Muy gordo y muy feo. Se da
la casualidad que se nos ha desfondado un banko
que era la niña de nuestros ojos y ya no sabemos qué hacer para tapar el
agujero, que crece a cada día que pasa. Decimos que le vamos a echar dinero sin parar
a pesar de las críticas y puyazos que recibimos por ello desde todos lados pero
el agujero no para de aumentar.
La cosa pinta muy fea porque
puede que no sea éste el único banko que
anuncia beneficios que a los pocos días se convierten en pérdidas. Hay al menos
otros tres que también tienen mala cara, como si estuvieran desnutridos y mucho
nos tememos que no habrá más remedio que alimentarlos para que no mueran.
Nos preguntan de dónde
vamos a sacar tanto dinero como nos piden y decimos que emitiremos deuda
pública, pero que no recurriremos a la bolsa de la Unión Europea, que nuestros
problemas los podemos arreglar sin injerencias de fuera. La verdad es que ni
nosotros nos lo creemos. Nos ponen de chupa de dómine
por manifestar nuestra disposición a socorrer a los bancos y a los banqueros
malandrines con decenas de miles de millones de euros públicos al tiempo que
afeitamos a base de bien la educación,
la sanidad y las políticas sociales.
Contestamos que no hay más
remedio para que no quiebre el sistema pero no hay forma de que nos crean. Nos
exigen que expliquemos cómo se va a recuperar todo ese dinero público que les
vamos a entregar a los bancos y, aunque les decimos que cuando se saneen se
privatizarán y el dinero volverá a las arcas públicas, siguen sin creernos una
sola palabra. Nos requieren para que demos
la cara y depuremos responsabilidades – las nuestras incluidas – y no
sabemos qué contestar. Por lo pronto capeamos el temporal pero no sé hasta
cuándo podremos aguantar.
Como consecuencia del
agujero en el que estamos hundidos cada día nos sale más caro pedirle dinero a
los fríos mercados. Clamamos para que el Banco Central Europeo nos compre deuda
y nos dé un respiro pero nadie escucha nuestra súplicas.
¿Qué más podemos hacer? ¿A
quién recurrir? ¿En qué puerta tocar? Cada vez vemos más cerca el temido
rescate y parece como si en Berlín o en Bruselas nos hubiesen abandonado a
nuestra suerte. Doña Ángela, a la que tanto admiramos y apoyamos, no se digna
pronunciar ni unas pocas palabritas de aliento y apoyo después de todos los
recortes que hemos aprobado y las reformas que hemos hecho para cumplir con sus
sabios consejos.
Estamos desolados,
desconcertados, desorientados y acongojados. S.O.S. Berlín: tenemos un
problema.
Ellos tienen un problema para mantener el tinglado y nosotros tenemos un problema porque los boquetes del negocio los quieren tapar con nuestros derechos sociales. Si la manta no tapa a pueblos y a oligarquías abra que tirar fuerte de ella.
ResponderEliminarMañana 30 de mayo, concentración de protesta contra recortes en la entrega de Premios Canarias, Auditorio SCTenerife, 19:30.
Saludos, Jose Luis.
Completamente de acuerdo: En realidad, "su problema" es el nuesro porque es a nosotros a quienes nos lo quieren endosar y hasta el momento, desgraciadamente, lo están consiguiendo.
ResponderEliminarUn abrazo, Samuel.