Según la
última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), conocida hoy,
a los españoles la corrupción nos preocupa un montón. Tal es así que desde
la encuesta anterior hasta la fecha casi
son incontables las horas de sueño que hemos perdido por esa causa. Contadas en
puntos son doce puntos más, que ya son puntos. Sólo el paro que, a pesar de los
esfuerzos de Rajoy sigue por las nubes, nos preocupa más que el trinque de lo
público. Por desgracia me temo que ese subidón no tiene nada que ver con la
espontánea aparición de una inesperada conciencia cívica entre los ciudadanos.
No creo que nos hayamos vuelto todos
virtuosos de la noche a la mañana y hayamos decidido que esto no puede
continuar así. La causa de ese repunte no es otra que la coincidencia de la
encuesta con un nuevo caso de corrupción que añadir a la larga lista de
mamandurrias que se han ido acumulando a lo largo de los años.
En esta
ocasión fue bautizado como “Lezo” y ha llevado a la cárcel a todo un ex
presidente autonómico madrileño y hasta ha contribuido en
parte a mandar a su casa a un fiscal jefe Anticorrupción y a poner contra las
cuerdas a un Fiscal General del Estado y a un ministro de Justicia. Con ingredientes
de esa categoría lo extraño hubiera sido
que el asunto no nos quitara al menos unas horas de sueño. Ahora bien, no tengo dudas de que si antes de la próxima encuesta este país se libra de nuevos
registros policiales, detenciones y encarcelamientos, los españoles recuperaremos
rápidamente las horas de sueño pérdidas y todo volverá a ser como siempre.
Incluso, si hubiera elecciones dentro de unos meses sin que mientras tanto saltaran
a los medios nuevos casos de corrupción, volveríamos a votar mayoritariamente
lo mismo que la vez anterior y que la anterior y que la anterior a la anterior.
“Si antes de la próxima encuesta del CIS no aparecen nuevos casos de corrupción, los españoles recuperaremos el sueño perdido”
Debe ser nuestro carácter voluble e
inconstante que hace que la indignación por el saqueo de lo público nos dure lo
que dura un telediario. En realidad, aunque muchas veces pensemos lo contrario,
no nos diferenciamos gran cosa de muchos de aquellos a los que votamos para que
nos representen o de los que controlan los hilos de los partidos políticos. La
clase política de un país suele reflejar la realidad social y por eso somos los
ciudadanos los que, con nuestros votos y con nuestra actitud ante lo público, decidimos a qué altura colocamos el listón de
la honradez y la decencia que estamos dispuestos a exigirles a nuestros
representantes.
Un ejemplo muy
claro de que una cosa es decir que se está preocupado por la corrupción y otra muy
distinta actuar en consecuencia lo encontramos en el PP. A los
populares les ha entrado el pánico ante la comisión de investigación sobre la
financiación de los partidos creada en el Congreso de los Diputados. Para
evitar verse sometidos a una causa inquisitorial de carácter general por parte
de los otros partidos han empezado a maniobrar para acotar al máximo el
contenido de la investigación, los comparecientes y el periodo a investigar.
Dicho de otra manera, nada de retrotraernos a los tiempos de Aznar y Rato y a “su milagro económico”; por lo que al PP se refiere con los
cuatro años de Rajoy en mayoría absoluta debería ir el asunto servido, y advierten con quejarse al juez para que mande a parar si hay quien quiera ir más allá.
“¿Qué preocupa de esa comisión de investigación al PP si la corrupción en sus filas sólo son casos aislados?”
Ya comenté en
su día que lo de las comisiones parlamentarias de investigación suelen generar
más ruido que nueces y, después de meses de reproches y acusaciones cruzadas,
cerrarse sin conclusiones novedosas con respecto a la investigación judicial y
sin medidas concretas para evitar que lo investigado se repita. De todo modos
me llama mucho la atención que al PP le preocupa esa comisión siendo como es la
corrupción en sus filas un asunto de simples “casos aislados” cometidos
presuntamente por “esa persona que usted dice” y “que ya no pertenece al Partido Popular”. Y
menos lo entiendo siendo como es el PP “el partido que más medidas de lucha
contra la corrupción ha aprobado” desde la época de Luis Candelas y el
Tempranillo. Creo que está tardando el CIS en hacer una encuesta para
aclararnos si también entre los dirigentes del PP la corrupción preocupa un
montón.
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