Puede que
muchos conductores ignoraran olímpicamente las predicciones meteorológicas que
anunciaban nieve a manta para este pasado fin de semana en el centro y norte de
la Península. Teniendo en cuenta lo rumbosos que solemos ser los españoles
cuando se trata de mal tiempo, que nos alongamos a la costa para hacer fotos
aunque haya olas de seis metros, no es descartable que más de dos y de tres
sacaran la conclusión de que el hombre del tiempo exageraba y que la cosa no iba
a ser para tanto. Sin encomendarse ni a Zoido ni a de La Serna se pusieron en
carretera y pasó lo que todos hemos visto este último día antes de la vuelta al
gimnasio para quemar el roscón de Reyes: colas kilométricas, coches atrapados
en la nieve y miles de familias con niños pequeños clamando por una manta y un poco de
agua y comida. Lo cierto es que nadie o
casi nadie pasó a echarles una mano y así tuvieron que estar cerca de 20 horas,
tiritando de frío pero con la temperatura de la indignación por las nubes. Y es
que, por más que hubiera algunos aventureros que osaron volver a casa en medio de la
ventisca, no creo que fuera la decisión mayoritaria. Más bien parece que quien
tenía que haberles echado un cabo para salir del atolladero eran esas
autoridades de los ministerios del Interior y de Fomento que ahora tiran
balones fuera y culpan a la concesionaria de la autopista de peaje por no
cerrar la vía y, lo que es más sorprendente, a los propios automovilistas por
no estar al loro del parte meteorológico. Digo yo que para eso tampoco es que
haga mucha falta una Dirección General de Tráfico y, si me apuran, ni siquiera
un ministerio de Fomento si al final la culpa es de los contribuyentes y a ti te encontré en la calle.
El staff directivo del Ministerio del Interior dirigiendo el operativo por el atasco en la AP-6 desde la tribuna del Sánchez - Pizjuan.
La
concesionaria, por su parte, también lanza bolas de nieve contra el Gobierno y
recuerda que es tarea de la DGT impedir que circulen los coches por la vía.
Total, que unos por otros y la nieve hasta las rodillas y más arriba. Ahora
anda todo el mundo alborotado con este asunto que, por lo demás, no es la
primera vez que ocurre. Algunos aún recordamos a Rajoy jurando en arameo y
pidiendo la dimisión de la socialista Magdalena Álvarez, ex ministra de
Fomento, por una situación casi calcada a la del domingo. Así que la oposición ya ha pedido
comparecencias urgentísimas de los ministros Zoido y de La Serna para que digan
cómo se gestionó el helado atasco del domingo y las razones por las que esa gente no recibió un
poco de ayuda mientras le castañeteaban los dientes. El director general de
Tráfico, Gregorio Serrano, que junto a su jefe Zoido pasó la mayor parte del tiempo de la crisis convenientemente abrigado y de vacaciones en Sevilla, en donde la nieve es una maravilla, insiste en que a él
que lo registren, que para eso viaja en primera clase del AVE. Comparecerán los
ministros, habrá bronca parlamentaria y peticiones de dimisión. Cuando
todo acabe, cosa de una o dos semanas como mucho, unos y otros se irán por donde hayan ido y aquí paz y después nieve
o lo que toque. Háganme caso: si van a conducir, no olviden consultar al hombre
del tiempo pero, sobre todo, lleven también un termo y una estampita de San
Cristóbal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario