Aburridos de no tener
nada que hacer, en el Banco Central Europeo se pusieron a cavilar a
qué dedicar el abundante tiempo libre del que disponen. Así,
pensando y pensando, cayeron en la cuenta de que, después de una década, seguimos con los mismos billetes de euro del primer día y se dijeron que esto no puede continuar ni un minuto más.
Inmediatamente se pusieron manos a la obra y siguieron pensando en
cómo remozar esos papelitos y monedas que nos hacen a todos tan
felices, aunque a unos mucho más que a otros.
Como son unos clásicos, no tardaron en encontrar la solución: estampar la
imagen de la princesa Europa en
los nuevos billetes. Se
trata de una princesa fenicia de la mitología griega que fue raptada
por Zeus y que, a la postre, le dio nombre al también llamado viejo
continente. ¡Qué
emocionante! Los cerebros del BCE hasta han diseñado una campaña
publicitaria para que a los
euopeítos de
a pie se nos caiga la baba contemplado lo apañados que quedarán los
nuevos billetes y lo difícil que lo tendrán los malandrines para
falsificarlos.
En
Grecia ya piensan en declarar fiesta nacional el día en el que se
pongan en circulación y otro tanto podrían hacer España y
Portugal. Luego vendrá lo más fácil de todo, hacer que esos nuevos
y flamantes billetes lleguen a quienes más los necesitan: los
bancos. Lo poco que sobre es probable que el BCE lo done para obras
de caridad y beneficencia.
Aplaudo
la iniciativa, pero me permito discrepar del motivo escogido para los
nuevos billetes. Después de más de una década viendo puentes,
arcos y otros elementos arquitectónicos, tengo para mi que esos
nuevos billetes de euro reflejarían mucho mejor la realidad europea
si mostraran, por ejemplo, una sierra eléctrica, un cola del paro,
un grupo de desahuciados o un banquero con puro y chistera.
Pero
si lo que a los cerebros pensantes del BCE les tira es la mitología, también podían haber echado mano de la que tienen más
cerca, la germana: un rolliza walkiria con largas trenzas rubias
habría sido también muy apropiada. Aunque, si lo que de verdad se
quiere es plasmar el verdadero espíritu de la vieja Europa actual,
nada habría resultado más oportuno y representativo que una imagen
de Angela Merkel estampada con esmero sobre billetes y monedas.
Además ¿quién se atrevería a falsificar unos billetes como estos?
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