angustiados por los problemas
de la economía.
En una de esas escapadas a un país lejano para cazar elefantes,
el rey tuvo la mala pata de romperse una cadera y fue entonces cuando todo el
país se enteró de que, mientras los súbditos las pasaban canutas, su rey se
divertía cazando.
Y se enfadaron: le afearon
la conducta y le pidieron una disculpa porque en tiempos de incertidumbre el
rey debe ser el primero en dar ejemplo. Además, le recordaron otras cosas poco
edificantes que habían hecho él mismo y algún miembro muy allegado de su
familia. El rey, enterado del malestar de sus súbditos, no le dio mayor
importancia y siguió con sus aficiones sin comunicárselas a nadie. Pero un día,
cuando volvió de una de sus cacerías en tierras lejanas encontró que en el
frontispicio de su palacio ya no ponía "Casa Real" sino
"Presidencia de la República".
Moraleja: Reyes o
gobernantes no son los que llevan cetro, sino los que saben mandar (Sócrates)
Músicas para una vida - Sitting on the dock of the bay
....y con los pies metidos en el agua. Fantástica canción grabada por Redding poco antes de su muerte y que a la postre fue su mayor éxito. ¡Ironías de la vida!
Músicas para una vida - "No, je ne regrette rien"
Terrible, dura y desesperada. La historia de una vida contada en poco más de dos minutos. Oigan y lean.
Viejos: esa pesada carga económica
Dice el Fondo Monetario
Internacional, esa egregia institución que tan fina estuvo a la hora de
predecir la crisis y analizar sus causas, que los viejos de hoy y de mañana son
un lastre para la economía y la masoquista consolidación fiscal que sufrimos.
Asegura en uno de esos
informes que parecen – y lo son – hechos a la carta del capitalismo neoliberal
y salvaje, que los gobiernos han infravalorado el coste que supone mantener
las pensiones ante el envejecimiento de la población.
Cabe supone que se refiere a
los países en los que, efectivamente, aumenta la esperanza de vida, aunque se
da la circunstancia de que eso no ocurre para una gran parte de la población
mundial en la que más bien disminuye.
Pero a lo que íbamos: ante
esa "realidad", el FMI aconseja recortar las pensiones y
"acomodar" la edad de jubilación a las expectativas de vida. Dicho en
otras palabras: que si en España, por ejemplo, la esperanza de vida se sitúa en
torno a los 82 años, lo conveniente sería que la jubilación se produjera en
torno a los 81 años y medio o un poquito más, a ser posible.
Y a renglón seguido propone
que se combine la pensión pública con la suscripción de planes privados de
pensión. Es decir, que el que quiere gozar de una pensión de jubilación después
de décadas trabajando – si es que ha tenido esa suerte - y cotizando a la Seguridad
Social, que se la pague de su bolsillo. Toda una lección de solidaridad y cohesión social.
Por ahí van los tiros, no
nos engañemos. Ya babean de placer algunas entidades dedicadas al negocio de
las pensiones privadas que, al socaire del viento favorable que sopla en los últimos
meses en España, no tienen reparo en pedir abiertamente que se fomenten los
planes privados de pensiones.
Van a por todas y los
pilares básicos del estado del bienestar se tambalean: hachazo en la sanidad y
en la educación, amagos de tocar las prestaciones por desempleo y, pensiones de
miseria porque, qué mala pata, hay demasiados viejos y poca gente cotizando.
Claro que, sobre las
multimillonarias pensiones de jubilación de los directivos de entidades
financieras que han recibido fondos públicos para evitar la quiebra no dice
nada el sapientísimo Fondo Monetario Internacional. Pero tampoco le pidamos
peral al olmo o que se tire piedras sobre su propio tejado. Hasta ahí podríamos
llegar.
Las formas y el fondo
Ninguno de los ajustes y
recortes anunciados hasta ahora por el Gobierno español han merecido todavía
una explicación detallada y profunda a los ciudadanos por parte del presidente
Rajoy.
Primero fue la subida de un
IRPF que nunca se iba a subir; después llegó la injusta y desequilibrada
reforma laboral con su correspondiente huelga general; enseguida fueron los
duros Presupuestos Generales del Estado con su hachazo a las inversiones y
ahora ha sido el recorte añadido de 10.000 millones de euros en sanidad y
educación que se ha despachado con una simple nota de prensa como si
estuviésemos hablando de calderilla y como si no afectase a servicios públicos
esenciales.
