Las elecciones autonómicas
de ayer en Andalucía y Asturias ponen sobre la mesa algunas conclusiones
provisionales y no pocas preguntas por resolver:
1.- Las encuestas no dieron
ni una. Auguraban mayoría absoluta o casi para el PP en Andalucía y aunque Javier
Arenas ha ganado, se ha quedado a cinco escaños de conseguirla.
2.- Arenas se queda por
cuarta vez a las puertas de gobernar en su comunidad autónoma ¿Lo volverá a
intentar dentro de cuatro años o se desdecirá de su promesa de no volver a la
política nacional?
3.- La abstención se dispara
en Andalucía y Asturias. Hasta una parte de los votantes del PP andaluz se ha
quedado en casa, bien porque daba el triunfo por hecho a tenor de las encuestas o
bien porque no le convencía ninguno de los candidatos. La gestión política de
la crisis y la falta de alternativas que ilusionen no animan precisamente a la
participación
4.- José Antonio Griñán, el
presidente saliente y entrante si, como se supone, el PSOE e IU alcanzan un
acuerdo de gobierno, acertó de pleno posponiendo las elecciones autonómicas
para después de las generales. De haberse celebrado el 20N, es muy probable que
hoy liderara la oposición en el Parlamento andaluz y Javier Arenas fuera el
presidente de la comunidad.
5.- Izquierda Unida dobla
los resultados en Andalucía al recoger el voto disgustado con un PSOE que lleva
gobernando 30 años esa comunidad autónoma y que aparece envuelto en algunas
tramas corruptas como la de los ERE que, sin duda, le ha restado un apoyo
considerable.
6.- En Asturias, a pesar del
avance del PSOE e Izquierda Unida y la entrada en el parlamento autonómico de
UPyD, los ex populares del ahora llamado Foro de Asturias y los populares de
ayer y de hoy se entenderán para formar gobierno. No obstante, la situación
podría ser diferente si, como espera el PSOE, el voto emigrante le otorga al
menos un escaño que le permitiría un pacto a tres bandas con IU y UPyD para
formar gobierno en el Principado.
7.- En los resultados
electorales de ayer en ambas comunidades autónomas es seguro que deben de haber
tenido una influencia decisiva las duras medidas de ajuste y las reformas
puestas en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy. Es probable que, desde el
punto de vista de su estrategia política,
Rajoy acertara también al posponer la aprobación de los Presupuestos
Generales del Estado hasta después de la cita electoral andaluza. ¿Qué habría
pasado de haberlos aprobado antes, de manera que los electores hubieran acudido
a las urnas sabiendo con toda exactitud cuál es el alcance del sacrificio que
se les exige? Nunca lo sabremos, pero es lícito suponer que los resultados
habrían sido menos favorables.
8.- El PSOE saca pecho y
resiste la ola popular que ha teñido de azul la práctica totalidad del mapa
político español. Sin embargo, la legislatura no ha hecho más que comenzar y
mucho deberá cambiar aún este partido para que vuelva a contar con la confianza
mayoritaria del electorado. Ese es el reto que los resultados de ayer no pueden
ocultar.
9.- A la vista de los
resultados de ayer, el PP tendrá que sacar también sus propias conclusiones:
una gestión de la crisis orientada a hacerle pagar sus consecuencias a quienes
menos responsabilidad tienen no ha sido un buen comienzo. ¿Rectificará? Ese es
su reto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario