Sevilla tiene un color especial


Algo tiene el vino cuando lo bendicen y algo tiene Sevilla cuando los dos principales partidos políticos de este país la eligen para sus respectivos congresos. Hace poco fueron los socialistas quienes acudieron a la capital hispalense a dirimir sus cuitas entre Chacón y Rubalcaba y a echarle una mano (al cuello, por lo que se ha visto después) a Griñán en su carrera imposible por retener el Gobierno de la Junta de Andalucía. Poco después del Congreso se desarmó el PSOE sevillano y así andan, a la greña, a poco más de un mes para las elecciones autonómicas en las que, salvo sorpresa, el PSOE perderá el que ha sido uno de sus bastiones históricos. 

Ahora es el PP el que acude también a Sevilla, pero no a dirimir diferencias entre sus dirigentes, como ocurriera hace cuatro años en Valencia (tierra soñada por Camps, al que no veremos en Sevilla), sino a entronizar a Javier Arenas como el hombre que va a gobernar Andalucía al menos los próximos cuatro años. 

Aunque alguna que otra discrepancia sí habrán de limar los populares en el congreso sevillano de este fin de semana. Véase por ejemplo la creación de un coordinador o coordinadora del partido para que le eche una mano a Cospedal, ahora que anda metida también en harinas gubernamentales en Castilla – La Mancha. Pero ella no quiere que le hagan sombra y apuesta por mantener ambos cargos, secretaria general del partido y presidenta castellano-manchega. Al fin y al cabo, Toledo está de Madrid a un tiro de piedra y eso permite estar en misa y repicando ( y cobrando dos jugosos sueldos, aunque seguro que eso no es lo que la anima a mantener el pluriempleo). 

Por lo demás, el de este fin de semana más que un congreso será una fiesta flamenca de aclamación a Rajoy, el hombre impenetrable que por la vía de sentarse a ver pasar el cadáver de su rival, ha conseguido para el PP el mayor poder político que haya tenido nunca un partido en este país desde el inicio de la democracia. Si encima no aparecen por allí ni Camps ni Ricardo Costa ni Carlos Fabra, la dicha será completa. No sé si Los del Río se unirán también a la fiesta, aunque estoy seguro de que no desentonarían....



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