Fallan pues las formas, la
obligación que tiene el presidente del Gobierno de explicarle a los españoles,
a todos los españoles, a los que confiaron en él y a los que no, las medidas
concretas, los plazos para ponerlas en práctica y los objetivos que se
persiguen.
Lo más que se le ha
escuchado ha sido alguna declaración de pasillo o alguna respuesta
parlamentaria; no ha habido una sola comparecencia ante los medios ni en el
Parlamento para explicar con detalle qué pretende hacer el Gobierno con este
país, hasta dónde deben llegar los sacrificios que se nos exigen, quiénes deben
hacerlos y, sobre todo, si van a servir para algo más que para conducirnos por
el mismo camino de Grecia, Portugal o Irlanda.
Los ciudadanos no parecemos
contar en este torbellino de recortes más que para verlas venir y echarnos a
temblar un poco más, meras víctimas de una política económica obsesionada con
los recortes y los ajustes. No hay en los mensajes de los ministros, que tienen
que dar la cara para que Rajoy no se queme en la hoguera de sus medidas aunque
lo hagan habitualmente en medios de comunicación y foros extranjeros y para
contradecirse con frecuencia entre ellos, ni un sólo ápice de optimismo, ni un
pequeño mensaje de esperanza de que todo esto no nos llevará al abismo y a la
destrucción de una cohesión social ya precaria con un aumento galopante de las
desigualdades sociales, del paro, de los índices de exclusión, de la ausencia
de perspectivas.
Los ciudadanos tenemos la
creciente sensación de habernos convertido en víctimas propiciatorias de los
sacrosantos mercados, a los que se intenta "calmar" a toda costa
aunque sin conseguirlo; así las cosas, nos sentimos abatidos e indefensos –
"no hay alternativa", "esto o el rescate", "hay que
apretarse el cinturón porque hemos vivido muchos años por encima de nuestras
posibilidades", "heredamos una situación terrible", etc., etc.
-
Este discurso simplista y
falaz está llevando al país a la calle de la amargura y a la desesperanza ante
un futuro sin horizonte en el que – dicen – "nada podrá volver a ser como
era antes". Si la economía es también un estado de ánimo, nunca antes este
había estado tan bajo.
Más ¿qué importamos los
ciudadanos que pagamos nuestros impuestos sin amnistía fiscal, que sufrimos el
paro o el miedo a perder el empleo, que no podemos hacer frente a las hipotecas
o que no llegamos a fin de mes? Los mercados son los que importan y a ellos
brinda el Gobierno nuestro sacrificio. Un vistazo superficial a Grecia – a las
puertas de su ¡tercer rescate! - o Portugal bastaría para comprobar que es un
sacrificio inútil que sólo generará más dolor y sufrimiento. Pero eso parece
ser lo de menos para el Gobierno.
Músicas para una vida - In the summertime
Mungo Jerry fue una banda británica de principios de la década de los 70 liderada por Ray Dorset. "In the summertime" fue número uno en varios países. Sólo por el "look" de los miembros del grupo ya merecería la pena echarle un vistazo para recordar aquellos tiempos.
Músicas para una vida - "Te recuerdo Amanda"
Una generación hizo de esta canción un himno de amor y libertad. No había reunión o encuentro de amigos en la que no se cantase y, al mismo tiempo, se rindiese homenaje a Víctor Jara, asesinado por los militares chilenos a los pocos días del golpe de Pinochet. El estadio nacional de Chile, en donde murió este cantor popular, lleva precisamente el nombre de Víctor Jara.
Músicas para una vida - "Desafinado"
Uno de los himnos de la bossa nova en la interpretación de uno de sus máximos exponente. Sensualidad, ritmo y dulzura en una pieza eterna.
Músicas para una vida - "Ne me quitte pas"
La música está presente en
nuestras vidas desde la cuna hasta la tumba. A menudo no somos conscientes de
su presencia intangible pero marca nuestra biografía y, con el paso de los
años, se convierte en referente indisociable de los momentos de dicha y
angustia, de felicidad y tristeza, de rabia y de euforia. La música moldea
nuestro carácter sin que nos demos cuenta, se pega de forma indeleble a nuestra
vida y cambia nuestro modo de pensar, de amar, de sentir y hasta de sufrir.
