¿Y qué ha dicho? Que lo siente mucho, que cuando llegó a La Moncloa se encontró con un pastel que no esperaba, una desviación del déficit de 20.000 millones de euros (y subiendo) y que, con dolor de su corazón, no ha tenido más remedio que endosarnos un mordisco fiscal (temporal, eso sí).
Ha dicho también que no se esconderá, que dará la cara ante la crisis (como ha hecho hasta ahora) y que "no tengo previsto" subir el IVA. Giren la vista atrás, fíense y no corran.
Todo esto y poco más lo ha dicho, no en el Congreso (en donde no tiene previsto intervenir hasta febrero) ni en una rueda de prensa abierta a todos los medios (dure lo que dure y se le pregunte lo que se le pregunte), sino en una entrevista a la Agencia EFE que ha durado exactamente 20 minutos.
Bueno, menos da una piedra pero nos quedamos con las ganas de saber mucho más sobre los planes y medidas que se supone tiene previsto aplicar para "crear empleo", el mantra de la campaña electoral. Aunque, a la luz de la experiencia, los mantras parecen servir sólo para eso, para repetirlos a toda hora en la campaña electoral y, luego, si los ciudadanos te otorgan la confianza, olvidarlos en un cajón bajo siete llaves.
Al fin y al cabo ¿quién se lee los programas electorales? Tal vez por eso el del PP era tan ambiguo e inconcreto. Es ahora cuando lo estamos empezando a conocer de verdad.
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