Otra cumbre "histórica"

"Digno, por la trascendencia que se le atribuye, de figurar en la historia". Ésta es una de las definiciones que se pueden encontrar en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua del término "histórico". Si se la aplicamos a la cumbre  que hoy celebran en Bruselas los presidentes de gobierno y jefes de estado de la Unión Europea, veremos enseguida que le queda ancha.

Prueba del desgaste de la palabra es que ninguna de las cumbres celebradas hasta ahora desde el inicio de la crisis han servido para avanzar gran cosa en la salida de esta situación. El ejemplo más claro lo encontramos en el enredo de la deuda griega que tres años después sigue sin resolverse con claridad. Para emborronar más aún el problema, la señora Merkel quiere que se intervengan los presupuestos griegos, algo así como lo que planteó hacer con las comunidades autónomas el ministro español de economía, Luis de Guindos.

Puede que la de hoy sea una cumbre histórica (para él) porque es la primera a la que acude Mariano Rajoy como presidente del Gobierno del país con más parados de la Unión Europea. Pero que se sepa no tiene intención de defender medida alguna que no sea profundizar en los ajustes y la estabilidad presupuestaria y, como consecuencia de todo ello, en la crisis misma.

Todo muy del gusto de la señora Merkel. Y a pesar de que cada vez son más las voces (incluido el FMI) que claman (en el desierto) sobre la necesidad de combinar la estabilidad presupuestaria con medidas de reactivación económica, las que tenga pensado aplicar el señor Rajoy las desconocemos de momento.

Tampoco sabemos con certeza si planteará la necesidad de relajar los plazos para cumplir el objetivo de déficit fijado para este año en el 4,4% después de acabar 2011 con un déficit por encima del 8%. La misma incertidumbre que existe sobre si su sorprendente apoyo a la implantación de una tasa a las transacciones financieras fue algo más que una frase con la que quedar bien ante Nicolas Sarkozy, quien sí parece dispuesto a implantarla en su país. Otra cosa es que sea creíble la promesa del presidente francés, que ya se encuentra en campaña electoral, y tiene que contrarrestar con anuncios de ese tipo las propuestas de su rival, el socialista Hollande (por cierto, ¿qué opinan al respecto los socialistas españoles?).

En resumen, el objetivo de Mariano Rajoy en esta cumbre no parece ser otro que el de mostrar sus socios europeos, y sobre todo a Merkel, que es un alumno aplicado y que está haciendo los deberes que le exigen los mercados. "Ya se empieza a hablar bien de España en todo el mundo", ha proclamado ufana la número dos del PP, María Dolores de Cospedal.

Así que, poco cabe esperar de la cumbre de hoy por muy "histórica" que nos la quieran presentar. Salvo sorpresa mayúscula será un nuevo parto de los montes y no parece probable que salga de ella una sola medida que sirva para revertir la situación actual. Y ojalá me equivoque.
 

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