Las músicas que vamos
descubriendo a lo largo de nuestras vidas son como muescas en nuestro paso por
este mundo: todas nos marcan de una forma u otra y nos delimitan un antes y un
después de escucharlas; las músicas de nuestra vida nos transportan a momentos
vividos o soñados, a paisajes nunca visitados y nos ponen en contacto con
gentes y culturas que nunca habríamos conocido de otra manera; la música evoca
paisajes y rostros de países lejanos y cercanos y despierta en nosotros sentimientos
de ternura, identidad, rebeldía o alegría; en los momentos de incertidumbre y
miedo nos provee de un escondite en el que refugiarnos cuando todo a nuestro
alrededor ha dejado de tener sentido y nos da fuerzas para seguir adelante.
Si girásemos la vista e hiciésemos
un esfuerzo por recordar, comprobaríamos que la música es un capítulo de
nuestra biografía del que no podemos renegar sin riesgo de vaciarla de sentido.
Esta serie que inicio hoy en
el blog y que promete ser larga, pretende ir recordando las músicas que ya
forman parte indeleble de mi biografía personal. El orden con el que irán
apareciendo estas músicas en el blog no tiene nada que ver con el que las fui
descubriendo y me fueron conquistando, sino con el que me dicten los recuerdos.
Comenzaré la serie con una de las grandes canciones de amor de todos los tiempos.....que la disfruten.....
Las últimas ocurrencias de Rajoy
La ocurrencia de la "amnistía"
fiscal
Rajoy llamó "ocurrencia"
al bulo (tal vez interesado) que circuló en la pasada legislatura sobre la
posibilidad de que el Gobierno socialista aprobara una amnistía fiscal para que
afloraran parte de las rentas evadidas. El Gobierno de entonces siempre lo
desmintió y nunca llegó a aprobarse aunque el PP, que entonces era el
"partido de los trabajadores" (Cospedal dixit), lo usó para darle en
los morros a Zapatero.
Ahora Rajoy ni siquiera ha lanzado
el habitual globo sonda en estos casos: ha anunciado su amnistía fiscal para
que las "rentas ocultas" afloren a cambio de una tasa del 10%, no
vayamos a hacer demasiado estropicio entre quienes se lo llevan crudo mientras
el resto, los que tenemos unos ingresos más transparentes que el cristal, apechugamos
en Hacienda y cargamos con la subida del IRPF, el recorte salarial, el miedo a
perder el empleo, la reforma laboral y lo que nos echen dado que, ya saben,
"todos tenemos que apretarnos el cinturón" y "Hacienda somos
todos".
Dicen los técnicos de Hacienda que
la amnistía fiscal aprobada ayer por el Gobierno del partido que iba a decirle "la
verdad a los españoles", no es más que un enjuague para que los
defraudadores fiscales consigan regularizar su situación a precio de saldo. Recuerdan
que el 72% de los casos de fraude fiscal provienen de grandes fortunas y
grandes corporaciones (¿de dónde iban a proceder?) y aseguran que estamos
ante un atentado al principio constitucional de igualdad tributaria. Y ya van
unos cuantos.
Y no se olvidan los técnicos de
Hacienda de denunciar que esta amnistía fiscal se da de bruces con los
reiterados anuncios de luchar contra el fraude fiscal y deja en evidencia a una
Agencia Tributaria que entre 1980 y 2008 ha ¿dejado? escapar 89.000 millones de
euros debido a su incapacidad para perseguir este tipo de prácticas. Cantidad más
que suficiente para arreglar el déficit un par de veces si fuera preciso.
Más ocurrencias
No fue la amnistía fiscal la única
ocurrencia que ayer nos regaló el Consejo de Ministros. Los Presupuestos
Generales del Estado son toda una ocurrencia en sí mismos: recortes del gasto
del 17% en los ministerios, hachazo a los gastos sociales (adiós a las ayudas
por la Ley de Dependencia) y subidón del recibo de la luz y el gas. Todo muy
equitativo, como la amnistía fiscal.
Pretende así el Gobierno cuadrar las
cuentas para que a finales de año no nos pasemos del 5,3% de déficit que nos
impone Bruselas. Quedan para cumplir ese objetivo nueve meses mal contados
cuando el ajuste pudo y debió haberse hecho, en todo caso, mucho antes y no
esperar a que Javier Arenas se quedara a las puertas de la Junta de Andalucía.
La ocurrencia canaria
Contienen además los Presupuestos
Generales del Estado un regalo para Canarias con el anuncio, puesto blanco
sobre negro, de que se recortarán 65 millones de euros de las subvenciones al
transporte marítimo y terrestre de los residentes "no peninsulares", es
decir, canarios, baleares, ceutíes y melillenses. La noticia encendió ayer
tarde el Twitter y José Manuel Soria, que andaba por Canarias alabando las
ventajas de tener pozos de petróleo cerca de las costas de Lanzarote y
Fuerteventura (otra buena ocurrencia), aseguró que no habrá tal recorte. A la
espera quedamos porque, si ocurre como con el anuncio de que se iba a aprobar
un nuevo decreto para que las Islas no se vieran afectadas por el fin de las
ayudas a las energías renovables, ya podemos ir sacando cuentas de lo que nos
costará salir de las Islas o movernos entre ellas.
Y las anteriores
Si a las ocurrencias conocidas
ayer sumamos las que hemos ido conociendo desde que Rajoy llegó a La Moncloa
hace cien días, más las que con toda seguridad se le "ocurrirán" en
las próximas semanas y meses, concluiremos que el del PP será el Gobierno más
ocurrente de la democracia. Y como se ha podido constatar esta semana que
acaba, la gente en la calle está disfrutando como nunca con tanta ocurrencia.
Aquí tienen un ejemplo....
Aquí tienen un ejemplo....
Primera semana de pasión de Rajoy
La última de marzo se ha
convertido en la primera semana de pasión del Gobierno de Mariano Rajoy.
Comenzó el domingo cuando los andaluces hicieron trizas las encuestas y dejaron
a Javier Arenas con un palmo de narices. Y continúo ayer con una huelga general
que fue un éxito para los sindicatos y de efectos "muy moderados"
para el Gobierno.
Tal vez ni tanto ni tan
calvo. La mayoría de las informaciones coinciden en que el paro tuvo un
seguimiento alto en la industria y los transportes públicos y mucho más
atenuado en el comercio.
Otra cosa son las manifestaciones de ayer tarde en
toda España que, según el propio Ministerio del Interior, movilizaron a 850.000
ciudadanos contra la reforma, muchos más según los sindicatos.
Guerra de cifras al margen,
el mensaje ha sido nítido: a los españoles no les gusta la reforma laboral del
Gobierno de Rajoy por desequilibrada, injusta e inútil. Los sindicatos
advierten con un empeoramiento del clima social en este país, fruto de la suma
de medidas injustas que hacen recaer sobre los trabajadores las consecuencias
de una crisis de la que no son responsables pero que se utiliza como coartada
para dinamitar derechos sociales y hasta constitucionales.
El Gobierno afirma que está
dispuesto a negociar "hasta la extenuación" pero no a cambiar los
aspectos "troncales" de la reforma (Fátima Báñez dixit). No invita a
la esperanza la posición del Gobierno, enrocado en una reforma que genera
rechazo social y centrado sólo en agradar a los mercados y a la patronal.
Mala cosa sería que el clima
social se siga deteriorando por el empecinamiento de un Gobierno que, amparado
en el cheque en blanco con el que parece interpretar su mayoría absoluta, se
muestra insensible al disgusto de la ciudadanía con sus medidas.
Con este panorama, hoy
conoceremos la nueva retahíla de recortes y ajustes que contienen los
Presupuestos Generales del Estado, tan celosamente guardados hasta que pasaran
las elecciones autonómicas andaluzas. El Gobierno se dispone a echar así más
leña al fuego del descontento social sin que, en paralelo, se atisbe una sola
medida que sirva de verdad para reactivar la economía y repartir las cargas de
la crisis de manera mucho más justa. Juega con fuego el Gobierno y ya se sabe
lo que pasa en estos casos: que se puede quemar y extender el incendio a toda
la sociedad.
Una huelga contra el miedo
Mariano Rajoy tendrá mañana
su huelga, la que descontó e impulsó con una reforma laboral desequilibrada,
injusta e inútil. Como inútil dicen ahora el propio Rajoy, sus ministros, los
empresarios y el coro mediático que le hace la ola al Gobierno que será la
protesta de mañana.
Auguran algunas encuestas
que no hay ambiente de huelga, que los ciudadanos dispuestos a secundarla no
rebasarán el 30% y añaden el Gobierno y los empresarios que dañará la
"imagen" de España y costará miles de millones de euros. Pero las
encuestas están para desmentirlas, como hicieron los andaluces el pasado
domingo y, en cuanto a las "pérdidas" económicas nada se dice, sin
embargo, del fraude fiscal y la evasión de impuestos que se producen no de
manera excepcional sino a diario.
Se ataca a los sindicatos y
se les llama caducos y desfasados y no digo yo que no necesiten también una
buena reforma, pero son los únicos que en esta situación pueden encauzar el
malestar social que la reforma laboral y el resto de las reformas en marcha y
anunciadas están generando en el país.
Se lanza desde el Gobierno y
quienes apoyan sus draconianas medidas un mensaje de pesimismo y resignación:
no hay otra solución que recortar, ajustar y acabar con servicios básicos y
derechos consagrados en la Constitución y en la negociación colectiva; lo
ordenan los mercados, Alemania y el Fondo Monetario Internacional. Es lo que
toca y al que no le guste, agua y ajo. Se atiza el miedo a perder el empleo y
se inculca la idea de que si el Gobierno no piensa cambiar una coma de la
reforma, de qué sirve ir a la huelga.
Sirve y mucho: para dejarle
claro al Gobierno que su obligación es gestionar la crisis atendiendo al
interés general y no a la parte más fuerte del mercado laboral y que su legitimidad
no procede de la sede de la CEOE sino de las urnas y que se debe tanto a los
que votaron por su programa oculto y ahora revelado como a los que no lo
hicieron; sirve para expresar el completo desacuerdo con la utilización de la
crisis económica como coartada para convertir a los trabajadores en mera
mercancía laboral; sirve para decirle bien claro una vez más que sus medidas
nos llevan al abismo económico, a la recesión durante largos años, al
empeoramiento de la calidad de vida y a la precariedad laboral.
La huelga general de mañana
no será la Revolución de Octubre ni la toma de la Bastilla, aunque el coro
mediático quiera presentarla con esos colores, criminalizando a los sindicatos
y metiendo el miedo con los piquetes. Será la ocasión para decirle al Gobierno
que la inmensa mayoría de los españoles no estamos de acuerdo con sus políticas
y que ni nos resignamos ni nos asustamos.
Primer aviso electoral
Las elecciones autonómicas
de ayer en Andalucía y Asturias ponen sobre la mesa algunas conclusiones
provisionales y no pocas preguntas por resolver:
1.- Las encuestas no dieron
ni una. Auguraban mayoría absoluta o casi para el PP en Andalucía y aunque Javier
Arenas ha ganado, se ha quedado a cinco escaños de conseguirla.
2.- Arenas se queda por
cuarta vez a las puertas de gobernar en su comunidad autónoma ¿Lo volverá a
intentar dentro de cuatro años o se desdecirá de su promesa de no volver a la
política nacional?
3.- La abstención se dispara
en Andalucía y Asturias. Hasta una parte de los votantes del PP andaluz se ha
quedado en casa, bien porque daba el triunfo por hecho a tenor de las encuestas o
bien porque no le convencía ninguno de los candidatos. La gestión política de
la crisis y la falta de alternativas que ilusionen no animan precisamente a la
participación
4.- José Antonio Griñán, el
presidente saliente y entrante si, como se supone, el PSOE e IU alcanzan un
acuerdo de gobierno, acertó de pleno posponiendo las elecciones autonómicas
para después de las generales. De haberse celebrado el 20N, es muy probable que
hoy liderara la oposición en el Parlamento andaluz y Javier Arenas fuera el
presidente de la comunidad.
5.- Izquierda Unida dobla
los resultados en Andalucía al recoger el voto disgustado con un PSOE que lleva
gobernando 30 años esa comunidad autónoma y que aparece envuelto en algunas
tramas corruptas como la de los ERE que, sin duda, le ha restado un apoyo
considerable.
6.- En Asturias, a pesar del
avance del PSOE e Izquierda Unida y la entrada en el parlamento autonómico de
UPyD, los ex populares del ahora llamado Foro de Asturias y los populares de
ayer y de hoy se entenderán para formar gobierno. No obstante, la situación
podría ser diferente si, como espera el PSOE, el voto emigrante le otorga al
menos un escaño que le permitiría un pacto a tres bandas con IU y UPyD para
formar gobierno en el Principado.
7.- En los resultados
electorales de ayer en ambas comunidades autónomas es seguro que deben de haber
tenido una influencia decisiva las duras medidas de ajuste y las reformas
puestas en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy. Es probable que, desde el
punto de vista de su estrategia política,
Rajoy acertara también al posponer la aprobación de los Presupuestos
Generales del Estado hasta después de la cita electoral andaluza. ¿Qué habría
pasado de haberlos aprobado antes, de manera que los electores hubieran acudido
a las urnas sabiendo con toda exactitud cuál es el alcance del sacrificio que
se les exige? Nunca lo sabremos, pero es lícito suponer que los resultados
habrían sido menos favorables.
8.- El PSOE saca pecho y
resiste la ola popular que ha teñido de azul la práctica totalidad del mapa
político español. Sin embargo, la legislatura no ha hecho más que comenzar y
mucho deberá cambiar aún este partido para que vuelva a contar con la confianza
mayoritaria del electorado. Ese es el reto que los resultados de ayer no pueden
ocultar.
9.- A la vista de los
resultados de ayer, el PP tendrá que sacar también sus propias conclusiones:
una gestión de la crisis orientada a hacerle pagar sus consecuencias a quienes
menos responsabilidad tienen no ha sido un buen comienzo. ¿Rectificará? Ese es
su reto.
La cancion de la tierra
- El vino ya brilla en la dorada copa,
- ¡pero no bebáis todavía, antes os cantaré una canción!
- El canto de la aflicción os ha de sonar con risas en el alma.
- Cuando se acerca la pena, yacen desiertos los jardines del espíritu,
- se marchita y muere la alegría, el canto.
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
- ¡Señor de esta casa!
- ¡Tu bodega atesora la abundancia de vino dorado!
- ¡Aquí, declaro mío este laúd!
- Tocar el laúd y vaciar los vasos,
- he aquí las cosas que realmente hacen juego.
- ¡Una buena copa de vino en el momento justo
- vale más que todos los reinos de esta tierra!
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
- El firmamento es eternamente azul, y la tierra
- permanecerá inmutable largo tiempo, se llenará de flores en primavera.
- Pero tú, hombre, ¿cuánto tiempo vives tú?
- ¡Ni siquiera cien años se te permite divertirte
- con las frágiles futilidades de este mundo!
- ¡Mirad allá abajo! A la luz de la luna, sobre las tumbas
- se agacha una imagen salvaje y fantasmal...
- ¡Es un mono! ¡Escuchad cómo su lamento
- resuena por todas partes, en el suave perfume de la vida!
- ¡Tomad ahora el vino! ¡Ahora es la hora de disfrutarlo!
- ¡Vaciad vuestros dorados vasos hasta el final!
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
- "La canción de la Tierra" en versión de K. Ferrier
Un debate sin historia
El debate sobre el estado de
la nacionalidad canaria de esta semana, al igual que la práctica totalidad de
los anteriores, tampoco pasará a los anales del parlamentarismo canario. Fallan
demasiadas cosas: la duración, el formato y, sobre todo, el contenido.
No conectan estas
maratonianas sesiones parlamentarias con el sentir de la calle, con lo que
preocupa a los ciudadanos de a pie que apenas les prestan atención. Y no es que
en ellas no se aborden asuntos de calado social o económico, es sólo que los
discursos parecen más atentos a las respectivas estrategias políticas que a los
problemas reales de la calle y a las soluciones que se proponen para
resolverlos.
Se repiten en el hemiciclo los argumentos de sobra conocidos de unos y de otros, del Gobierno y de la oposición. Nadie se sale del guión previsto, todos desempeñan su papel con rigurosa precisión. Una vez más, el de este año se ha amoldado a la perfección a ese esquema aunque, como es lógico, con algunas pequeñas variaciones determinadas en este caso por la crítica coyuntura económica y el debate en torno a las prospecciones petrolíferas.
Respecto a la primera, el
Gobierno ha reconocido oficialmente por boca de su presidente que no habrá más
remedio que tocar los impuestos si, como es más que previsible, los
Presupuestos Generales del Estado que se aprobarán el 30 de marzo pasadas las
elecciones andaluzas, incluyen severos recortes para las Islas. En todo caso, no ha dicho
nada el presidente que ya no nos temiéramos y no ha dicho nada la oposición que
ya no supusiéramos: que el PP no gobernó en Canarias hasta el otro día y que
con el Gobierno de Mariano Rajoy a este país no lo va a reconocer ni la madre
que lo parió (Alfonso Guerra dixit).
Rechazó el PP la oferta de
diálogo del presidente Rivero quien, no obstante, no se movió un milímetro de
su oposición frontal a las prospecciones petrolíferas mientras el PP hacia lo
propio, defenderlas a capa y espada. Todo, insisto, demasiado previsible. Y luego llegaron las
llamadas propuestas de resolución, esas que se aprueban o rechazan a mayor
gloria del diario de sesiones pero que no suelen traspasar los muros del
Parlamento y entrar a formar parte de las acciones del Gobierno. Y hasta el año
que viene por estas fechas.
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